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Fred Weasley estás muerto

Cuando dejamos ese abrazo, ese momento tan íntimo de lado, lo miré a los ojos. Adoraba como el azul y el gris de sus ojos se mezclaban creando una gran sensación dentro de mí.

Él se aclaró la garganta.

—Debería de irme —murmuró mientras se levantaba. Asentí con la cabeza un poco decepcionada.

—Si, claro, buenas noches, Draco.

—Buenas noches.

Y desapareció por la puerta. En el momento que se fue solté un largo suspiro. Nunca nadie me había tratado así de bien, y en la vida había sentido algo así. Había sido un pequeño momento, pero muy especial. Me quedé mirando las estrellas hasta que decidí irme a mi habitación, cuando llegué a la sala común vi a Harry, Hermione y Ron y me acerqué a ellos.

—Hola chicos, ¿de qué hablan?

—Oh, nada —dijo Hermione.

Asentí con la cabeza. Claro que hablaban de algo, pero no me lo querían decir, y sea lo que sea lo entiendo, llevamos conociéndonos unos pocos días, no tenemos mucha confianza.

—Bueno... me voy a mi habitación —anuncié.

—Buenas noches, ___ —se despidieron los tres.

—Buenas noches.

Subí las escaleras y, al llegar, me dejé caer en la cama exhausta. Mis pies dolían, a pesar de que no había caminado mucho. Me quité los zapatos con alivio y los dejé junto a la cama. La comodidad de mi habitación era un refugio bienvenido.

Decidí tomar una ducha para relajarme. El agua caliente caía sobre mí, aliviando la tensión en mis músculos. Después de secarme, me puse mi pijama, una prenda cómoda que me hacía sentir relajada y lista para descansar.

Finalmente, me acosté en mi acogedora cama, sintiendo cómo el cansancio desaparecía lentamente. Cerré los ojos, disfrutando de la sensación de relajación que me envolvía, listo para descansar y recargar energías para el día siguiente.

______

Me desperté a las ocho y media de la mañana. Cuando abrí los ojos, lo primero en lo que pensé fue en que no quería ir a clases, quería quedarme en mi cama.

Con toda la pereza del mundo me levanté. Odio las mañanas y odio aún más madrugar. Me puse mi uniforme rojo, me arreglé el cabello y salí de mi habitación. Dirigiéndome al gran comedor vi como algunas personas habían amanecido de buen humor, y estaban gritando riéndose, qué rabia. Suspiré y entré en el gran comedor.

Cuando entré estaban ya todos y me senté al lado de Fred y George.

—Buenos días, dormilona —dijeron los gemelos.

Simplemente hice un sonido con la boca ya que no tenía ganas de hablar, solo quería dormir, no en medio del comedor, claramente.

—Come, te dará energía —dijo Ron.

Suspiré por quinta vez en esta mañana y agarré una galleta dándole un mordisco. En ese momento me daba igual engordar o no. Cuando me terminé la galleta bebí un poco de zumo. Al menos ya tenía más energía.

Grey Eyes / Draco Malfoy (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora