𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗

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❛ 𝖴𝗉𝗌

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❛ 𝖴𝗉𝗌... ❜
˚₊‧ ꒰ა ☆ ໒꒱ ‧₊˚

Carrera era demasiado joven para esto. Y no lo tomen a mal, pero no creía ni un poquito en todo el teatro armado por esos dos. Había algo sospechoso en cuanto a interacciones, su hermano podía ser algo reservado con sus antiguas parejas, sí, lo sabe con certeza.

Pero esto era diferente.

Todo se sentía mal y complicado para su pobre mente, pero desde que su frijolito no germinó en el kínder supo que su vida no sería fácil, e instigar sobre las relaciones de su hermano mayor era uno de sus pasatiempos favoritos.

Incluso si lo mandaban a la mierda la mayor parte del tiempo por meterse en donde nadie lo llamó. Spoiler: no le importó y siguió rompiendo las bolas.

Entonces, cuando ambos llegaron a trompicones a la casa, soltando risitas cómplices entre sí y empujones amistosos, Carrera supo que algo había cambiado y ya no se sentía ese ambiente forzado que tanto se habían esforzado en crear.

Frunció el ceño pensativo, ¿había sacado conclusiones apresuradas?

Su vista viajó hacia la parejita, sobre todo en las manos entrelazadas y los pequeños besitos que Spreen dejaba en la mejilla del caucásico, sintió náuseas.

Ew.

Esa atmósfera cursi y adorable ya la había vivido una vez, siendo el principal motivo anterior, el ex de su hermano; con Juan abordo, las cosas eran incluso mucho más vomitable que la sencilla vista frente a él.

Aun así, era demasiado rosa para sus inocentes ojos, decidió interrumpir con un carraspeo de garganta exagerado, importándole poco haber espantado a su familia y se levantó del cómodo sofá para marcharse a su habitación con pasos agigantados.

Le gustaba molestar y fingir estar disgustado.

—¡Oh, por fin llegaron!—saludó la mujer con falsa molestia, parecía haber estado esperándolos, pareció contemplar la escena y trató de decir algo, pero pareció desistir de hacerlo— Nosotros ya nos íbamos a dormir, descansen muchachos y no hagan mucho ruido —se despidió Rubí con una amplia sonrisa, mientras tomaba a su esposo del brazo y lo guiaba escaleras arriba.

[...]

Fue bochornoso, cuando llegas a casa tan tarde lo último que esperas encontrar es a tu familia aún despierta esperándote con intenciones genuinas y amables.

Más que amabilidad, podía considerarse copucha sobre ellos.

Las mejillas de Conter se pusieron rosas cuando Rubí los miró de manera cómplice y saber que Carre estuvo mirándolos antes, por su obvia interrupción, hizo que ambos se sintieran aún más avergonzados.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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