Para A.Y.R.R.
¿Y qué si lloro?
¿Acaso no siento el dolor?
¿Acaso mis venas no llevan sangre, y lágrimas mis ojos?
Y lloro con toda mi alma,
suplicándole a la bella muerte que me acoja entre sus brazos,
que me toque con sus manos,
y que me lleve hasta ti,
mi dulce ángel negroque por desgracia, ya no está aquí.Y me deshago en sollozos por ti,
por tus ojos negros que ya no me hablan
de mi más dulce secreto, que eres tú.Muero en la agonía,
susurrando a la noche tu nombre tan bello,
el nombre angelical de aquel amor que ha muerto.
Y suspiro ante tu tumba,
rogándole a tu espíritu que me hable,
que me roce con su mano,
que me ame como yo lo amo...Que desdicha.Tú, mi ángel inmaculado, ya no estas,
y nunca te dije lo que sentía,
ese sentimiento que me carcomía la mente y el corazón,
aquel pensamiento que embargaba mi memoriay lloraba por tu gloria,
que llenaba mi razón.Y te fuiste, tu alma triste volóhasta el regocijo del descanso,el que hoy no tengo yo. Y lo busco en tu recuerdo,
y espero tu cálido beso,
y me aferro a tu muertepara volar lejos contigo,
y le sonrió a la suerteque no me lleva al olvido,
porque hoy ya puedo verte, dulce ángel mío,
pues enterrada junto a tu tumbami alma se quedó,
y mi cuerpo ennegrecido
por la lluvia ahí murió.