El Sacrificio de James

Capítulo 26 - James - El Final

Hermione se levantó aún con lágrimas en la mejilla tras la muerte de Ron y se dirigió hacia donde se encontraba la espada de Gryffindor para recogerla.

Sin embargo, al agacharse para tomarla, la espada se desvaneció.

En un instante, la espada de Gryffindor se apareció de nuevo, ahora cayendo en frente de Draco y de Harry Potter.

Ambos intercambiaron una mirada llena de incomodidad, seguida de un silencio que tuvo que romper Draco.

-Aún no ha terminado, cierto Potter.

Harry miró con melancolía a Draco, negando con la cabeza.

Draco sabía lo que tenía que hacer, pero sentía un poderoso conflicto interior que le impedía tomar acción.

Harry entró en la mente de Malfoy por un momento y le dijo con un tono muy tranquilo.

-No te preocupes Draco, no tienes que hacerlo. La espada se presentó ante mí. Al final, sabe que tengo que ser yo.

Harry miró a su madre y la abrazó fuertemente mientras pronunciaba las palabras: -Te quiero.

En un rápido movimiento, Harry se levantó, tomó la espada y se alejó de los demás para que nadie lo detuviera.

Colocó el filoso acero de la espada de Gryffindor en su cuello.

-¡Detente Potter! -exclamó el alma de Voldemort dentro de la mente de Harry.

-He visto tu poder. Si dejas que mi alma se asimile a tu cuerpo, seríamos invencibles. ¡Serías el mago más poderoso del mundo!

Harry cerró los ojos y sentenció en su mente con total serenidad:

-Lo único que siempre quise... fue ser el hijo de James.

Al sentir que Harry encajaba la espada de Gryffindor en su cuello, el alma de Voldemort salió expulsada de su cuerpo.

Harry cayó, pero Draco, quien nunca dejó de estar atento a lo que sucedía, tomó la espada de inmediato y atacó a la nube negra que se elevaba por los cielos.

El corte de Draco fue preciso y en un instante el alma de Voldemort dejó de existir.

Hermione se acercó exaltada a asistir a Harry, seguida de Lilly, Albus y Severus.

Los magos se dieron cuenta de que la herida provocada por la espada no era muy grande, quizá sólo dejaría una curiosa cicatriz en forma de rayo.

Harry, aún aturdido, miró a Dumbledore y le preguntó: -¿Ha terminado?

Albus Dumbledore bajó la mirada y se apresuró a sentenciar:

-No estamos seguros de en cuántas partes logró dividir Tom Riddle su alma. Sin embargo, a pesar de los sacrificios, hemos logado derrotar a cada una de ellas.

Draco interrumpió, terminando la idea: -Y mientras nos mantengamos unidos, ni Lord Voldemort ni sus seguidores serán rival para nosotros.

Draco extendió la mano hacia Harry quien la tomó con fuerza, creando un momento que sería recordado como el punto en que se estrecharon los lazos del mundo mágico. De una forma inesperada, el Torneo de los Tres Magos, había logrado su misión.