CAPÍTULO 5

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Harry abrió la puerta de la habitación del hotel. Louis pasó junto a él y encendió las luces. La sala que había entre las dos habitaciones captó su atención de una forma que no era natural. Aunque no había mucho que ver.

Había dos sofás tapizados en crema y con los bordes dorados, una mesita de café de madera y un televisor de pantalla plana sobre un mueble que descansaba entre las dos grandes ventanas que había frente a la puerta.

¿Estaba evitando mirar a Harry?

Los ángeles eran muy perspicaces. Ellos podían sentir el miedo y las emociones de los humanos.

Louis se acercó a la puerta de la segunda habitación. Harry observó cómo se detenía sobre una pierna soltando todo su peso, observando a su alrededor. Deslizó la mirada por todo su cuerpo. Aquel hombre le resultaba mucho más que tentador. Pero él era un ángel y sabía perfectamente el motivo por el que no podía caer en la tentación.

Louis lo miró. Sus ojos azules se clavaron en los de Harry.

El ángel se acercó a él sin pensar. Sus pies se movieron por su propia voluntad y lo llevaban hacia lo único que no debía hacer, hacia lo único a lo que no se podía resistir.

Era hermoso.

Y a Harry estaba empezando a no importarle su sangre o quién fuera, porque todo aquello era lo que lo convertía en el hombre que tenía ante él. Se rio de sí mismo.

¿Qué clase de estúpidos pensamientos eran aquéllos?

Sí, había flirteado con él un par de veces, pero eso no significaba que lo deseara. Por lo que a él respectaba, para Louis aquello no era más que un malvado juego demoníaco, una trampa para atrapar a un ángel.

Harry se detuvo cerca de él. Lo miró a los ojos e intentó descifrar sus verdaderos sentimientos.

No.

Aquello no era un juego.

Aquello era real. Para los dos. Los dos estaban asustados. Lo único que ocurría era que estaban peleando contra aquel deseo que inexplicablemente ambos habían empezado a sentir.

Harry se había rendido al humano en el preciso momento que lo vio por primera vez, la noche anterior...

En ese instante, vio a Louis caminar hacia él, apoyó la mano sobre el peto de su armadura y se puso de puntillas. El ángel fue incapaz de moverse cuando acercó la boca a sus labios mientras cerraba los ojos. Le dio un beso suave, tentador y alucinante.

Cualquier rastro de reserva en Harry se hizo mil pedazos en un segundo. Él empezó a besarlo, pero entonces Louis se apartó y dio un paso atrás en dirección a la puerta abierta de su habitación. Deslizó los dedos por su peto y sonrió.

—Gracias por la cita. —Después, entró en la habitación y le cerró la puerta en las narices.

El ángel se quedó allí mirando los blancos paneles de la puerta con la respiración acelerada y peleando por recuperar el control. ¿Acaso estaba intentando desestabilizarle? ¿Estaba jugando con él o iba en serio? Peleó contra las ganas de tirar la puerta abajo para preguntárselo.

Apoyó las manos sobre la puerta e inspiró con fuerza intentando recuperar el control de sus emociones.

Louis se movió al otro lado de la puerta: primero se acercaba y luego se volvía a alejar. Harry lo escuchó mientras intentaba convencerse de que debía dar media vuelta y meterse en su habitación. Pero no era posible, no debía hacerlo.

No debía...

A él no le importaba si aquello era real o no.

No le importaban las consecuencias.

ÁNGEL CAZADOR DE DEMONIOS (LS AP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora