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El olor de las flores y el aire de primavera soplando con tranquilidad cautivaban a la hermosa Taehyeon quién mantenía la vista hacía el cristalino lago frente a ella. La brisa encantadora del lugar, la soledad y la magnífica vista del paisaje eran simplemente un hermoso placer.

El silencio fue interrumpido por unos pasos conocidos, Taehyeon sonrió al escuchar esos pasos, sabía de quién se trataba.

— Si volviste — comentó Taehyeon sin despegar su vista del lago al sentir la presencia de Beomgyuri.

Beomgyuri asintió cabizbaja, sentía algo de vergüenza y timidez.

— Si te desagrada puedo irme — susurró con temor.

Taehyeon apartó su vista del lago y la plantó en Beomgyuri quién mantenía la vista hacia el suelo.

— ¿Por qué? Claro que no me desagrada... Por favor quédate.

En respuesta Beomgyuri caminó hacia Taehyeon, estaba sentada en el pasto rodeada de flores, el olor era magnífico, la tranquilidad, el canto de las aves, todo era perfecto.

— ¿Siempre vienes acá? — cuestionó antes de sentarse a lado de Taehyeon.

— Es lindo ver el lado no oscuro de este lugar — suspiró — ver la honestidad que la madre naturaleza nos regala, sentir la fragancia de sus flores... Flores reales.

Beomgyuri asintió, suspiró sin pensarlo, fue inevitable, poder sentir la gran combinación de olores, sentir la tranquilidad... Tranquilidad como la que nunca antes había sentido.

— ¿No te dan miedo los rumores? Muchos dicen que han visto duendes... ¿Y si nos aparece uno?

Taehyeon sonrió, la forma en la que Beomgyuri expresaba su temor era linda por alguna razón.

— No les debo nada más que respeto... El respeto es la clave de todo, no digo que no existan pero si así lo fuera estoy segura de que no me harían nada, he intentado ser lo más respetuosa con este lugar, no creo que estén enojados, de lo contrario ya me habrían hecho algo... Creo — respondió con una pequeña sonrisa.

Beomgyuri asintió, era lindo saber que Taehyeon pensaba así, le gustaba la buena vibra que transmitía, era calida pero no tanto para ahogar, era fresca pero no para congelar, era una vibra única, la combinación perfecta de frescura y calor.

— Creo que le agradas a los duendes, por eso no te hacen nada... O quizás creen que eres una de ellos — comentó entre risas.

Taehyeon frunció el seño con diversión, era la más pequeña de estatura del grupo pero tampoco lo era tanto como un duende.

— Solo soy unos cuantos centímetros más pequeña que tú, tampoco te pases — respondió fingiendo autoridad.

Beomgyuri sonrió, la forma en la que Taehyeon fruncía el seño era tan linda, su rostro se veía tierno y sus labios un tanto más regordetes.

— Bueno quizás como un Minion — volvió a bromear.

— Cállate poste de luz... bueno tampoco eres tan alta como para ser un poste de luz, más bien eres como el Minion más alto.

Ahora la que frunció el seño fue Beomgyuri... la estaban comparando con un Minion, tampoco era tan chaparra.

— Ya no juego — respondió y después cruzó los brazos indignada.

Taehyeon sonrió y sin pensarlo enredó a Beomgyuri en sus brazos, ¿por qué lo había hecho? No lo sabía, fue por impulso.

Beomgyuri abrió los ojos asustada al sentir los brazos de Taehyeon, Dios, su olor era delicioso, olía a flores, las mejillas de Beomgyuri se enrojecieron, ese abrazo era tan cálido y dulce.

Flowers (Taegyu fem version) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora