II. De Fantasías Y Monstruos

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«Shun ha vivido toda su infancia con mitos y cuentos sobre los horribles monstruos de mar, pero Saiki es muy diferente a todo lo que alguna vez creyó».

AU. Fantasía.

* ੈ✩‧₊˚

Shun no era un miedoso, e iba a demostrarlo. ¡Él le demostraría a todos que de miedoso no tenía nada! ¡Era valiente, muy valiente! ¡Esa era una verdad irrefutable y lo comprobaría!

     Quizá sería más sencillo si no le temblaran las piernas.

     —Puedes hacer esto —murmuró Shun. No podía ser tan difícil. Es decir, solo eran horribles monstruos dentro de la gran e infinita masa de agua que cubría el planeta. Tal vez lo tomarían del tobillo y empezarían a arrastrarlo a las profundidades oscuras, dejando que la presión del mar o la falta de oxígeno extinguieran su vida.

     ¡Qué trágico se oía!

     Aren le había dicho que no tenía que comprobar nada, que él podía romperle la nariz a los estúpidos que lo molestaban, pero Shun quería hacer las cosas por su cuenta y demostrarle a todos que era valiente.

     El botecito en el que se metió al mar flotaba temblando dócilmente. Podía ver la costa muy bien, pero de todas formas habían varios metros de distancia; ojalá no le volcaran el bote...

     —Están en tu cabeza —susurró Shun—. Los monstruos no son reales, solo cuentos que le dicen a los niños que no quieren dormir...

     ¿Por qué le cuentan cosas de terror a los niños que no pueden dormir?, se preguntó Shun. ¡Así menos ganas de dormir van a tener!

     Abrió la envoltura de un dulce y se lo llevó a la boca, intentando no ser muy ruidoso. Comer era lo único que ayudaba con su ansiedad en esos instantes, por lo que ya llevaba varios de esos caramelos. Estaba guardando las gelatinas de café para más tarde, cuando le diera sueño.

     Y empezaba a sentir sueño; terminó de comer el chocolate y tomó uno de los envases de la gelatina. Algo de ruido se provocó al destapar el contenedor.

     Pero no se acercó nadie, así que Shun se metió la primera cucharada a la boca.

     Sí, quizá todo era un cuento y nada más. ¡Por supuesto! Según su reloj ya llevaba ahí hora y media, ¡lo que era un completo logro! Solo otra hora y media para regresar a su casita y dormir. El mar era tranquilo; estando alejado de la ciudad, el cielo estrellado se lucía frente a sus ojos.

     Shun sonrió. No había nada terrorífico ahí, era solo su imaginación y... ¿Esas eran unas estrellas rosas?

     Parpadeó un par de veces.

     ¿Luces lejanas rosas? No, espera, estaban cerca...

     Eso no era un par de luces lejanas.

     Eran ojos.

     Cuando un grito quiso salir de su garganta la falta de aire se lo impidió. No respiraba y por eso mismo las palabras no salían de sus labios.

     Era un monstruo.

     ¡Pero si se suponía que eran cuentos! No, no, a lo mejor era una mala jugada de su vista. ¡Sí, eso tenía mucho más sentido! Shun tembló, apretando la gelatina de café entre sus manos.

     Si no me muevo no me ve, pensó.

     La-cosa-esa movió la cabeza, como si siguiera el olor de algo. Se sumergió en el mar y Shun entró aún más en pánico.

     ¡¿Y si seguía su olor?! ¡¿Y si le volteaba el barco?!

     —¿Vas a comerte eso? —El susurro en su oído esta vez fue demasiado ara él. Shun gritó y saltó al otro lado del bote, tartamudeando incoherencias.

     —¡No te acerques! —chilló Shun, con el pánico superando los límites que su cuerpo podía soportar—. ¡No te acerques! ¡Vete!

     La-cosa-esa calló unos segundos.

     —¿Eso es un sí o un no? —cuestionó. Shun no lo notó por la oscuridad, pero estaba frunciendo el ceño.

     ¡La oscuridad! Shun tomó su teléfono y prendió la linterna, apuntando a la-cosa-esa. Se esperaba un ser horrible y quizá amorfo, pero en lugar de eso encontró... un chico.

     ¡Era un hombre común y corriente! Bueno, casi. Su cabello era rosa, al igual que sus ojos, ¡pero de ahí era muy normal! Tenía un par de brazos humanos, ¡y su piel no era escamosa!, sino blanca, como el japonés promedio.

     ¿Qué estaba pasando?

     El chico se cubrió de la luz y luego volvió a meterse en el agua. Oh, ahí Shun notó que no podía ser humano; al sumergirse Shun pudo ver una cola.

     ¡Eso era una cola de pez!

     —¿Puedes no apuntarme con eso? —reprendió el hombre-pez a sus espaldas. Shun casi deja caer el celular, pero lo sujetó con firmeza a tiempo. Al voltearse (ya sin la linterna) contempló al mismo sujeto.

     ¿Qué estaba pasando?

     —¡P-Perdón! —se disculpó Shun de forma apresurada. El susto y la sorpresa no se iban, pero se sentía menos amedrentado que antes. La-cosa-esa señaló la gelatina otra vez.

     —¿Vas a comerte eso? —insistió, esta vez algo irritado. Shun dio un respingo antes de ver la gelatina de café, aún en sus manos.

     —Eh.., no..., ¿la quieres tú?

     El hombre se tomó su tiempo ante de acercarse al bote, mirando el envase y extendiendo la mano. Shun le entregó el envase y observó cómo la-cosa-esa se metió un poco a la boca.

     Debió gustarle, pues sonrió muy sincero y se dejó caer un poco hacia atrás, cuidando que no le cayera agua a la gelatina de café.

     —Parece gustarte —dijo Shun. La-cosa-esa no le respondió, tan solo le dio una mirada de soslayo y volvió a comer—. Yo..., uh..., soy Shun.

     —¿Siempre gritas y luego te presentas? —preguntó la-cosa-esa con sarcasmo. Shun negó.

     —Lo siento si fui descortés —se disculpó Shun—. Es solo que... no estoy acostumbrado a ver, pues..., monstruos.

     —Eso es ofensivo —espetó la-cosa-esa con molestia—. Soy Kusuo, no monstruo. ¿Entiendes?

     —¡Ah, sí! —Shun asintió, nervioso—. Lo siento, de verdad.

     Kusuo no le tomó importancia al asunto, solo se acercó y dejó el envase vacío dentro del bote.

     —No lo tires al mar, ensucias todo —dijo Kusuo. Shun asintió, incapaz de hablar. Los ojos de Kusuo brillaban por alguna razón, y su cabello era rosa, ¡y no se veía como en los cuentos!

     Kusuo volvió a sumergirse en el mar.

     —¡Espera!

     Shun se asomó al filo del bote; estaba oscuro y ya no podía ver a Kusuo. Creyó ver una mancha oscura que se hacía más pequeña, pero a lo mejor era solo su imaginación.

     ¿Qué había pasado?

Arcoíris [ SaiKai ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora