Capítulo 16

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Durante el viaje fuera de esas paredes el menor intentó parecer de lo más normal, en ese pequeño espacio San se apoyó en uno de esos hombros, sintiendo el aroma que tanto le gustaba. Se distrajo un momento en las luces de la carretera, dejándose mimar por el bajito.

Naksan, fue el lugar no tan lejano de la capital de aquel país. Al bajar del vehículo, le fue instruido al chófer que le mandaría ubicación al requerir volver.

Yeosang parecía un pequeño niño que salía de casa luego de tareas y responsabilidades, el brillo en sus ojos era tan visible que el más alto no pudo evitar sonreír por la escena.

- ¿Impaciente?

Una baja risa escapó de los labios de Yeosang ante el cuestionamiento de San al notar su entusiasmo.

Era tranquilo el lugar, de hecho, las personas que pasaban a su lado parecían no reconocerlo con la mascarilla. Era un gran alivio.

Tomados de las manos, comenzaron a caminar por las largas calles de esa ciudad, había visto en fotografías algunos lugares, pero sentía que necesitaban algo relajado, fue hasta que a la lejanía pudieron deleitar sus pupilas, las luces que adornaban todo a su paso, los árboles tenían ese color verdoso gracias a las lámparas que permitían ver.

Los orbes del más bajo paseaban por cada tienda sin perderse un detalle de ellas. Eran atractivas con sus vidrieras e iluminarias a pesar de contar con una arquitectura anticuada.

- Supuse que no querías llamar la atención, así que, ¿te parece bien?

La mirada del mayor se dirigió hacia el mestizo en cuanto preguntó acerca del lugar, sus suposiciones eran correctas, necesitaba tranquilidad y esa pequeña ciudad podía dársela y con una sutil sonrisa asintió, apreciando las luces, la inmensa postal que tenía frente a sus ojos al llegar a aquel mirador.

- Es perfecto... se siente como si... todos hubiesen ido a dormir temprano...

Era extraño que no tuviesen personas a su alrededor y el clima era excepcional. Quizás simplemente las personas frecuentaban ese lugar seguido y perdía la esencia para los lugareños.

Las escaleras inclinadas hacia abajo, el tenue destello era más íntimo, seguramente muchas personas, amantes, amigos iban a ese lugar, aunque como Yeosang lo había pensado eran los únicos en ese momento.

San gustaba de vistas espectaculares, tranquilos cuando el cansancio se apoderaba de su cuerpo y sin más rodeó la anatomía ajena por detrás, un hábito que había adquirido cada que el heredero le daba la espalda, su mentón se apoyó en su hombro notando como la respiración del bajito era pausada.

Sin apartar su mirada del paisaje urbano, Yeosang se dejó abrazar en una perfecta sincronía, la suave brisa incluso parecía despejar sus vías respiratorias. Sus manos se posaron sobre las de mayor tamaño, aquellas que siempre tenían alguna cicatriz nueva. 

- ¿Aún me sigo viendo pálido?

Fingió San nuevamente una risa ante los nervios de tener una salida con su mejor amigo incluyendo reponerse de sus leves mareos que cesaban con el aire libre. Sintió las manos ajenas sobre las suyas, unos labios posarse en su mejilla.

Yeosang atento lo contempló desde su lugar, en la cercanía y entre besos respondió de manera afirmativa, aún permanecía con poca pigmentación en su piel, incluso sus ojeras era más notorias.

El crujir de las hojas los invitó a un parque de diversa vegetación alumbrado por algunos faroles.

- Me preocupa... ¿No has ido a la enfermería?

San se separó apreciando su próxima parada dando pasos hacia los adentros del parque sin dar una respuesta al cuestionamiento de Yeosang.

Rodeados de zonas boscosas, un suelo detallado evitando algún tipo de accidente para los visitantes, sus pensamientos le estaban entreteniendo, no sabía si debía ser sincero con la necesidad de beber ese líquido, juraba que lo asustaría.

Coincidence, love and danger. [SanSang] San x Yeosang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora