Algunas semanas habían pasado y ese equipo rosa de 3 abrió las puertas de su nuevo hogar, de su nueva vida sin secretos, sin miedos, digamos que tenían en su poder cientos de páginas en blanco y un bolígrafo para reescribir su destino.
Daniella: Amo como la miras, como le hablas (abrazó a Gaby por la espalda, observaban a su bebé dormir)
Gabriela: Y yo te amo a ti sonrió
Daniella: Pero no más que yo (la besó) como te vas sintiendo amor?
Gabriela: Ahora que las tengo mucho mejor, Dani amor...
Daniella: Mhm?
Gabriela: Quería pedirte perdón ahora que las cosas están bien, que se que vas a escucharme
Daniella: No es necesario yo...
Gabriela: Escúchame (la interrumpió) en algún momento vamos a tener que hablar de esto, y prefiero que sea de una vez
Daniella: Está bien
Gabriela: Primero que nada...
Daniella: Primero que nada yo también fui demasiado dura contigo, y nunca te pregunté cómo te sentías al respecto