Capítulo 9

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Una vez en la soledad de su dormitorio, Yeosang continuó con la llamada, asegurando la puerta con llave. Sus pasos avanzaron hasta el baño, buscando un pequeño frasco de vidrio color ocre.

De su interior tomó una píldora y la adentró en su boca bajándola con algo de agua.

 "Yeosang, escucha con atención. Tú no eres un testigo, tú eres acusado. Tu carta de citación no se ha enviado a la universidad para que esto sea lo más discreto posible."

- ¿Discreto? Las noticias hablan de ello.

"Déjalo en mis manos. Es sólo un juicio más de tantos. Tu silencio será un gran aliado."

Finalizada la llamada, la fotografía de Hyoram, su madre, se encontraba en espera.

- Dijiste que era testigo.

"Hijo, tú sabes que no entiendo de esas cosas. Querida, la cartera roja, dije."

- ¿Padre?

"Está en una reunión. Yeosang, esos muertos de hambre no ganarán el juicio. No tienen siquiera para un buen abogado."

- Lo sé, pero quisiera llegar al juicio al menos sabiendo en qué silla debo sentarme.

Pudo oír una queja de hartazgo de parte de su madre al otro lado en línea y, como era de esperarse, la fémina culminó la llamada, dejándolo solo con el móvil en mano.

Un suspiro pesado escapó de sus labios y se dirigió hacia el vestidor para calzar el uniforme adecuado para su taller de arquería, en sus pies el calzado adecuado además de una maleta deportiva con su ropa casual, un polo azul y unos shorts cortos. Frente al espejo, ató un pañuelo negro cubriendo parte de su cuello marcado y retocó sus cabellos, ubicando una banda encima de su frente debido al largo de su fleco.

No se había percatado de su casilla de mensajes hasta la llegada de su receso. Sentado en la banca frente a más de sus compañeros, Yeosang chequeó aquel mensaje bajo el nombre de "Chihuahua" cual sin siquiera leer su contenido ya le había robado una sonrisa de sus labios.

Sentía un pequeño cosquilleo de sólo recordar cada unión, el roce de su cuerpo y el agarre de sus manos.

[Line - Yeosang]

"Calla que antojas y estamos lejos."

Respondió segundos antes de ser llamado por su entrenador para el segundo tiempo de tiro. Algunas personas presenciaban la práctica desde las gradas y alentaban desde sus posturas a ambos contrincantes.

Entre tanto, San al llegar a clases tuvo un pequeño enfrentamiento con una profesora de su clase, el azabache no era del tipo que se dejara y respondía sin importar si le preguntaban o no, muchos parecían tenerle una admiración y otros decían que era un sabelotodo hablador. Se estaba empezando a hartar de estar ahí, pero pasado el tiempo pudo relajarse.

De reojo observó su móvil teniendo unos cuantos mensajes entre ellos el famoso apodo de Yeosang "caniche toy", se mordió el labio inferior intentando no reír por lo que decía el mensaje, desde que había sentido esos labios ahora sólo quería probarlos una y otra vez pero no debía ser ambicioso, mientras él escuchaba las miles de oraciones en inglés el heredero Kang tenía un entrenamiento con una gran ventaja por encima de su contrincante, Yeosang alzó su vista al cielo sintiendo pequeñas gotas caer. Gotas que con el paso de los segundos se volvieron más constantes bajo el cielo gris.

La voz del entrenador dio por finalizada la práctica, siendo sus espectadores los primeros en abandonar el lugar. Yeosang buscó su arco y la colgó al hombro para emprender su caminata hacia el estante donde resguardaría su equipo, a tan sólo unos metros detrás de su entrenador. Usó su tiempo para cambiarse de ropa, asegurar verse bien y sobre todo que las marcas no se notaran.

Coincidence, love and danger. [SanSang] San x Yeosang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora