POV LISA.
DÍA TRESAcaricié los pétalos de las flores de un centro de mesa mientras trataba de no pensar en la décima entrevista del día.
Desde la siete de la mañana me había tenido que sentar junto a Jennie en una fría sala de conferencias y responder las preguntas de un sinfín de reporteros. La mayoría de ellas, hasta el momento, trataban sobre Kim Industries, y esperaba que siguiera siendo así.
Las pocas que se referían a nuestra vida privada eran simples e insustanciales: “¿Por qué se envió una circular a la empresa en relación con el compromiso?”. “¿Cuánto tiempo llevan enamoradas?”. “¿Seguirá trabajando para la señora Kim cuando esté casada?”. Llegados a ese punto, comencé a prestar atención a medias a las preguntas. Todavía me costaba borrar de mi mente la imagen de la polla de Jennie.
La noche anterior —y la anterior a esa— había tenido fantasías en las que me follaba durante horas al tiempo que ella metía los dedos bien hondo en mi sexo y yo susurraba su nombre contra la almohada. Aunque la había estado ignorando desde la mañana del día anterior, sabía que estar tan cerca de ella fuera de la oficina se estaba convirtiendo en un problema.
Nunca había estado tan nerviosa, y ella era la causante de que mis hormonas ardieran frenéticas.
—Muchas gracias por su tiempo.—El reportero de The Wall Street Journal se levantó de repente—. Espero que permitan que nuestro equipo y yo hagamos otra entrevista dentro de un par de meses, cuando hayan vuelto de su luna de miel.
—Por supuesto.—respondió Jennie, estrechándole la mano.
—Ya que soy el último entrevistador, ¿puedo hacerles una foto para mi artículo? .—pidió—. Si no es demasiado pedir, claro está.
—Eso depende de la futura señora Kim.—replicó ella, mirándome—. Me ha estado ignorando desde ayer por la mañana, así que quizá quiera preguntárselo usted.
Le di una patada por debajo de la mesa y sonreí al reportero.
—Me encantaría que nos hiciera una foto para su artículo. La iluminación es mejor en el exterior, ¿verdad? ¿Le importa si salimos?.
—En absoluto.
Le lancé una mirada a Jennie y me levanté.
Cuando nos dirigíamos hacia la puerta, me colocó la mano en la parte baja de la espalda y de nuevo volvió a prender fuego a mis nervios.
—¿Adónde vais? .—Jisoo se levantó de un banco al vernos salir.
—The Wall Street Journal quiere hacernos una foto.—le respondió Jennie.
—Ah, ¡perfecto! Entonces esta es la ocasión perfecta para que os beséis al fin. Creo que sería una primera foto fantástica, en especial con este periódico. Solo os pido que hagáis que parezca creíble, por favor.
—No creo que sea una buena idea en absoluto…—respondí yo.
—¿Y por qué no? .—Jennie se giró hacia mí.
—Porque ha dicho que tiene que parecer creíble.—Mentí, a pesar de que era una buena idea y de que yo quería hacerlo—. Yo también necesito unos pocos días más, en realidad, semanas, para olvidar que eres mi jefa… y una capulla.
—¡Aquí estará bien! .—El reportero se giró y montó su trípode—. ¿Pueden echarse un poco hacia atrás y acercarse a la fuente? Y, lo siento, Jisoo, pero la verdad es que no te necesito en esta.
Jennie mantuvo la mano en la base de mi espalda y yo forcé una sonrisa.
El reportero ajustó la lente varias veces y después levantó una mano.
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Novia por treinta días
FanfictionNunca debería haber aceptado ese acuerdo... Hace treinta días, mi jefa -una tiburona de Wall Street- acudió a mí con una oferta que no pude rechazar: poner mi firma en una línea de puntos y fingir ser su prometida durante un mes. Si accedía, podía...