CAPÍTULO 1

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Harry volaba por la ciudad cuando vio que una sombra humana vestida totalmente de negro se acercaba a un humano que caminaba en dirección hacia él, atravesando un solitario parque iluminado por la luz de la luna.

Batió las alas para mantener su posición por encima de ellos y se quedó flotando en el frío aire de la noche, observándolos. La sombra de negro aparecía y desaparecía cuando pasaba por debajo de las farolas que se alineaban a ambos lados de los caminos del parque.

Las luces no eran lo suficientemente intensas como para atravesar la oscuridad, lo que le permitía ver perfectamente las enigmáticas formas de los edificios que los rodeaban, la zona se hallaba en completa penumbra.

Harry descendió en la noche. Quería estar cerca de ellos para poder intervenir en caso de que tuviera razón y aquella sombra de negro no fuera en realidad lo que parecía y le quisiera hacer daño.

Si era un demonio y daba alguna señal de querer atacar al humano no dudaría en actuar. Hasta que eso sucediera sólo observaría. No le gustaba meterse en los asuntos de los demás. Él era un ángel cazador, no uno protector.

Las ráfagas de viento le enfriaban la piel. El verano estaba llegando a su fin y el otoño se estaba abriendo camino con tanta seguridad como la noche. Los días eran cada vez más cortos y él aún no había encontrado a los demonios que buscaba.

El Tribunal Celestial se estaba empezando a impacientar, querían saber por qué un comandante de los suyos se había asociado con tres demonios para eliminar a más de cien humanos y luego habían incriminado a un ángel bajo su mando, tendiéndole una trampa para conseguir que le desterraran.

Sin embargo, otro ángel especialista en intervenciones había luchado por demostrar su inocencia. Luego de eso habían pasado muchas cosas, ahora el ángel traidor estaba muerto y la única misión de Harry era encontrar a esos tres demonios.

Vio a ambos hombres acercarse. La mano de Harry buscó la empuñadura de la espada que colgaba de su cintura. Se sobresaltó ligeramente al notar lo frío del arma. Pronto tendría que cambiar su túnica y empezar a llevar su armadura de invierno.

De pronto, el ruido que oyó bajo sus pies llamó su atención. El humano estaba siendo atacado. Harry se apresuró hacia él, pero frenó a escasos metros cuando lo vio sacar una corta espada de plata de la parte trasera de su chaqueta de mezclilla y empezar a pelear, él no pudo hacer otra cosa que mirarlo fijamente mientras peleaba contra aquel demonio, que seguía aferrado a su apariencia humana.

Aunque el humano parecía no tener la altura y fuerza necesaria para pelear con un demonio, sus movimientos eran ligeros y directos, con toda la intención a matar. Él sabía perfectamente lo que hacía. Su esbelta figura y la ceñida ropa que llevaba daban aún más elegancia a sus movimientos. Lo vio levantar la pierna y dar una patada en la cabeza del demonio. En cuanto su pie tocó el suelo lo volvió a levantar cogiendo al demonio por sorpresa y desprotegido.

Siguió atacando tan rápido y conciso que le hizo perder el equilibrio mediante las embestidas y golpes de su corta espada. La hoja brillaba con intensidad bajo la luz de la luna y los destellos de luz blanca y plateada resaltaban su mortal camino.

Harry batió las alas para mantenerse en su sitio. Estaba hipnotizado por la habilidad que demostraba tener aquel humano para pelear. Jamás había pensado que alguien de la tierra pudiera tener tanta destreza. Los que él había conocido hasta entonces necesitaban que los atendieran y los protegieran. Pero aquél era distinto.

Podía manejar un arma con facilidad y poseía una habilidad casi tan buena como la suya; además irradiaba seguridad y fuerza. Aquel humano sabía cuidar de sí mismo y él no debía intervenir en aquella pelea, aunque sus instintos le ordenaran lo contrario.

ÁNGEL CAZADOR DE DEMONIOS (LS AP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora