9. Último día

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La alarma empezó a sonar, taladrándome los tímpanos. La apagué y me tapé la cara con la almohadada, volviéndome a dormir.

No sé cuanto tiempo pasó, mi móvil empezó a sonar y lo cogí de la mesilla de noche.

- Llego a tu casa en 10 minutos- dijo Luke.

- ¿Qué hora es?- pregunté con voz ronca y frotándome los ojos.

- Las ocho menos veinte. ¡¿Estas todavía en la cama?!

Me deshice de las mantas de golpe y me levanté de la misma manera. Corrí al baño, me duché rápidamente, me vestí cuando me sequé malamente y bajé a desayunar. Cogí una magdalena y una napolitana de chocolate y salí al porche justo cuando Luke llegaba con el coche.

Todo hecho en 10 minutos. Tiempo record.

Subí al coche y desayuné mientras íbamos al colegio.

(...)

- Sé que voy a pencar- empezó Sean-, historia se me da de culo y además el puto profesor me tiene manía. Resultado: suspenso en historia.

Estábamos comentando en el tiempo que teníamos antes de entrar a clases si íbamos a dejar alguna asignatura y casi todos íbamos a suspender alguna; la mía era Lengua.

- Pues lo tienes fácil, en el examen de recuperación de la semana que viene te haces una chuleta, te la metes en la bragueta. - Miró a Luke como si estuviera loco- Si te pilla no puede mirar en ese sitio, le podrías denunciar. Sería acoso a menor.

En ese momento todos lo entendimos y dimos por hecho que era una buena idea, pero alguien no lo pensó así.

- Es una puta gilipollez eso que has dicho- dijo Sandra y Clara le metió un codazo en la espalda. Fue a donde Luke y le rodeó con el brazo.

- Déjale. Sus ideas son las mejores. - lo defendió y después de eso, Luke sonrió y se apartó sigilosamente de ella.

- Lo mejor es hacerte la chuleta y guardártela en el reloj- le dijo Sandra a Sean-. Y tú - señaló a Clara- deja de defender a Luke. Sus ideas son estúpidas y todo lo que sale por su boca es una mierda.

- ¿De verdad?- preguntó Luke- Pues si suspendes alguna, te voy a dar una idea, guárdate la chuleta entre las tetas. Si te pilla y mira y dice que la saques, puedes denunciarle por lo mismo que le he dicho a Sean.

Sandra rodó los ojos y fuimos cada uno a su respectiva clase.

(...)

Boletines, boletines y más boletines.

Todos estaban comentando cuantas habían suspendido, si iban a repetir, comparando las notas y tantas y tantas cosas más, mientras yo estaba dando una y otra vez con la punta del pie en el suelo.

La noche anterior le dije a mi padre que no estaba nervioso, y era verdad, pero ahora que estaba en ese punto, el que me daba la libertad o tendría que volver la próxima semana, lo estaba.

Llamaron a Peter el primero, después de algunas personas a Sean- que vino feliz por no haber dejado historia-, más tarde a Sam y seguido de Luke. Finalmente, me tocó a mí después de unas nueve personas.

- Daniel Willer- le fulminé con la mirada.

- Le he dicho millones de veces que no me llame así- dije acercándome a su mesa.

- Lo siento, Dan. Has suspendido una, tendrás que venir a recuperar la semana que viene. El día del examen está atrás.

Asentí y me dirigí de vuelta al sitio. Me preguntaron los chicos si había dejado alguna y les contesté que volvería la semana que viene a hacer el examen de Lengua y que esa noche no iría a la fiesta.

DANIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora