3. Te voy a proclamar mi butaca

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Bajamos del autobús y me reuní con mis amigos al coger las mochilas del maletero. A Emma la tuvieron que ayudar entre tres personas, una de ellas Luke, por obligación del profesor con la excusa de que él le dio la idea del colchón.

- Hey, ¿qué te pasa, tío?- Peter me dio un golpe en la espalda y reaccione.
- Nada. Solo... pensaba.

- ¿En qué?

No le podía contar a nadie lo de que Álex había dicho mi nombre en sueños. Igual era yo el que había entendido mal o era otro Dan al que se refería. Le tenía que gustar y yo no era el tipo de chico al que le importaban las tías, era tirármelas y para su casa. No tenía planeado ninguna relación seria ni nada por el estilo en ese momento.

- En si nos van a dejar dormir a todos juntos o no.

- Otro como Luke. Se nota que sois mejores amigos, se os pega la estupidez del otro.

Pasé de lo que Peter me dijo y me acerqué a Álex para hablar con ella y entrar juntos.

- Hola- dije nervioso, rascándome la nuca-. ¿Qué tal has dormido?

- Bien, tu hombro es muy cómodo. Te voy a proclamar mi butaca- dijo con una sonrisa.

- ¿Y en qué consiste ser tu butaca?

- Ya lo veras...

- ¡Chicos! Haced una fila y meteos aquí en orden.

Como si fuese una película, hicimos todo lo contrario. Empezamos a correr todos a la mini puerta y no me di cuenta de que había agarrado la mano de Álex. Fue un actorreflejo. Nos quedamos en avalancha atascados en la puerta y las personas de adelante se iban cayendo al suelo, y con ellos Álex y yo. No empezamos a reír todos y todos nos ayudamos a levantarnos unos a otros para no acabar asfixiados.

Volvimos a entrar con tranquilidad y cada quien cogió una silla que nos mandaron para explicarnos lo que íbamos a hacer en un día, nada más.

- Bueno, chicos y chicas. Soy Larry y voy a ser vuestro monitor hoy y mañana- cambió su pierna de posición-. Ahora vamos a ir a las habitaciones y cada uno vais a escoger una cama- cambió de pierna-. La habitación de los chicos es un poco más pequeña que el de las chicas, así que tres de ellos tienen que dormir donde las chicas. Solo dormir- recalcó el "Solo" y asentimos-. Os explico, esta tarde vamos a ir al bosque de ahí detrás, vamos a volver y descansar- cambió de pierna-. Si alguien quiere comer algo- cambió de pierna. Me estaba poniendo ya nervioso-, hay una maquina expendedora en un aula que va a estar abierta solamente ese rato- cambió de pierna-. Mañana, vamos a montar en caballo y antes de iros vais a poder ir a la playa de al lado. Cuando salgáis fijaros bien, hay una playa preciosa. ¿Habéis entendido lo que vamos a hacer?- preguntó Larry.

- Sí - dijimos todos a la vez.

- Pues entonces, vamos a las habitaciones.

Nos pusimos de pie y le seguimos subiendo unas escaleras para llegar a una especie de portal. Si te fijabas bien, detrás de los árboles del lado de la casa, se veía arena y un poco de agua.

Subimos unas escaleras rodeando un ascensor y llegamos a la segunda planta donde había dos puertas. Entramos a la de la derecha y seguimos por un pasillo con armarios, pasando por las duchas, baños y espejos; las tres cosas en cuartos diferentes. Llegamos a una habitación enorme con más armarios a los lados. Estaba ordenado en rectángulos pero toda la habitación estaba unida. Había ocho camas por cada rectángulo.

- Está es la habitación de las chicas- dijo Larry- ¿Qué chicos se van a quedar?

Emma fue a una cama y Luke y otros dos más la siguieron, Emma quitó el colchón que venía y puso el suyo, mejor dicho, le pusieron el suyo.

- Yo- me ofrecí y a todas las chicas se les cayó la mandíbula al suelo, menos a Álex, que me miró un momento y luego sonrió.

- Si tu te quedas, yo también- dijo Luke acercándose a mí.

- ¿Qué eres, su perrito faldero?- preguntó Sean y le dimos los dos en la cabeza, haciendo que se la frotase- Eso sobraba, cabrones.

- Alguien más se tiene que quedar- dijo Larry pero nadie se ofreció- Bueno, pues entonces coged ese colchón- señaló al que Emma había tirado- y traedlo, alguien tiene que dormir en el suelo.

Todos se fueron por una puerta de emergencia que había a la izquierda, que daba a unas escaleras de emergencia que llevaban al piso de arriba y nos dejaron solos a las chicas y a nosotros dos. Las chicas se fueron colocando y nosotros nos quedamos en el último rectángulo con Clara enfrente de la cama de Luke, Álex a su lado y enfrente de mí y a las demás chicas... no les presté atención, la verdad. Era mi oportunidad.

Las colchas eran feas y muy viejas. Tenían un estampado florar, pero el color se les había ido haciéndoles parecer como si tuviesen más de cien años. El colchón era cómodo pero prefería mil veces el de mi casa. Cuando me iba a acercar a Álex para hablar con ella, la puerta de emergencia se abrió y salieron los chicos y Larry.

- Tenéis las toalla colgadas en el cuarto de los espejos y ya sabéis como es lo demás, baños por un lado, duchas por otro. Muy bien, vamos a comer, estaréis muertos de hambre- explicó Larry y nos fuimos al comedor.

- Que sepas que el profesor va a dormir con los chicos en el piso de arriba- me dijo Luke- ¿Crees que podría intentarlo con Clara?

- Podrías, pero no sé si te va a hacer mucho caso, no aparta la mirada de mí.

- Que modesto. Y... no flipes tanto. Te digo que me la voy a tirar.

Llegamos al comedor despues de tener que salir y volver a entrar del edifico porque estaba secretaría y no se le podía molestar a la secretaria que estaba haciendo su trabajo. Nos sentamos en los bancos de fuera y esperamos a que nos dejasen entrar.

- Todos los días tenéis allí el menú que van a poner para comer y cenar- dijo Larry.

¿No lo puede explicar todo de una vez?

Pasé de lo dicho y me quedé observando el campo de fútbol, las piscinas y las canchas de baloncesto que tenían en esta casa rural. Estaba tan concentrado en el paisaje que no me di cuenta de que Álex se había sentado encima mío.

- ¿Así que de esto se trata ser tu butaca?- pregunté divertido y asintió.

- ¿Por qué nadie me había dicho que hay una pareja en vuestro curso?- preguntó Larry.

- La verdad esque...- empezó Álex.

- Sí, es verdad. ¿Por qué nadie se lo había dicho?- pregunté con brusquedad fingida y Álex me miró sin expresión, dejándome sin saber lo que iba a hacer o decir...

DANIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora