Fin P1.

526 79 5
                                    

La omega finge estar despertando, con los besos de su cachorro.

-Buenos días amor mío.- Saluda la rubia a su cachorro.

-Mami, voy a tener un hermanito.- Anuncia el cachorro sonriente.

-Si cachorro, en algunos meses, serás el hermano mayor.- Dice Rosé y Lisa se levanta se coloca los zapatos y el saco.

-Mamá, ¿Ya te vas?

-Si cachorro, ya me tengo que ir, nos veremos en unos días, te amo mucho, mucho.- Dice dándole muchos besos haciendo sonreír al cachorro y luego llorar.

-Mamá no quiero que te vayas, por favor.

-Ya hablamos de esto Luca, serán sólo unos días, no te estoy abandonado mi amor, te voy a extrañar mucho mucho, ¿Sabes?

-Y yo a ti mamá, mucho mucho más.

-No amor, yo los amo como nadie puede, ahora pórtate bien, obedece a mami, y nos veremos antes de que te acuerdes de que no estoy aquí.-
Rosé aunque está decepcionada de Lisa, sabe que no puede separarla de su cachorro, así que decide hablar con ella.

-Lisa, ¿Podemos hablar?

-¡Claro!- Dice de inmediato la castaña.

-Vamos a la oficina.-Solo dice la rubia y la alfa camina tras ella mientras todos los empleados sonríen al ver a la alfa saliendo de la habitación principal, Rosé de inmediato lo nota, un año atrás todos caminaban con la mirada baja, no importaba si eran empleados nuevos o empleados tan antiguos como Lucio el mayordomo, y ahora veían felices a su alfa, la veían con aprecio, y eso hace sentir más culpable a Rosé, su alfa sí había sido una torpe fácil de manipular, pero eso no la hacía una mala alfa.
Llegan a despacho y Rosé deja entrar primero a su alfa, después entra ella cerrando la puerta con cerrojo asegurándose nadie las interrumpiera en el tema tan serio a tratar.

-Lisa.- Comienza a hablar Rosé pero de inmediato busca sentarse, desventajas del embarazo supone.
-Mira, no quiero que te separes del cachorro, se que el té necesita y te extraña cuando no estas, incluso si son unas horas el té necesita, así que puedes quedarte, pero no pasará nada entre nosotras, necesito tiempo.

-¿Entonces, seremos como esas parejas que mantienen su lazo por sus cachorro?-Pregunta Lisa con una ceja enarcada.

-Por el momento si Lisa, tenemos trabajo, y al cachorro.

-Entonces.- La alfa se acerca a la omega que permanece sentada en la silla, como aquella primera vez cuando se conocieron.

-¿Entonces, que Lisa?- Responde la rubia con la voz nerviosa.

-¿Entonces no podré acercarme a ti, no dormiremos juntas?- Pregunta la alfa acercándose a la boca de su omega mientras la rubia niega nerviosa viendo los labios de su alfa, sintiendo la respiración entrecortada cercas de su boca, y la alfa al ver que no hace nada para detenerla, decide besarla, un beso tierno, y a la vez profundo sintiendo las respiraciones de ambas alteradas, y se detienen justo cuando escuchan al cachorro tocar la puerta.

-Mami ¿estás aquí?-Pregunta el cachorro y Lisa se recarga en el hombro de su omega.

-Hay como treinta empleados aquí, y se aferra a buscarte a ti.- Dice Lis casi molesta.
-Si no fuese mi cachorro, ese pequeño pítufo.- Se queja Lisa entretenida besando el hombro y cuello de la omega, de esa manera que sabe que la omega reaccionaba.

-Lisa nuestro cachorro nos llama.

-Vamos será rápido.-Dice la alfa.

-No, Lisa, apenas ayer supo que tendrá un hermanito no se puede sentir ignorado, afectará su autoestima.- Explica la omega.
-Si mi amor, aquí estamos.-Responde la omega con una voz dulce y maternal.

La bella y la bestia (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora