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El rugido del motor llenaba mis oídos mientras atravesaba la pista a toda velocidad.

La adrenalina corría por mis venas, alimentando cada movimiento preciso que hacía.

—Vamos, nena —murmuré a mi auto, presionando el acelerador aún más. —Muéstrales de qué estamos hechos.

Después de tres vueltas perfectas, finalmente me detuve en los pits. Inmediatamente, mi equipo me rodeó como un enjambre de abejas.

—Buen trabajo, Jisung —dijo alguien, pasándome una botella de agua.

—Por supuesto que fue buen trabajo —respondí, quitándome el casco —¿Esperaban menos del mejor piloto del mundo?

Mientras me secaban el sudor y revisaban mi equipo, no pude evitar sonreír. Era el mejor, sin duda. Bueno, casi... ese maldito Minho seguía siendo una espina en mi costado.

Estaba a punto de irme cuando mi manager se acercó con una expresión preocupada.

—Jisung, tenemos un problema. Minho acaba de firmar un contrato con una marca de bebidas energéticas. Les está yendo muy bien y... bueno, tu popularidad está bajando.

—¡¿Qué?! ¡Ese hijo de...! —grité, la ira hirviendo en mi interior.

—Calma, calma —intentó apaciguarme mi manager —Podemos hacer lo mismo. Tenemos muchas ofertas de campañas y-

—¡Cállate! —lo interrumpí —¡Escoge la marca que te salga del culo y haz que funcione!

Sin esperar respuesta, me dirigí a mi auto lujoso y arranqué, dejando el circuito atrás. Mientras conducía hacia mi enorme departamento, no podía dejar de maldecir.

—Maldito Minho —gruñí —Siempre arruinando mi vida, mi carrera. ¿Por qué no puede simplemente desaparecer?

Yo era Jisung, el mejor piloto de Fórmula 1 del mundo. Y nadie, especialmente no Minho, iba a quitarme ese título.
Pero a pesar de mi confianza, una pequeña voz en el fondo de mi mente susurraba dudas. ¿Y si Minho realmente era mejor que yo? ¿Y si todo esto era solo una fachada para ocultar mis propias inseguridades? Sacudí la cabeza, intentando desterrar esos pensamientos. No, yo era Jisung, y nadie podía superarme.

 No, yo era Jisung, y nadie podía superarme

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Un nuevo día, un nuevo compromiso.

Hoy tendría una conferencia de prensa, las cuales me encantaban solo tenían un problema… Las preguntas sobre el mal nacido de Minho.

El bullicio de los periodistas era ensordecedor, pero a mí no me importaba.

Me senté en la silla frente a ellos, con una sonrisa confiada en el rostro y el micrófono frente a mí, listo para cualquier pregunta. Sabía que todos estaban aquí para verme, para escucharme. Después de todo, yo era Jisung, el mejor piloto de Fórmula 1 del mundo.

Un periodista levantó la mano y tomó la palabra primero.

—Jisung, ¿cómo te sientes después de la última carrera? —preguntó, su voz apenas audible por encima del murmullo de la sala.

Derrapa en mis curvas • +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora