Capítulo 8

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De un momento a otro el cambio de atmósfera era algo que no esperaba, teniendo a Yeosang con poca ropa además dejando ver unas mejillas rojizas, con aquellas palabras haciendo un constante eco en su cabeza y es que San no negaba que también gustaba de él. 

- Vine a pasar la noche contigo... Y.... después de todo sigo siendo tu almohada, ¿verdad? 

Por un momento la sonrisa de San se aflojó en sus labios, pero el momento no ameritaba parecer un idiota.

- Sólo debo ducharme...

Las palabras de Yeosang hicieron referencia a su prominente erección. 

Con el permiso de San se levantó de su lugar, cubriendo su entrepierna con las manos y se dirigió hacia el baño en busca de tomarse una rápida ducha de agua fría. No hubo respuesta por parte del dueño de la habitación ya que el otro huyó antes de escuchar cualquier afirmación o negación, se oyó el sonido de la puerta del baño cerrarse, el más alto estaba buscando las palabras correctas para expresarse de una manera sencilla sin mal interpretaciones. 

San bajó la mirada hasta la entrepierna propia y era claro que eso no sería cosa fácil.  

Recogió la ropa del más bajo y buscó algunas prendas que ofrecer, pasado un tiempo considerable el ruido le hizo levantar la cabeza casi de inmediato. Yeosang se asomó a la habitación con la toalla a la cintura, visualizando a su más alto a unos metros, mentía si afirmaba que extrañaba sus besos.

- ¿Tienes... una playera?

El pelinegro de rasgos delicados cuestionó encaminándose hacia la cama, sentía cada vez volverse más idiota por San, quería llevar su aroma. El hijo de la familia Choi visualizaba otra vez el cuerpo que deseaba tocar, se dejaba entrever pequeñas gotas deslizar por esos hombros hasta finalizar en al abdomen y esa pequeña boca articulando palabras que no entendió hasta después, el pelinegro realmente era sexy.

San extendió la ropa que le pedía.

Como si el anfitrión hubiese predicho lo que le solicitaría para descansar en aquella cama, Yeosang se aventuró a los pies de la cama para apreciar las prendas ajenas. La playera dos talles mayores donde sus mangas parecían colgar centímetros abajo de sus hombros de alguna manera le quedaba bastante atractivo.

No pasó ni dos minutos para verlo ya usando una prenda suya, le quedaba un tanto larga y holgada despertando el instinto de San pues ni lento ni perezoso se acercó por detrás ante la distracción contraria, rodeándolo por la cintura.

Sentir los fuertes brazos ajenos rodear su anatomía consiguió por resultado una sonrisa en sus cerezos, se sentía demasiado bien

- ¿Por qué huyes? Joder, cómo decir esto... también me gustas y quiero de verdad...sentirte cerca.

San le hizo que girará sobre sus talones, ambos parados a mitad de la habitación el mestizo de sangre impura lo acercó de tal modo que sus respiraciones empezaron a chocar, la inquietud de ambos se veía en sus ojos. 

- Yo necesito estar cerca de ti...

El heredero Kang expulsó aquellas palabras sin control alguno, descendiendo su foco en los labios de San, una vez más la distancia se reducía entre ambos. Sin previo aviso, el chico de hombros anchos lo elevó a la altura de su cadera de modo que el cuerpo de Yeosang fue alzado cual ligera pluma, no dudó en enredar sus piernas y rodear su cuello con sus brazos. Sentía perderse de nuevo en su aroma, en el frío de sus manos mientras era llevado al borde de esa gran cama.

- No voy a obligarte a algo, eres mi almohada eso ya lo sabes.... además, admito que me gusta tu piel y esos labios, quiero besarlos.

San musitó para amenizar el momento sin embargo aquello parecía más una escena romántica.

Coincidence, love and danger. [SanSang] San x Yeosang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora