18. Amargo reencuentro

488 81 9
                                    

Un año ha transcurrido desde que la alfa y la omega viven juntas, un año en la que Rosé recibió la marca, desde que firmó un contrato para internar a su padre, un año en el que habían vivido tantos cambios, como pareja, como madres, donde ahora Lisa era una madre más amorosa, tierna y con toda la paciencia para cuidar a su pequeño cachorro, cumplieron su promesa con Sana, visitándola cada mes, hasta que partió, afortunadamente, la omega se logró despedir  de su sobrino, apenas había transcurrido un mes desde su partida y al ver la pena en Mina, la pareja no pudo evitarlo, y ofrecieron llevarla con ellas, con la excusa de que les ayudaría a cuidar a el cachorro, y aunque la omega sabía que lo hacían por ella, era cierto que necesitaba irse de Paris donde todo le recordaba a Sana.
La pareja en tanto se preparaba para visitar al padre de Rosé, la rubia nerviosa casi temblorosa por al fin un año más tarde ver a su padre.

-Tranquila Rosie, a tu padre lo pondrá muy feliz verte, al parece ya se encuentra mejor.

-No se Lili, ¿que haré si me odia por dejarlo internado?

-Es imposible que un padre odie a su hijo, tú me lo enseñaste, ¿recuerdas?- Dice la alfa besando la cabeza de su omega con ternura y la rubia sonríe.

-Si, pero es más fácil enseñar a mi bestia que a mi padre.- Dice en broma la omega y Lisa gruñe en respuesta.

-Lo siento cariño pero te pones solita para el chiste.- Dice Rosé riendo de su alfa.

-Pues quita esa sonrisa que hemos llegado.- Dice la alfa que ahora es ella la que sonríe.

-Lili, ¿sabes? ¡el próximo año sale de rehabilitación, no debería interrumpir el tratamiento!- Trata la omega evitar entrar a ver a su padre.

-Rosie, basta, todo estará bien, les daré su espacio, pero estaré cercas para ti.- Le dice la alfa tomando el mentón de su omega y besando tiernamente los labios de su rubia y la ayuda a bajar.
Entran al lugar que parece más un club campestre, con todas las comodidades con las que cuenta el recinto.

-te dije que estaría bien.- Dice Lisa sonriendo.

-Si, es un lugar muy hermoso.

-Vamos a recepción para que puedas ver a tu padre.-Habla la alfa mientras entrelaza sus dedos con los de su omega, le dicen a Rosé donde esperar y Lisa la espera en la sala contigua, para asegurarse que su omega se esté bien.

-¡Hija! ¡Que gusto verte!- Saluda el señor Masón abrazando a la omega.
-¡Y que hermosa estas, te ves preciosa cariño!- Dice el señor viendo a su hija tan bien vestida.

-Gracias padre tú también te ves muy bien, dime ¿cómo te has sentido?

-Bien cariño he aprendido tanto, y lo principal es que tengo que pedir perdón por tanto daño que te he causado, siempre, desde que eras una cachorra, te dejé a tu suerte.

-No es así padre, hacías todo lo que podías para ser un alfa soltero, y con una cachorra, tener un cachorro es demasiado agotador, y entiendo lo agobiado que debiste sentirse, es decir al principio, Li.- justo cuando iba a hablar Rosé se detiene, era demasiada información que dar, no podía soltarle de la nada a su padre que en un año sin verle, llevaba la marca de su alfa, tenía un cachorro de ahora tres años, era modelo y embajadora de varias marcas importantes y sobre todo que aunque aún no le decía a Lisa sus sospechas estaba casi segura que tendría un cachorro, y sobre todo, el detalle más grande que la persona con la había iniciado todo era Lisa, la que su padre podría considerar culpable de todo.

-Hija, ¿todo bien?- Pregunta el señor Masón al notar la incomodidad de Rosé y como detiene su conversación, una que parecía estaba ansiosa de contar.

-Si padre, todo bien.

-Dime, ¿esa es la marca? Cuando conoceré al alfa que hizo eso, ¿es acaso Joy?- Pregunta con una sonrisa esperanzada, Joy era su boleto de salida de ser ella la alfa.

-Si es la marca padre pero no es de Joy, en realidad, Lisa es mi alfa.-Cuando dice eso su padre parece cambiar de color.

-¿Es acaso una broma?- Dice un tanto incrédulo y queriendo reír, casi seguro que es un chiste.

-No padre, hablo enserio, Lisa es mi alfa, tenemos un cachorro, y pronto, en unos nueve meses tendremos otro.

-¿De que hablas Rosé? ¿tuviste un cachorro con la causante de todas nuestras desgracias?- Pregunta casi gruñendo el señor Masón.

-¡No, claro que no, Lisa no es la culpable de nuestras desgracias ese eres tú!- Responde a la defensiva la omega.

-¿Como pudiste traicionar así a tu padre Roseanne? Se que no he sido el mejor ejemplo, pero meterte con esa alfa, esa que es un, un monstruo, una bestia.

-¡No quiero que vuelvas a llamarla así!-Amenaza la omega por primera vez respondiendo a su padre.
-Lisa es una madre maravillosa, y una asombrosa alfa, ella siempre se ha asegurado de mi bienestar, ademas todo esto es tu culpa, tuya y de tus vicios, de no ser por Lisa, estarías en la cárcel, o muerto.-Dice Rosé poniéndose de pie.

-Rosé, sería mejor a verte con ella, hazme un favor, háztelo tú también, no quiero volver a verte, no quiero nada que ver contigo, ni con tu familia, ni tus cachorros, no quiero volver a saber nada de ti, no sabes la decepción que se llevaría tú madre de saber que te has vendido, porque se que así fue.- Dice el señor Masón viendo la mesa, sin ver a su hija que ya tiene los ojos rojos, pero sin derramar una sola lagrima.

-Si eso quieres pensar de mi, adelante, yo no fui la que le robó a su hija, si hubiese sido un usurero, quizás estaría siendo violada todos los días, o solo hubieran encontrado nuestros cuerpos mutilados, y sin órganos, por lo menos en la bajeza de lo que hiciste, encontraste al amor de mi vida.- Dice Rosé con el nudo en la garganta, sin poder continuar hablando.
-Ni mis cachorros ni yo te necesitamos, al final, siempre he estado sola y desprotegida.- Concluye Rosé, saliendo sin poder contener más su llanto y la alfa siente la agonía de su omega y sale a buscarla.

-¿Que paso Rosie? ¿estas bien?- pregunta preocupada la alfa viendo el rostro pálido de su omega y se apresura a llevarla fuera.

-Todo bien Lili, solo no volveremos aquí.

-Claro Rosie, lo que tú decidas.- Dice la alfa usando su cuerpo para rodear a la omega, como si intentara ser un escudo para ella, como si tratara de protegerla, no sabía de que, pero su loba le pedía que la cuidara al doble o incluso más de ser posible.
Caminan al auto y Rosé se abraza contra el pecho de su alfa, queriendo pegarse con desespero a ella, como rogando protección.
-Tranquila cariño, aquí estoy para ti.- Trata la alfa de tranquilizarla.
-Recuerda que está en abstinencia de alcohol y apuestas, es la peor combinación, bueno, las drogas tampoco son buena combinación para un adicto en abstinencia.- Dice Lisa provocando una ligera sonrisa en la omega.

-Lo se Lili, pero es mi padre y que me rechace.- Dice caminando hacia la salida del recinto tomadas de la mano.
-Y peor que rechace a nuestros cachorros.- Dice aún con más dolor en la voz.

-Bueno, eso era de esperarse, es decir, no es su nieto no lleva su sangre.- Dice Lisa indiferente.
-¿Cachorros?- Pregunta parándose en seco, y la omega se comienza a poner roja.

-No te lo había comentado, pero sospecho que podríamos tener otro cachorro pronto.- Dice Rosé sin saber la reacción de su alfa, que para su sorpresa es una tierna reacción, la alfa la abraza con todo su cuerpo, llenando su rostro de besos, para inclinarse contra su vientre.

-Cachorro, serás tan amado, que tu rostro jamás conocerá las lágrimas.- Dice prometiendo la alfa y Rosé quiere evitar llorar.
-Tranquila Rosie, estaremos bien.- Dice la castaña viendo a su omega arrodillada, como ella misma lo había dicho, un alfa solo se arrodilla ante su omega, mientras el padre de la omega ve a través de la ventana.

-¿Podemos irnos de aquí?- Pregunta la omega con menos ganas de permanecer en ese lugar.

-Claro que si podemos.

-Extraño a mi cachorro.- Dicd Rosé haciendo un puchero.

-Lo acabamos de dejar, ademas está con Mina.

-Como sea, extraño a mi pequeño.-Dice casi posesiva haciendo reír a la alfa que camina a su lado con su brazo rodeando todo el delgado cuerpo de la omega.





🖤¡Por favor no olviden apoyar dejando su estrellita, nos acercamos a la recta final!🩷

La bella y la bestia (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora