Elyon

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"what did you think I'd say to that?
does a scorpion sting when fighting back?
they strike to kill and you know I will, You know I will
what do you sing on your drive home?
do you see my face in the neighbor's lawn?
does she smile? or does she mouth, "fuck you forever"?"

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Elyon se levantó de su asiento y por segunda vez en el día, intentó escabullirse de ese interminable tormento. Emil, sin embargo, parecía dispuesto a todo por no dejarla ir. -Elyon, por favor. -

Suspiró, intentando mitigar su enojo sin mucho éxito. -¿No te parece suficiente razón para mi mal humor el hecho de que ahora todo el Reino crea que soy la versión alariense de Avalon?, a quien por si no te has enterado, detestan hasta los más pequeños. -

El Rey lucía cansado, tenía una mano en su brazo y se encontraba de pie junto a ella, cerca de la puerta. -No quería dejar que los rumores crecieran y que todo se convirtiera en un malentendido. Por Helios, lo hablamos y me dijiste que estabas de acuerdo. -

-¡No de esta manera! - Se sacó la mano del Rey de su brazo. -Da igual, quítate. - El Rey obviamente no se movió. La tensión que se respiraba en la sala era palpable.

Ella y su grupo de amigos jamás habían discutido los cinco juntos, en una misma habitación y con maldiciones de por medio. Siempre que había riñas entre dos o tres integrantes se terminaban arreglando a las pocas horas con disculpas vergonzosas o ignorando completamente lo sucedido.

Sin embargo, esa vez era diferente. La discusión ya llevaba días y Elyon estaba llegando a su límite. La furia del día anterior fue aplacada por la llegada de Bastian y la ceremonia funeraria a los caídos en la Guerra, pero ahora la discusión se había vuelto a encender.

-Elyon, -Mila intentaba razonar con ella. -no da igual. Tienes razón, no debería haber sido de esa manera, pero Alariel pronto dejará de lado los perjuicios, no es imposible. -

-Ajá. -

Gavril se encontraba al lado de su hermana, quien evitaba la mirada de Elyon constantemente. El mayor tenía los brazos cruzados y se le notaba a leguas su enfado. Elyon quería maldecirlo a él y a medio Eben. Echaba humo. -Emil, muévete. -

-No. -

Resopló. - ¿Me vas a ordenar quedarme? -

Gavril suspiró y le lanzó a Emil una mirada cargada de fastidio. -Déjala a ir, si de todas formas no piensa escuchar nada que no le guste. -

-¿A qué demonios te refieres?-

-Por Helios, ustedes dos ya basta, así no vamos a arreglar nada. -Rezongó Mila, poniéndose entre ambos, pero Elyon la esquivó y se le plantó delante a Gavril.

Habían estado discutiendo por al menos durante la última hora. Luego de otra interminable reunión se quedaron los cinco solos y todo comenzó a salirse de control. Sabía que Gavril estaba enfurecido con ella por cómo la trataba a su melliza, pero Elyon no pretendía explicarle a detalle sus razones, Gavril podía enojarse todo lo que quisiera. Pero desde que Emil había hecho pública que Elyon había poseído poderes de sol y luna y que ella había sido la razón por la que el sol había regresado, su mal humor había empeorado muchísimo y peleaba hasta con su propia sombra. El Rey había sentido que Alariel debía saberlo y Elyon aceptó, sin saber muy bien por qué. Tal vez ya estaba harta de ocultar esa parte de su vida y quería que todo acabara pronto.

Sin embargo, cuando Emil lanzó el comunicado oficial dándole su apoyo se arrepintió eternamente, porque Alariel la odiaba. Creían que era una especie de monstruo extraño y peligroso que atemorizaba a los niños y amenazaba con la destrucción de la corona. Elyon quería explicarles, sintiéndose una niña, como nada de eso era verdad. Pero ella no era quien tenía la palabras y Emil no sabía como enfrentar la situación, lo que la enfurecería más y más con cada día que pasaba.

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