Capítulo 17 - La prueba aérea de Harry Potter

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Al cruzar Hermione la línea de meta, Draco ya se encontraba ahí para estar a su lado. Sin hablar, la abrazó, y Hermione rompió por completo en llanto.

Sin embargo, la voz de Albus Dumbledore no dio tiempo para prolongar el consuelo.

-¡Harry Potter!, ¡a la línea de salida!

Harry salió de la tienda de los campeones y empezó su camino hacia al estadio de Quidditch.

Al llegar, lo esperaba la profesora Rolanda Hooch, quien le explicó las reglas de su prueba.

-Al igual que los otros campeones, enfrentarás a varias bestias. Tendrás que cruzar la línea de meta que se encuentra en esa dirección y deberás hacerlo por aire.

-Como ayuda -continuó la profesora- no podrás usar tu escoba, tendrás que usar ésta.

La profesora Hooch le extendió una escoba que se veía algo vieja y maltratada.

-Está en perfecto estado, -continuó la maestra -pero tiene un embrujo con un límite de velocidad. Si intentas superarlo, la escoba empezará a fallar. Y si aún así persistes, terminará resquebrajándose en el vuelo.

Harry pensó en un principio que era un poco injusto, pues su mayor virtud al volar era la velocidad. Sin embargo, entendió también que el objetivo de la prueba era vencer a sus rivales.

Harry se subió a la escoba y dio un par de giros para probarla. En un par de segundos, la tenía dominada a la perfección. Se escuchó un cañonazo y la profesora Hooch hizo sonar su tradicional silbato para dar por iniciada la prueba.

Harry comenzó a elevarse hasta una gran altura mientras notaba que el cielo empezaba a nublarse. Al comenzar su desplazamiento hacia adelante, empezó a llover y mientras más avanzaba, la lluvia se convirtió en tormenta.

Harry mantuvo el vuelo con dificultad, pues debido a la lluvia su visibilidad era muy reducida. Sin embargo, a la distancia pudo observar que en su camino se interponía una majestuosa ave del trueno.

Harry lanzó un par de ataques, poderosos, pero insignificantes para la criatura, la cual los desvió con un aletazo sin dificultad.

Contraatacando, el ave lanzó un par de aletazos que generaron una corriente que casi hizo caer de la escoba a Harry.

Cambiando la estrategia, el ave embistió a Harry un par de veces y con cada ataque, caía un rayo que Harry apenas pudo esquivar.

Harry sabía que escapar no era una opción, así que decidió intentar algo distinto. Cuando el ave empezó su movimiento para atacar por tercera vez, Harry tomó su varita e hizo que la lluvia se estampara directo contra el cuerpo de su oponente.

Al quedar completamente empapada, Harry lanzó un hechizo para que toda esa agua se convirtiera en hielo, impidiendo así que se mantuviera en vuelo.

Harry lanzó un hechizo aturdidor a la cabeza del Ave del trueno, la cual quedó inconsciente y empezó a caer hacia el vacío.

La lluvia cesó, dejando sólo algunas nubes en el camino de Harry.

Sin embargo, poco había avanzado después de derrotar a su primer rival cuando sintió una llamarada de fuego detrás de él.

Tras esquivar el fuego, una saeta pasó cerca de él para posarse de frente e impedir su camino.

Un majestuoso dragón Hébrido Negro sería su siguiente rival.

Harry sintió un vuelco en el corazón. No tenía idea de cómo derrotar a un dragón.

Sin duda podía volar más rápido que él, pero en esta prueba la velocidad no era una opción.

El Sacrificio de JamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora