Capítulo 1 - La Batalla del Valle de Godric

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Corría la noche del 31 de octubre de 1981 cuando Lord Voldemort apareció en la casa de Lily y James Potter en el Valle de Godric para asesinar al pequeño Harry tras escuchar parte de una extraña profecía.

Abriendo de golpe la puerta, Voldemort empezó a caminar con su usual parsimonia por la sala, cuando de inmediato se plantó frente a él un decidido James Potter apuntándole con su varita

-Eres un tonto al venir esta noche aquí Tom -exclamó James.

-James Potter, -replicó Voldemort-. Eres muy valiente... o quizá muy tonto al hacerme frente. Reconozco que eres un gran Auror, pero no tienes oportunidad luchando solo contra mí.

-¿Y quién dijo que James está solo? -Replicó una voz ronca, a la vez que de cada costado de la sala aparecían entre sombras las siluetas de Sirius Black y de Remus Lupin apuntando su varita hacia Voldemort.

-Así que trajiste a tus mascotas -Masculló Voldemort-. No esperaba una emboscada, pero no me desagrada la idea.

Voldemort sonrió con éxtasis en su mirada, parecía que la idea de enfrentarse a los tres le generaba un frenesí incontenible. Los cuatro magos examinaron la situación por un momento, hasta que Voldemort tomó la iniciativa. Con una voz muy seria, ya sin sonreír, Voldemort habló con voz imperativa:

-Entrégame al niño, James.

James Potter apretó los dientes y reafirmó su postura amenazante ante Lord Volemort.

-Si así lo haces -prosiguió Voldemort-, serás bienvenido en mi ejército como uno de mis principales generales. Pueden venir tus mascotas también, pero lo más importan: te prometo que si me entregas al niño, nadie tocará a la sangre sucia de tu esposa.

Apenas terminaba de pronunciar esas palabras cuando James empezó a atacar de manera fúrica la humanidad de Voldemort. Al instante, Sirius y Remus se unieron a la batalla y así empezaría la última defensa de los merodeadores en la casa de los Potter.

Tras intercambiar varios hechizos, Voldemort parecía tener controlada la situación, aunque el duelo era en realidad bastante parejo. La balanza se desequilibraría por un momento cuando Remus lanzó un hechizo con el que ató e inmovilizó el brazo izquierdo de Voldemort.

Aprovechando la situación, Sirius dejaría la magia a un lado y asestaría un puñetazo directo en el rostro de Tom Riddle. La varita de Voldemort caería y Sirius aprovecharía el momento para lanzar un hechizo con el que parecía tener inmovilizado a su rival.

En un momento de arrogancia, Sirius voltearía a ver sonriente a James, como si quisiera decirle que había sido más fácil de lo que esperaban. Sin embargo, esta distracción sería aprovechada por Voldemort, quién envolvería a Sirius en una nube de magia negra, lanzándolo en el aire por un par de metros contra una pared.

En una reacción instintiva, James conjuraría un poderoso hechizo explosivo, el cual Voldemort desviaría para que impactara directo en la cara de Remus Lupin, deshaciendo así el hechizo que lo inmovilizaba.

Tomando su varita, Voldemort lanzó una explosión a James, quien la desvió de inmediato. Sin embargo, James entendería que la explosión no era con el afán de lastimarlo, sino para generar una distracción, ya que, al levantar la mirada, Voldemort ya no estaba frente a él

James sabía exactamente a dónde se había dirigido.

Voldemort apareció en un instante dentro de la habitación donde Lily abrazaba al pequeño Harry Potter. Lily miró desafiante a Voldemort, a la vez que le dijo cuatro contundentes palabras:

-Harry nunca será tuyo.

Voldemort cambió su sonrisa por un gesto de ira y sin pensarlo, lanzó el hechizo asesino.

¡Avada Kadavra!

Una luz verde iluminó el cuarto, pero al desaparecer el brillo, Vodemort observó frente a sí la espalda de James Potter, quien se había aparecido para interponerse a la maldición asesina, salvando a su familia a costa de su vida.

Lily, en shock por lo que acababa de pasar, vio los ojos de James, quien dijo su última palabra:

-Harry...

El cuerpo de James Potter caería sin vida ante la atónita mirada de Lily.

Voldemort, sintiéndose victorioso al no ver mayor impedimento para lograr su cometido, volvió a levantar su varita para lanzar una vez mas la maldición asesina a Lily y al pequeño Harry. Sin embargo, antes de que pudiera pronunciar palabra alguna, Lily observaría cómo una fina hoja de acero cortaba desde atrás el cuerpo de Voldemort

Marcando una fina diagonal hacia arriba, las dos mitades del cuerpo de Tom Riddle se desplomarían sobre la alfombra del pequeño Harry. Al levantar la mirada, Lily observaría de pie la estoica silueta de Severus Snape blandiendo la espada de Gryffindor

-¿¡Severus!? -Preguntó asombrada Lily.

-Llegué a tiempo... -Dijo Snape sollozando, con la voz temblorosa, a la vez que tiró la espada y se lanzó a abrazar a Lily Evans.

-Están a salvo -dijo Snape, quien no paraba de llorar al saber que Lord Voldemort ya no podría lastimar a Lily... Ni a su hijo.

Lily, hecha un mar de sentimientos encontrados tras la derrota de Voldemort, pero con la pérdida de James, miró fijamente a Severus a lavez que le decía: -Tengo que escapar.

-¡Pero Lily! -dijo Snape-. No tienes que huir mas, el señor obscuro está derrotado, yo podré protegerte...

Lily negó con la cabeza y le recordó lo que Snape no quería aceptar.

-Sabes que volverá, y vendrá por nosotros. Dumbledore me dijo todo acerca de los Horrocruxes, Lord Voldemort ha muerto, pero no del todo. Él volverá, regresará por mi hijo, tengo que ocultar a Harry...

-Pero Lily... -imploró Snape sin éxito.

-Nunca olvidaré esto Severus-. dijo Lily mientras acariciaba la mejilla izquierda de Snape-. Volverás a saber de mi pronto, pero por ahora tengo que partir. Es el momento...

Se escucharon los pasos de Remus y de Sirius acercándose por las escaleras. Lily se apresuró a abrazar a Snape y esperó al momento en que sus amigos se aparecieran por la puerta. Soltando a Snape, lo miró a los ojos a la vez que le decía -Gracias.

Acto seguido, intercambió una mirada y una sonrisa conlos merodeadores, para de inmediato desaparecer junto con Harry Potter, el niñoque vivió.


El Sacrificio de JamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora