Los Hermanos Down [PROCESO] © [#1]

• Capítulo 5|"Funeraria"

—Bueno, brindemos— anuncio Hadiel con su copa de champagne en la mano, levantandóse de la silla.

Todos nos levantamos y chocamos nuestras copas.

Una hora más tarde...11:42pm

Nos encontrabamos en el coche de Hugo, el iba manejando y Hades a su lado mientras que Hadiel y yo íbamos atrás.

—Pude notar que la cena no fue de tu total gusto— me habló, un poco bajo para que los demás no escucharán.

—¿Fui tan obvia?— rei con algo de vergüenza.

—Bueno,— sonrió. —si le contamos que cenaste con la cuchara de sopa.

—¿Que? ¿Eso era una cuchara de sopa?— pregunto totalmente estupefacta. —Esa cuchara era de tamaño promedio para ser de sopa.

—Lo se, las cosas de finos— giro los ojos. —luego de eso, todo bien.

Alzó ambos pulgares.

Aún seguía pensando si ir a ver películas con Hadiel o esperar a Hades. Después de todo son asesinos, sino me mata uno el otro está ostentó a hacerlo. Y quería pasar tiempo con Hadiel también.

No entiendo cómo estos chicos me causan tanto gusto. Osea me dan miedo, pero son tan lindos.

Al llegar a la mansión Down. Nos bajamos y entramos. Los chicos entraron pero Hades detuvo mi paso agarrándome del brazo hacia él.

—A las 12 en tu habitación— informó, soltandóme.

—Hades, creo que pasaré la noche con Hadiel— solté, no estaba segura de esto.

—¿Porque?— pregunto alzando la ceja.

—Creo que necesita una amiga— pensé, moviendo los ojos hacia los lados.

—¿Crees que Hadiel necesita
amigas?— pregunto entre risas.
—¿Enserio?

—No le veo otra explicación— alcé ambos hombros.

Él rasco su cabeza y pasó su lengua por sus labios. —Esta bien.

No espero mi respuesta y siguió caminando. Yo entre a mi habitación y me puse un pulober ancho, el cual le había quitado a mi hermano hace mucho tiempo. Si, tengo un hermano. Vive en los angeles, su nombre es Jonas. Hace tanto que no lo veo, siempre nos llamamos pero hace meses no lo hago.

Agarre el teléfono y le llamé. Al momento respondió.

—Funeraria Screem— respondió él, era una vieja broma que teníamos.

—Ya el muerto está enterrado— reí.

—¿Cómo estás?— me preguntó.

—Bien, ¿cómo estás tú?. Hace meses que no sé nada de tí.

—He estado ocupado.

—¿En qué?

Jonas ni trabajaba, solo jugaba fútbol con sus amigos.

—Trabajando.

Rei fuertemente, me había dado mucha gracia. —¿Tú?, ¿Trabajando?. Pero que estrella se va a caer.

—Pues te permito reírte hermanita, pero muy pronto seré alguien importante— aseguro.

—Lo que digas. ¿Dónde está mamá?

—Oh, ella está trabajando.

—¿Papá?

—Esta durmiendo, si quieres le levantó— sugirió.