EL BROCHE DEL REY #1 +18 Y 21

capítulo. 1 Honores

Es 31 de diciembre y son las 11:55 minutos.

Camino hasta donde está mi madre con la mamá de Daniela, mi mejor amiga.

—¿Qué te parece si nos tomamos un short y así olvidamos este año y nunca más volveremos a hablar de lo jodido que nos trató?—habla Dani alcanzando un cristal con vodka. 

--Sí, sí me parece, y me apetece _respodo riendo y agarrando el cristal. 

11:59 Dani y yo corremos hacia la ventana del departamento y miramos hasta que sean las 12 de la noche. 

Llega el esperado año para muchos y muchas, y también para mí y mi mejor amiga. 

--¡Pa riba, pa bajo, pal centro y pa dentro! —gritamos antes de tomar el short. 

Y son las 12 de la noche, el primer día del año.

Comimos y bebimos las 4 nuestras madres y mi mejor amiga y yo, que más puedo pedir. Bueno, sí, le pido a este año que, por favor, me vaya bien en todo. ¿Por qué este año me fue difícil? 

☆•♡○•○•○•♡○☆

--Emma, cariño despierta, escucho a lo lejos la voz de mi madre. 

--Mmm — respondo adormitada. 

--Es tu primer día de clases, despierta dormilona. 

--Ma, no me quiero levantar.

--Vamos, anda, levántate —dice jalándome las sábanas. 

--Ya voy —respondí. 

—Tu desayuno está en la mesa, yo me tengo que ir al trabajo, luego te llamo, adiós, amor, deja un beso en mi frente y se marcha dejándome sola en mi habitación. 

No quiero ir a estudiar 😩 

Me levanto y me adentro al baño, me cepillo los dientes y me baño, salgo del antes mencionado y voy a mi armario. 

Me pongo un vestido rojo, que me llega arriba de las rodillas, y unos zapatos blancos y el cabello lo dejo suelto.

Bajo las escaleras y entro a la cocina y miro mi desayuno.

Desayuno y salgo del edificio y me voy a la parada de autobús, me pongo los audífonos y pongo música, amo las canciones, espero por unos minutos y pasa el autobús.

Llego a la universidad el primer día y siempre es agotador 😪, pero mi mejor amiga siempre llega a salvar mi día. 

--Hola, Kaká de gato, dice lanzándose encima de mí. 

--¿En serio, Kaká de gato? No puedes poner otro apodo, —digo levantando una ceja. 

--Es que eres chaparra, Emma. 

--Bien, entonces te pondré uno yo también, ¿te parece? 

--¿Bien, vamos a ver cuál es? 

--Kaká de pájaro—, suelto de la nada. 

--¿Kaká de pájaro? ¿Por qué? —pregunta confundida.