Cuando llegué a la mañana siguiente, Taehyung estaba sentado en el borde de su cama, estaba duchado y vestido. Había escogido unos pantalones de chándal sueltos para él, pensando que serían más fáciles para su pierna, y una de sus camisetas favoritas. Se veía tan diferente con ropa normal en lugar de la ropa de hospital que había usado las últimas tres semanas y media.
—Buenos días —dije, sin poder ocultar mi emoción—. ¿Cómo te sientes?
Sonrió.
—Bien. Nervioso.
—Yo también estoy nervioso —admití.—¿Lo estás?
—Claro. Estoy nervioso de no ser la mejor persona para los cuidados en casa y de que te hagas daño porque he hecho algo malo.
—¿Como qué?
—No lo sé. Dejar la alfombra de baño en el suelo y que te tropieces con ella y te golpees la cabeza en la bañera. O que las escaleras serán demasiado para ti. Ese tipo de cosas.
Que te darás cuenta de que ya no quieres vivir conmigo...
—Ya somos dos —murmuró.
—¿Te preocupa que sea un mal cuidador en la casa?
Resopló.
—No. Me preocupa que tengas que ser mi cuidador en casa, que te hartes de tener que cuidarme.
Me acerqué a él y me paré frente a él, poniendo mi mano en su hombro.
Nunca me cansaré de ello. No eres una carga, y no eres una molestia. Saldremos de esto. Sólo significa que tendrás que soportar mi terrible cocina por un tiempo.
Casi sonrió.—Gracias. —Pero luego respiró profundamente y se encontró con mi mirada—. Lo digo en serio. Gracias. No tienes que hacer esto, podías haberte largado, pero no lo hiciste. No consigo tener ningún recuerdo de mi vida antes del accidente y podría estar sin hogar. Pero te quedaste a mi lado.
Mi mano ardió por tocar su cara, por acariciar su mejilla para poder besarlo suavemente. Por supuesto que no podía, así que aparté mi mano.
—No estaría en ningún otro lugar. —Sonrió pero miró hacia otro lado. Se formó una línea entre sus cejas—. ¿Cómo se siente tu brazo? ¿Está bien esa camiseta? —Había elegido una con mangas cortas sueltas.
Miró hacia abajo y levantó el brazo un poco.—Sí, gracias. Está bien. Lo volvieron a vendar. La doctora estaba contenta con él.
—Bien. ¿Dijeron cuándo puedes irte?
—Sólo espero a que venga la doctora. Tiene papeles y pastillas, ese tipo de cosas.
—Bien. ¿Ya has comido? Puse tu café helado en la nevera de casa. Pensé que podría ser algo para esperar.
Sonrió más genuinamente entonces.
—Gracias. Sí, he comido unas tostadas.
Apunté con mi barbilla a la cosa del asiento de la moto.—¿Quieres probar? Quiero decir, tenemos que acostumbrarnos a ello con sólo yo ayudándote.
Su sonrisa se amplió.
—Bien. Sí, vale.
Lo giré para que estuviera delante de él y poner los frenos, luego fui a su lado izquierdo y le cogí el brazo.
Entonces —dije—. Todo tu peso en tu buen pie. ¿Listo? Él asintió, su rostro concentrado.
—Sip.
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Piezas de ti •KookTae•
Random1 Cuando un terrible accidente desgarra su mundo, Taehyung se queda sin recuerdos de Jungkook o de su relación. Tratar de volver a unir las piezas es casi imposible cuándo algunas están en blanco y otras faltan por completo. Jungkook tiene que dejar...