alexa plays STRING QUARTET NO.8 from borodin quartet
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Té de romero, algo de crema de lavanda entre sus cejas, pociones para el dolor y un par de besos en sus mejillas (Peyton sabía que uno era de Hermione pero el otro el dudaba si fue de George o Fred burlándose de ellos) era lo único que recordaba antes de que fuera guiado, el señor Weasley parecía empecinado en hacerlo descansar, a la cama para finalizar la noche.
Los escucho charlar un poco, algo embobados por las discusiones sobre el partido. El señor Weasley les había hecho a todos una taza de chocolate caliente (excepto a Peyton que se había tenido que conformar antes con un té de romero) y, para cuando los párpados le pesaban, Charlie parloteaba al respecto de la violencia en el Quidditch.
Peyton se perdió la mueca del señor Weasley y, de lejos, vio como Hermione se levantaba para terminar de arropar bajo su barbilla la pesada sabana.
Sus sueños fueron otro tema. No había caras conocidas, no hace mucho tiempo, el Bosque Prohibido era lo único familiar. Había sido un buen día, pensé dentro del sueño, caminando alrededor de los árboles infinitos y oscuros arriesgándose a perder.
Perdió el miedo hace tiempo cuando se dio cuenta que el Bosque estaba tan muerto que uno pensaría que nada existió más que la vegetación a su alrededor. Sus sueños no plasmaban centauros, unicornios o arañas solo una infinidad de hongos, moho y, a veces, el murmullo falso de una brisa imaginaria.
Ya no buscaba un punto o un porque. Más entretenido en perderse entre las raíces que en buscar una posible amenaza.
Entonces, cuando el camino se abría y los árboles parecían hacer lugar a algo, entre los pasos desbordados y las ramas desmedidas Peyton reconoció, en medio del Bosque Prohibido (donde definitivamente no pertenecía) el Sauce Boxeador y, justo a su lado, la Casa de los Gritos.
Todo apretado entre los árboles. El sauce se movía, como si le incomodara y la casa rechinaba ahora que él podía verla pero no era solo un rechino, no. Peyton se adentro y, junto a sus pasos dudosos, la puerta empezaba a balancearse tentadoramente. Parecía intentar abrirse.
