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Peyton tenía la nariz pegada a la ventana. Diluviaba. Podia imaginar el Lago Negro desbordandose, llegando hasta los limites del bosque prohibido, donde Hagrid seguro que desearia estar dentro de su acobijadora casa pero, recordando su sonrisa, penso que estaria disfrutando de la aventura.
— No pienso salir de este carruaje — Ron, aferrándose a su túnica, estaba en el rincón con un puchero y el cabello rojo ya aplastado contra su frente. — Está diluviando.
— Pensaba lo mismo — tarareo Peyton. No tenía una opinión real sobre el agua, no le molestaba, le gustaba los días de lluvia pero seguía prefiriendo los calurosos días de verano donde podía ir donde quisiera sin temer al aguacero. — ¿No tienen a nadie conjurando un techito o algo para cuando lleguemos?
Los tres se volvieron a Hermione que estaba acariciando a Crookshank, el único que parecía moderadamente seco al lado del resto, ella levantó la mirada, como sin saber qué decir. — Oh, bueno, no sé.
Ron se acurruco en su esquina, Harry miró junto a Peyton por la ventanilla donde solo podían ver el suave resplandor que eran las vitrales del castillo. Esperandolos, con comida y calor, la idea hizo babear a Peyton.
Vieron las estatuas de jabalíes en la entrada y Peyton ya tenía la mano en la puerta girando a sus amigos. Los tres ya estaban preparándose, Crookshanks se escondió dentro de la capa de Hermione y las lechuzas se removieron dentro de sus jaulas. El rubio puso su otra mano en las rejas y suspiró.
El carruaje se detuvo, Peyton abrió la puerta y Ron se abalanzó primero, Harry le siguió de cerca, Peyton le siguió y, manteniendo la puerta abierta mientras el par corrió escaleras arriba, espero a que Hermione salió del carruaje. Podia sentir la lluvia pegandose a la nuca cuando por fin salieron de esta.
Sacudió la cabeza haciendo que Hermione chilló cuando el sin querer la salpicó en el rostro, el rubio la miro entre sus cabellos con una sonrisa engreída creciendo en el rostro cuando entraron al calor avasallante de la entrada donde muchos alumnos corrían escaleras arriba más que emocionados por alejarse del agua. Peyton no podía estar más de acuerdo con el consenso en general.
Vio la cabellera roja de Ron entre la gente, tan larguirucho, llamativo como un fósforo solo. Peyton levantó la mano y, cuando lo hizo, algo rozó su brazo pero dio en su hombro. El globo de agua explotó, Hermione chilló y Peyton maldijo al aire.
