7. ❤️

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Desde el balcón de su habitación tenía una perfecta vista hacia el jardín trasero de la casa por ende también del lago, se encontraba tranquilo sentado en una de las sillas dispuestas en el balcón, gracias a la doctora había podido obtener información acerca de su condición, leyó varios  artículos dedicados a personas que pasaron por lo mismo que él, de repente el sonido de una risa llamó su atención, busco con la mirada de dónde provenía, la punzada en su pecho lo hizo estremecer al ver a Miwa del brazo de Satoru conversando y riendo, no entendía porque ahora era más sensible a esos sentimientos, se levantó de repente y entró nuevamente a la habitación, se recostó en la cama, por un momento quería olvidarse de todo; tomó su teléfono y llamó a Riko porque aún no le había informado qué había llegado con bien a Zurich.
Después de recibir el regaño de su amiga e informarle que todo estaba bien cortó la llamada, estaba dispuesto a tomar una pequeña siesta antes de la cena, pero a su mente solo llegaron pensamientos extraños, sabia que jamás podría compararse con Miwa, ella era tan delicada justo lo que se espera de un omega, pero él al haber vivido siempre como beta pues su cuerpo estaba muy bien trabajado, tenía el abdomen marcado, su piel no era tan suave como la de los omegas normales; al no poder conciliar el sueño decidió seguir leyendo los folletos.

Después de haber leído durante un buen rato sus pensamientos se encontraban aun más alborotados ya qué la información que encontró lo sorprendió mucho, en los folletos se leía qué quienes había llegado a ser omegas de la misma forma que él habían notado cambios drásticos en su cuerpo, por ejemplo, su piel se volvió más suave y tersa, el abdomen marcado cambiaba a piel más suave al tacto, también en el rostro se dejaban ver expresiones más delicadas, dignas de un omega, en fin un completo deleite a  la vista de cualquier persona; se puso de pie y corrió directo al baño para poder observar su reflejo en el espejo, pero su hacer fue interrumpido por el toque en la puerta, al abrir encontró a una de las empleadas y esta le aviso que la cena estaba servida, agradeció y vio como la chica se alejaba, caminó hasta la mesita de noche y tomó su teléfono, luego se dirigió al comedor.

Al llegar al comedor vio a Nanami quien al verlo dejo ver una sonrisa sutil, caminó y tomó asiento al lado del rubio, sentía como las miradas de los presentes estaban sobre él y eso le incomodaba un poco, pero el carraspeo de Nanami desvío la atención de todos.

– Suguru, ellos son Toji y Megumi Fushiguro y también nos acompaña Yuji Itadori, pereja de Megumi – habló Kento con seriedad, los presentes le dedicaron un sonrisa amable – Y él es Suguru Geto, asistente de Satoru – presentó formal el rubio.

– Mucho gusto – dijeron todos en sintonia, lo cual los hizo reír, pero fue Toji quien cambió de tema.

– ¿Y Satoru? ¿No nos acompañará esta noche? – inquirió.

– No, él salió con Miwa hace unos minutos y dijeron que no sabían a que hora regresarían – respondió escueto.

– No puede ser, primera vez que nos vemos en años y el prefiere ir de conquista – bufó el pelinegro.

– Tendrás más días para verlo – mencionó si darle mucha importancia.

– Tienes razón, hay muchas cosas que necesito hablar con él – murmuró.

A pesar de saber que Satoru se encontraba con Miwa él decidió no pensarlo demasiado, así que disfruto la cena, sobre la mesa había  distintos platillos qué se veían deliciosos, muchos a base de queso y lo que no podía faltar era el tradicional chocolate, disfrutó mucho la compañía de todos, Yuji y Megumi eran dos chicos bastante agradables, a pesar de que Megumi no hablara mucho, Yuji por el contrario era bastante conversador y muy cariñoso con su omega, pocas veces había visto a omegas dominantes y Megumi era uno de ellos. Al terminar la cena todos pasaron a la sala de estar y ahí siguieron hablando de cosas triviales,lo que lo incomodaba un poco era la mirada intensa de Toji quien desde la cena no quitaba su vista de él; después de unas horas todos se retiraron y en la sala solo quedaron él y Kento.

– Suguru, después de las reunión de mañana me gustaría llevarte a conocer uno de los lugares más lindos de la ciudad – mencionó.

– Sí, señor Nanami – concedió – Muchas gracias por la invitación – murmuró y no sabía el porqué de huir de la mirada del rubio.

– Por favor solo dime Kento – pidió y dio un sorbo a la copa de vino qué tenía en su mano – Me gustaría saber más de ti – pidió.

– Esta bien, Kento – dijo con reticencia – a decir verdad no hay mucho que saber creo que ya le habl... – su conversación fue interrumpida por el albino quien llevaba en brazos a una muy ebria Miwa, él los vio, pero no dijo nada solo subio a dejar a la chica en su habitación.

Nanami apretó el puente de su nariz en modo de frustración, sólo pasaron unos minutos cuando Satoru bajo rápidamente las gradas y camino directo hacia donde ellos se encontraban.

– Perdón Nanami, no quería que esto pasara, no sabía que ella no toleraba muy bien el alcohol – mencionó.

– Tranquilo, ella siempre sobrepasa sus límites y sinceramente ya no se que más hacer – confesó – Pero no te preocupes mañana hablaré con ella – mencionó – Por cierto Toji esperaba que estuvieras en la cena de hoy – informó.

– No sabía que el estaría acá, yo también quería verlo – habló resignando.

Carraspeó para llamar la atención de los alfas y ambos voltearon a verlo – Perdón por la interrupción, pero me retiro – informó – qué descansen – se puso de pie y se camino al segundo piso.

– Esta bien Suguru, qué descanses – hablo el albino.

– Si Suguro, descansa y recuerda que mañana después de la reunión tenemos un viaje un tanto largo – recordó y de reojo vio la intriga en su amigo.

– Sí Kento, estoy emocionado por eso – menciono antes de retirarse.

Llego a su habitación y sin pensarlo más solo se tiró de manera descuidada sobre el colchón e inmediatamente quedo completamente dormido.

**********

Su mirada estaba fija en su amigo, primero le había molestado qué él y Suguru se hayan tomado tanta confianza en unas cuantas horas, segundo, no sabía de que viaje hablaban así que decidió preguntar a su amigo.

– ¿De que viaje hablan? – inquirió – No recuerdo que en la agenda para este viaje hubiera uno dentro de la ciudad – menciono serió.

– Ah, pues no es un viaje de trabajo, es solo que quiero mostrarle a Suguru la ciudad nada más – respondió con simpleza.

– Oh bueno! – murmuró – Kento, ¿qué es lo que pretendes con Suguru? – inquirió un tanto molesto.

– Bueno ya que lo preguntas, él me interesa y si me gustaría sabes más de él, qué es lo que le gusta, lo que lo hace feliz, lo que le molesta y sobre todo me gustaría formar parte de su vida – respondió con convicción – ¿Hay algún problema con eso?

– A ver, apenas lo conociste hoy, no sabes si tiene a alguien quien lo espera en Los Ángeles y tu ya quieres formar parte de su vida –mencionó, pero por alguna razón sentía que parte de eso se lo decía a él mismo.

– Pues hablamos durante la tarde y él mismo dijo que no salía con nadie, así que hasta que él no me diga que no me quiere en su vida aun tengo oportunidad – confesó y se levantó del sillón y a paso firme salió hacia el jardín trasero, dejándolo completamente sólo.

Se levantó de forma brusca y se dirigió al segundo piso, iba directo a su habitación, pero algo llamó su atención, la puerta de la habitación de Suguru se encontraba abierta, no supo que fue lo que lo llevo a colarse  en la habitación, pero ya lo había hecho y no había vuelta atrás, caminó hasta la cama donde encontraba el pelinegro durmiendo profundamente, su cabello largo desparramado sobre la almohada y cubriendo parte de su rostro, se detuvo a observar sus fracciones qué eran bastante delicadas, su respiración pausada le daba un toque más delicado, una de sus manos estaba extendida hacia la orilla así que se tomó el atrevimiento de acariciarla, de repente él pelinegro se volteó para entre sueños abrazar otra de las almohadas qué habían sobre la cama, la imagen era bastante tierna, pero su cuerpo se estremeció cuando él pelinegro abrazo fuertemente la almohada y pronunció su nombre.

Lier  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora