Capítulo 1

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(Primeros capítulos cortos)

Cuando él honorable Eddard Stark, llegó a Winterfell meses después de la guerra, que todos llamaron la rebelión de Robert, nadie podía creer lo que veía. Mucho menos su esposa Catelyn Stark, anteriormente Tully.

Él había llegado recién terminada la guerra se casaron y volvió a irse. Cuando volvió Catelyn no pudo evitar mirar con despreció lo que traía en brazos.

“Un bastardo” pensó nada más verlo.

Un niño de cabellos tan negros como la noche y ojos grises como los de Eddard. La sangre le hervía de sólo pensar en lo que su esposo había hecho, había tomado y preñado a una puta de los Dioses sabían que burdel.

__ Se llama Jon __ la voz gruesa de su esposo llegó a sus oídos y ella soltó lo que pensaba sin ningún tipo de filtro.

__ Y es un bastardo… __ lo miró con lágrimas en sus ojos __ Me fallaste Eddard, juraste ante tus dioses que me serías fiel y sólo mira lo que has traído. Ese bastardo no llevará el apellido Stark. No heredará las tierras que son de tus hijos legítimos __ lágrimas bajaron por sus mejillas y ella las limpió rápidamente, poniendo un semblante duro y serio ante su esposo. En sus ojos se veía el desprecio y enojo que sentía hacia él y el pequeño niño que no tenía culpa de nada.

__ Lo siento Catelyn… __ su voz sonó tan seria y dura como siempre. Movió al niño en sus brazos con toda la delicadeza que él hombre poseía, acomodando la gruesa tela en la que estaba envuelto y lo tapo con un poco de la tela de su capa para protegerlo del frío. El corazón de Catelyn dolió más al ver el acto de paternidad y protección que su esposo tenía con el bastardo. Le dolía saber que no era su hijo él que traía en brazos, que no había podido darle un hijo no había cumplido su deber como esposa.

Cuando terminó de acomodar al bebé que dormía tranquilamente en sus brazos, alzó la mirada y vio las lágrimas de su esposa. No pudo evitar sentir culpa.

“Lo siento Catelyn, pero tengo que cumplir la promesa que hice" La miró por un segundo antes de pasar a su lado y emprender su camino hacia la entrada del castillo, dejando a su esposa de pie en medio del patio. Necesitaba encontrar a una nodriza para el niño.

A pesar del odió que Catelyn tenía hacia él niño, por el bien de todos decidió no demostrarlo y perdonar a su señor esposo, con la simple condición de que él niño se mantuviera lo más lejos posible de ella.

La vida siguió para todos y tiempo después llegó el primer día del nombre de Jon Snow. Las cocineras planeando una pequeña celebración para él niño, una pequeña tarta sobre una de las mesa de la cocina, con las mujeres que trabajan allí dándole abrazos y besos, el único cariño que él niño recibía en ese lugar. Ese día Catelyn había hecho todo lo posible para que su señor esposo no fuera a ver al niño, incluso uso los síntomas de su ya notable embarazo, pero eso no pudo impedir que parado en la puerta de la cocina estuviera Lord Stark con una sonrisa sincera y nostalgia en sus ojos, contemplando al pequeño niño que no dejaba de soltar fuertes gritos y carcajadas provocadas por las muecas que las mujeres hacían para él.

Dos meses después, llegó quien fue la felicidad de Catelyn. Por fin podría estar tranquila y dejar atrás el pensamiento de que él bastardo terminaría por quedarse con lo que ahora, le pertenecía al hijo mayor por ley de Lord Stark.

Robb Stark.

Un hermoso bebé de finos cabellos rojizos como su madre y unos hermosos ojos azules como el cielo. Catelyn amo a su hijo desde el primer momento y no dejaría que nadie lo tocará, mucho menos que estuviera cerca del bastardo.

El tiempo paso y ambos niños crecían fuertes, cualquiera podía ver qué estaban hechos para ser unos guerreros. La señora de Winterfell hacia todo lo posible para que su hijo mayor no pasará nada de tiempo junto al bastardo, pero era imposible, más cuando su esposo siempre cuidaba de ambos. Catelyn veía claramente que los amaba a ambos.

Todo marchaba bien o así lo creía Catelyn, hasta que llegó el tercer día del nombre de Robb. Como siempre, hubo una gran fiesta, todo a lo grande, con todos los Lores de las casas fieles a los Stark. El Cuarto día del nombre de Jon no había pasado hace mucho y como siempre la misma pequeña tarta en la cocina con su padre parado en la puerta. Lo que Jon más amaba de esos días, era el abrazo de su padre y los pequeños regalos que le daba, como ese día le había dado una espada de madera.

Pocos días después llegó un cuervo a tempranas horas de la mañana. Él maestre Luwin, fue directamente a llevarlo a las habitaciones del Lord y se encontró con su señora sola en la cama, él hombre supuso que estaba en el bosque de los Dioses así que fue hasta allá donde lo encontró rezando.

__ Mi Lord, ha llegado un cuervo desde Dorne __ Ned tomó el rollo de papel con la mirada pérdida en algún lugar y sin más el maestre se despidió, un momento después el Lord de Winterfell se encontraba preparándose para partir.

__ No voy a volver hasta dentro de unas lunas, tengo que buscar algo importante. Cuiden del Norte __ esas fueron las palabras que dijo al maestre y a su esposa antes de irse.

Como lo había dicho no volvió hasta pasadas cuatro lunas y no lo hizo sólo. Volvió con una pequeña niña que no podía tener más de cinco días del nombre. Hermosa como la nieve pensó Catelyn al verla mejor después de que su señor esposo la bajara del caballo.

__ ¿De quién es? __ preguntó casi en un susurro. Su esposo la miró con lo que pudo reconocer como culpa en sus ojos grises.

__ Lo siento Catelyn… __ y ahí estaban esas mismas palabras de nuevo, las mismas que dijo cuando trajo a su primer bastardo.

Hace días, la pelirroja había recibido una gran noticia y su plan era decirle a su esposo tan rápido como llegará. Darle la noticia de que estaba esperando otro bebe, pero sus planes se vieron arruinados.

__ Dime qué no cierto. Otra vez no __ habló con lágrimas corriendo por sus mejillas. Catelyn miró a la hermosa niña y no pudo evitar preguntarse ¿Qué puta había tomado su esposo? Esa niña portaba hermosos cabellos, tan claros que parecían ser rayos de luna y esos ojos, esos hermosos ojos de un color índigo como el de una gema hermosa, acompañados de una piel tan blanca y hermosa. Esa niña era hermosa y era la niña que ella no había podido darle a su esposo.

__ Ella es Daerys Stark… Envía un cuervo a King’s Landing con el mensaje de la llegada de mi hija. Sé que Robert no se negará a nombrar a mi hija bastarda, legítima __ le ordenó al maestre que estaba detrás de su esposa. Los ojos de la niña se abrieron de sorpresa al escuchar eso y una linda sonrisa se dibujó en sus labios, mientras miraba al hombre con un brillo de admiración pura e inocente, admiración hacia su padre, quien la había llamado hija.

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Holaaaa espero que les guste esta historia tanto como a mí.
Si ven algún error sólo díganme y lo corrijo, espero que me regalen estrellitas y me apoyen para seguir escribiendo, se les quiere...

Lady Artemis

Sangre De Dragón +21 ~ Jaime Lannister Donde viven las historias. Descúbrelo ahora