VI. Melodía Del Corazón

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«Él lograba lo que ninguno. Shun era capaz de electrificar su corazón».

Song-shot basado en la canción Buttercup.

* ੈ✩‧₊˚

¿No te saldrás de mi cabeza?

     Algo que le resultaba más que ajeno a Saiki Kusuo era, sin lugar a dudas, las emociones. No se consideraba a sí mismo como un cascarón vacío, pero definitivamente le resultaban extrañas. No era alguien que se enojara con facilidad, alguien depresivo ni nada eso; pero, por otro lado, tampoco era alguien que sintiera mucha felicidad, sobre todo porque él quería ser normal, y no lo era.

     ¿Quejarse de sus poderes? Lo hacía casi toda hora, pero era algo suyo, tenía que aceptarlo.

     En fin, los sentimientos eran algo muy ajeno para Saiki Kusuo, ¿por qué, entonces, su corazón se sacudía con tanta violencia cuando Shun estaba cerca?

Electrifica mi diente de oro...

     Frunció el ceño, pensando en las sensaciones tan extrañas que le causaba aquel individuo de ojos carmines con solo con sonreírle. Era complicado no pensar en sus tímidas sonrisas, cargadas de emoción cada que le dirigía la mirada. ¿Sentiría Shun lo mismo que él? ¿También tendría sacudidas en el corazón cuando estaban juntos?

Olvídalo, lo haré alguna vez

     Sacudió la cabeza. No, no quería nada de eso, ya era suficiente problema el tener que lidiar con sus extraños compañeros de clase, no quería nada más. No quería nada que viniera de Kaido Shun, ¡simplemente no! Ese tipo era raro, extraño, con delirios de grandeza muy grandes para su pequeño cuerpo; bastante inteligente, sí, un chico leal, dulce, alegre, amable, no negaba que se preocupaba por él; pero era porque Shun podía ser muy frágil, despistado, sensible, y todo lo que necesitaba era un amigo.

     Mierda.

     Lo tenía perdido, ¿desde cuándo el gran Saiki Kusuo se extraviaba en sus propios pensamientos? Él, por más que le doliera aceptarlo, no era normal; y ahora, por primera vez en su vida, no quería ser normal. Si ser normal significaba tener que lidiar con aquel extraño sentimiento, no quería nada.

     Sí, por supuesto, era cosa de alejarse de él, ¿verdad? ¿Qué tan difícil podía ser eso?

Estoy encerrado en el botón*...
¿No puedes hacerlo alguna vez?
Empujarlo muy lejos

     —Saiki —llamó una inconfundible voz. De inmediato (y de manera inconsciente) volteó la cabeza para poder ver adecuadamente al chico que había pronunciado su nombre.

     Y ahí estaba, parado frente a él y con una sonrisa infantil, Kaido Shun.

     —¿Qué quieres? —preguntó con toda la brusquedad e irritación posible. Eso, si embargo, no pareció molestar a Kaido.

     —Esta tarde todos iremos de compras —informó Shun, con toda la emoción de un niño como fuera posible—, así que quise avisarte, para que pudieras venir.

     Él le sonreía tan feliz... ¿cómo negarse?

Bien, electrifícame
Electrifica mi diente de oro

     —Bien —se resignó, completamente incapaz de resistirse a sus propios y nuevos sentimientos—, iré.

     Shun soltó un gritito de emoción y dio unos pequeños saltos en su lugar, expresando su total emoción. Una sonrisa por poco y se escapa de los labios de Kusuo, quien definitivamente no habría autorizado aquello.

Arcoíris [ SaiKai ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora