10. 🖤

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Antes de iniciar el capitulo quiero aclarar que esta es mi primera vez escribiendo escenas +18, por favor no me crucifiquen si no queda bien y si tienen algún consejo para mejorar agradecería que lo dejara en comentarios, ahora si a empezar.
Besitos ❤️

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El beso era demandante, trato de alejarse de Alfa, pero sus intentos fueron en vano ya qué él era puro instinto, al fin cayó en cuenta que se trataba de su rut y él estaba atrapado, el olor de las feromonas Alfa era intenso a tal punto de hacerlo tambalear, con el poco raciocinio qué le quedaba logró cerrar la puerta con seguro, sabía que no tenía salida ya qué el afa lo había acorralado entre su torso y la puerta, su mente era un caos, los besos del Alfa eran intensos sentía que en cada uno buscaba llevarse su esencia, las manos del Satoru lo acariciaban de manera posesiva, de repente el alfa lo arrastró hasta la cama y ahí ll arrojó sin ningún cuidado, rasgo sus prendas dejándolo completamente desnudo y así mismo se deshizo de su ropa dejando ver su ereccion la cual era digna de un Alfa dominante, su cuerpo temblaba no solo por el miedo sino que bien por el efecto qué las feromonas estaba teniendo en él, trató de levantarse, pero el torso desnudo de Satoru se lo impidió, por un momento vio a sus ojos, los cuales tenían un color azul más intenso de lo normal.

— Satoru, por favor escuch... ¡ ¡Aghh... Duele! — jadeó cuando de una sola estocada fue invadido por el alfa — ¡Espera... No te muevas..! — otro jadeo salió de su boca, a pesar de que su entrada se encontraba bastante húmeda debido a las feromonas el tamaño del Alfa era demasiado para él — ¡Aghhh... Despacio por favor! — lloriqueo cuando el alfa empezó a embestirlo, solo unas cuantas embestidas fueron suficientes para que su orgasmo llegará sobre su abdomen, pero sabía que Satoru estaba lejos de estar satisfecho.

— ¡Hueles tan bien! — expresó mientras lo tomaba sin clemencia y olfateaba su cuello en el cual iba dejando marcas de besos y leves mordidas, el vaiben de sus caderas arrancaba gemidos de él quien ya se había rendido a su suerte.

Su pecho, sus pezones, sus piernas incluso sus caderas quedaron marcadas con mordidas y besos, pero aún estaba lejos de terminar, el alfa se sentó sobre sus talones y lo atrajo para sentarlo sobre él, nuevamente de  un solo movimiento lo penetró, él abrazo con fuerza al Alfa tras la invasión y dejando pequeñas marcas de sus uñas en la espalda de Satoru quien al sentir los rasguños solo lo penetró con más fuerza haciendo que por segunda vez llegará al orgasmo manchando así el abdomen de ambos. El alfa lo siguió embistiendo y en cada estocada llegaba más profundo haciendo que el soltara fuertes gemidos, su cuerpo se acopló al tamaño del Alfa y cada vez el olor de sus feromonas era más fuerte hasta el punto de que la habitación estuviera completamente impregnada, el alfa seguía besando de forma posesiva y mordiendo su labio inferior, de repente sintió como el miembro del Alfa se hizo más grande y supo que algo no andaba bien.

— ¡Satoru... Aghh.. Duele! ¡Sácalo por favor...! ¡SATORU! — gimoteo, y las lágrimas corrieron por sus mejillas de repente sintió el dolor intenso de la mordida qué el alfa había dado en su cuello y el miedo lo invadió completamente cuando sintió como el alfa lo llenaba por completo tras llegar al orgasmo  — ¡Satoru... No por favor... Suéltame¡ — gritó aterrorizado, sabía perfectamente lo que significaba esa mordida, Satoru lo había marcado, después de sentir algo de alivio cuando el alfa lamió sobre la marca reciente y el sin poderlo evitar cayó inconsciente.

No sabía exactamente cuanto tiempo estuvo dormido, pero despertó cuando un estruendo lo despertó al hacerlo un gemido salió de su boca, el alfa aun seguía bombeando en su interior, pero ahora se encontraba boca abajo solo con las caderas levantadas, apretó fuertemente la almohada y sin poderlo evitar sus lágrimas salieron, esa noche tormentosa marco un gran cambio en su vida, ya sin fuerzas para resistirse se dejó hacer lo que el alfa quisiera, entre llantos solo rogaba qué la noche pasara rápidamente.

Los primeros rayos del sol se asomaron y sus ojos se abrieron, había sido una noche muy difícil no recordaba en que momento el alfa se había detenido ni cuantas veces terminó en su interior, con las pocas fuerzas que tenía se logró safar del agarre de Satoru quien lo abrazo fuertemente cuando había quedado medianamente satisfecho, al tratar de levantarse sus piernas se tambalearon y lo hicieron caer al suelo, ahí se quedo por unos minutos mientras sus piernas se recuperaban, cuando eso paso se puso de pie y se colocó un albornoz, levanto los trozos de su ropa del suelo y salió de la habitación en completo silencio para no despertar a Satoru, agradeció qué no hubiera nadie así pudo pasar directamente a su habitación. Entró rápidamente y vio su reflejo en el espejo qué se encontraba en la estancia, todo su cuerpo tenía marcas de mordidas y besos a excepción de su rostro, al ver su cuerpo en ese estado no pudo evitar volver a llorar, nunca había sido tratado de esa manera, ahora más que nunca odiaba el hecho de ser omega; después de calmarse pudo cancelar uno de los boletos para regresar a Los Angeles ya qué sólo viajaría él, también aprovechó para hacer cita con la doctora Shoko, sabía que esa marca le traería muchos problemas, después de hablar con la doctora y platicarle lo ocurrido fue directamente al baño para inyectar un inbibidor y tomar algunos supresores todo eso a consejo de Shoko; tomó una ducha, pero al entrar en contacto con el agua las heridas de su cuerpo ardieron muchísimo, salió y se vistió con rapidez trato de usar ropa que ocultara las marcas en su cuerpo sobre todo la del cuello, su equipaje ya estaba preparado así que solo termino de arreglar algunas cosas y salió de su habitación, al llegar a la salida vio a Nanami quien regresaba de su caminata matutina, él al velo le sonrió.

— Hola Kento — saludo con una sonrisa.

— Suguru creí que Satoru también salía esta mañana — mencionó.

— Satoru se encuentra indispuesto, así que el regresará a Los Angeles en dos días — hablo serio — Pero me alegra poder despedirme de ti — sonrió.

— No sabía que Satoru estuviera mal, pero después hablaré con él, permiteme llevarte al aeropuerto — pidió.

— No es necesario Kento, yo pedí un taxi, creo que ya debe estar por llegar, de verdad espero pronto verte de nuevo — mencionó con una sonrisa.

— Esta bien, pero por favor avisame cuando ya estés en el aeropuerto y si espero estar pronto por allá — habló y le dio un fuerte abrazo y él contuvo un jadeo al sentir la presión en su piel qué se encontraba sensible.

Ya en el aeropuerto hizo todo lo que debía y al final abordó, las diez horas de vuelo ni las sintió debido al cansancio acumulado. Al llegar a Los Angeles nuevamente el cambio de horario lo desconcertó, otra vez volvio a pasar por todos los protocolos del aeropuerto y salió para encontrarse con Riko quien ya lo esperaba y al verlo se abalanzó sobre él, al sentir el contacto con su amiga no pudo contener más sus lagrimas.



Lier  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora