Capítulo 20.

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La puerta se abrió ante los ojitos adormilados del pequeño bebé, esa vez no aplaudió ante la tecnología como era de costumbre, tenía varias razones detrás de eso, primero había cumplido otro mesecito hace algunos días, es decir, ya había crecido, segundo tenía algo de sueñito, por último su papá to había regañado y eso lo ponía del mal humor, es decir, ¿Que había de malo con lanzarle tierra a otro bebé?

Bien, quizás no había sido muy amable de su parte, ¡Pero en su defensa ese otro bebé quería morder su manita! Bueno el otro no tenía dientes, pero eso no le daba derecho a babearlo, sólo él babeaba su manita.

Y eso que ni siquiera sabes caminar pequeño engendro-murmuró el alfa, entrando a la casa

"¿Engendro? ¿Qué quisiste decir con eso? Estás grosero papá, le diré a papi... bueno cuándo aprenda hablar."

Solo unos cuantos pasitos más dentro de su dulce hogar y su papi estaba allí para recibirlo entre sus acogedores brazos, así lo preferia el bebé, en ese momento estaba molesto con su papá, cuando estuvo seguro en la calidez de los brazos de su papi se acurrucó como siempre le gustaba hacer, listo para echarse una siesta de algunas horitas.

"Pero primero la leche de papá, vamos quita esa tela entrometida del caminó, hoy prometo no morder"

-¿Cómo les fue?-preguntó el omega, mirando directamente a su esposo, quién no lucia muy feliz luego del paseo con su único y hermoso bebé. Max suspiro un poco dramático, pero no se asusten, así era él. -Pato le lanzó tierra en la cara al hijo del jefe- contestó brevemente el mayor, cruzándose de brazos

Checo abrió sus ojos debido a la sorpresa, desviando la mirada al bebé que tenía su cabeza recostada en su hombro, este le sonrió con los pocos dientes que tenía, como si supiera que hablaban de él, aunque en efecto, lo sabía bastante bien.

-Cachorro... le dijo cómo si fuera una advertencia, su pequeñito podia lucir como un angelito pero sabía pero sabía muy bien que ese bebé travieso se alejaba un poco de ese concepto-eso no se hace, Pato.

"Sí, si,ya, la leche ahora por favor".

¿De quién será que lo sacó, uhm?-dijo el alfa con un tono que intentaba sonar divertido, pero el omega rodó sus ojos, pasarían años y Checo lo superaría.

Max esperaba que su jefe no fuera de esos riquillos delicados con sus bebés, porque quedarse sin trabajó no sería para nada bueno, de todas maneras sería un poco infantil despedirlo por algo como eso.

El omega comenzó a mecerse un poco al observar el comportamiento adormecido del bebé, para ayudarlo así a conciliar el sueño.

-Oh ¿Llegó Pato?

Esa voz hizo que los sentidos del cachorro estuvieran alerta otra vez, ¿Podria ser...? Levantó la mirada encontrándose exactamente al único que le dejaba invadir su hogar con gustó, era suficiente para disipar todo rastro de malhumor y sueño, uhm pero había otro aroma

Fue cuando miró bien, escaneando la silueta del omega, dándose cuenta de que en sus brazos descansaba la tonta bola de grasa que era obligado a ver más veces de las que hubiera querido.

"Ahora si te la rifaste bola de grasa".

Sus padres miraron sorprendidos la forma en la que su hijo pasó de estar casi dormido a concentrar toda su atención sobre el omega sonriente frente a ellos, aunque de todas maneras no se les hacía extraño debido a quién se trataba.

Es tan descarado-dijo su padre alfa, riendo un poco.

Todos sabían lo mucho que a Pato le gustaba Charles, pero siempre era gracioso ver como este se comportaba al rededor del omega, siendo tan pequeño solo alcanzaba a hacer reir y enternece a los adultos, intentando llamar su atención todo el tiempo.

Pero en ese momento Pato se sentía traicionado por el mayor.

"Es aquí cuando suena, todo se derrumbo dentro de mi".

Y pudo haber llorado como siempre lo hacía, así había obtenido todo en su corta vida, pero esa vez tenía algo mucho mejor, algo que la bola de grasa ni podía hacer, al menos no todavía.

-Chadles-soltó, su tierna voz captando la atención de los adultos, atónitos ante lo que acababa de salir de su pequeños y delgados labios.

Oh bien, estaba funcionando, tenia la atención de todos como siempre tuvo que haber sido. -¿Qué dijiste, bebé?-preguntó su papá omega, mirándolo directamente, nunca dejaba de sorprenderlos.

-Chadles- repitió sin ningún problema.

"Pero cierren la boca, hay moscas",

Sergio no evito soltar una carcajada que también hizo reír a Max, beso la frentecita de Pato, no pudiendo creer que su hijo comenzaba a aprender más palabras, pero menos podía creer el propósito con el que el pequeño había aprendido a decir esa palabra en específico.

La atmósfera se tornó un poco más dulce desde ese momento, pues las feromonas de ambos omegas podían sentirse ligeramente en el ambiente, debido a la ternura que les brindaba el momento.

-Aww,¿Me estás llamando, Patito?- esa misma ternura llenó el corazón del omega que se acercó a él bebé para apretar una de sus regordetas mejillas.

"Obvio"

Ese es mi cachorro, todo un galán como su padre- bromeó el mayor seguido de una de sus contagiosas risas.

Segundos después apareció otro omega limpiando sus manos en sus pantalones negros, preguntándose el porqué de tanto alboroto en aquella sala, podía escucharlo desde el baño.

-¿Me perdí de algo?

"Oh Mick, de mucho pero ahora puedes tomar a tu hijo de los brazos de mi tío, por favor y gracias".

El cachorro casi chilló contento cuando Charles le pasó el otro bebé a su padre siendo bastante cuidadoso, y casi de inmediato estiraba sus brazos hacia el invitándolo a acurrucandose sobre su pechito, eso para él era la gloria.

Triunfo el mal.

Baby thoughts [CHESTAPPEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora