4. Iniciación de bienvenida

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Los días pasaron, el omega rubio empezaba a acostumbrarse a la nueva cuidad donde ahora vivía, el hecho de trabajr con su tío Zeff en el Baratie le agradaba, le encantaba cocinar,fue algo que descubrió,  cocinar era algo que el amaba; y una que otra vez Zeff lo regañaba por coquetear con mujeres, sin importar si eran betas, omegas o alfas, simplemente le eran bonitas y este se atrevía a coquetearles.

Y en el colegio... le iba bien, sin embargo en la hora del receso tenía que tratar de calmarse ya que sus amigos se juntaban con los mayores, incluido Zoro. No les incomodaba los mayores, al contrario les agradaba, ya habian entablado conversaciones, son buenas personas tanto ellos con el rubio como el rubio son ellos. El problema era Zoro, no hablaron desde el último incidente, y cada que accidentalmente sus miradas se cruzaban estos se sentían incómodos al recordar lo ocurrido.

Sanji quería borrar su memoria o retroceder en el tiempo para evitar que eso ocurriera, pero por más que trataba ese recuerdo estaba en su cabeza rebobinando una y otra vez.

--En este colegio empezaran las inscripciones para talleres, ya sean de deporte, artísticos o de lo que sean, ¿Acaso no te interesa uno? -- cuestiono la omega pelinegra

Sanji estabaen su mundo, que no le prestó atención.  De pronto la pelinaranja le dio un golpe con el codo para que reaccionara.

--disculpa, ¿qué pasó?

Robin solo río,  se le hacia muy lindo y tierno Sanji, le causaba ternura el menor, le era una persona muy linda a pesar que era algo cortante, y eso no le molestaba, pensó que quisas sus razones tenía.

--Robin te pregunto que si querías entrar a algún taller, puedes sacar provecho por si se llena uno, ¡Ella es la presidenta escolar! -- Exclamó la pelinaranja

¿Un taller? No sonaba mala idea, pero , ¿cómo se iba a organizar? Tenía que ayudar a su tío Zeff en el Baratie,  y no descuidar sus estudios, no sabía si el podía.

--No lo sé, lo pensaré.

--Ten -- robin  le extendió un folleto para ver si algo era de su agrado

Este lo tomo y lo obvservo, hasta que se quedo entretenido con una parte en específico, ¿había karate? A el le gustab eso, desde niño lo práctico y le encantaba, pero su padre se lo prohibió,  porque "no son deportes para omegas"

--Veo que algo te llamó la atención, ¿qué es? -- Cuestionó robin

--Karate... -- murmuro-- pero no creo que me dejen entrar...

--¿Por qué te lo prohibirian? Tu puedes entrar a lo que quieras mientras te guste, sin importar que seas.

--Exacto Sanjii, tu metete yo igual estoy en taller de karate-- dijo el monito muy feliz

--Lo pensaré

El almuerzo continuo como de constumbre, las chicas hablando de cualquier cosa, luffy comiendo con la boca llena y law ayudandolo cada que el se ahogaba, usopp y franky halando de cosas que sinceramente ya no les prestaba atención el rubio. Oh si, y luego estaba aquel alfa puro que no hacía nada más que dormirse, centrarse en su plato de comida o no estar ahí, coqueteando con otras personas.

No se por que pero cada que el omega lo veía coqueteando con otras personas le daba coraje a su lobo, siempre tenía peleas internas el y su lobo, eso no estaba bien, a el no le debe importar que era lo que hacía el cabeza de musgo. Era algo irrelevante para el, o así quería aquel rubio que fuera, que no le importara.

Empezo a tomar supresores ya que su olor se intesificaba cuando se enojaba, y no quería que nadie se diera cuenta, y menos el alfa.

Aquel alfa lo notaba, notaba las miradas que el rubio le daba cada que este hablaba con otra persona, y en especial cuando hablaba con omegas sentía una mirada un tanto... ¿rara? No sabía como describir su mirada, por la cabeza se le paso que eran celos, pero no, aquel omega no podía estar celoso de el. Se odiaban, eso es lo que habían dejado claro entre los dos, ambos se odiaba. O eso era lo que ellos querían hacerse creer.

ÉxtasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora