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Traición

Habían pasado dos días desde que Draco se había quedado a dormir conmigo y ayer hizo lo mismo.

Noté como alguien me acariciaba el pelo suavemente, olía su perfume, abrí los ojos lentamente y pude ver a Draco.

—Buenos días —saludó.

—Buenos días —sonreí.

—Son las ocho menos cuarto, levántate, te veo en el gran comedor.

Asentí con la cabeza, él ya se había arreglado, salió de mi cuarto y decidí su ducharme, me puse el uniforme y me arreglé el pelo, salí de mi habitación y fui al gran comedor, me senté en la mesa, al lado de Hermione y Oliver.

—Buenos días, chicos —saludé felizmente.

Todos fruncieron el ceño, Fred puso su mano en mi frente y George dijo bromeando:

—¿Tienes fiebre? ¿Estás enferma? Tú no eres ___

Reí.

—Chicos, me he levantado de buen humor, así que no hagáis que os quiera matar, gracias.

Bebí un poco de zumo y me tomé una galleta, todavía quedaban unos minutos para que empezasen las clases así que fui a la mesa de los Slytherin y me senté al lado de Mattheo, ya que, como no, Astoria estaba al lado de Draco.

—Buenos días —saludé sonriendo.

—Buenos días, enana —me devolvió el saludo Theo, revolviéndome el pelo.

Vi que Mattheo tenía una galleta de chocolate blanco y le miré sonriendo aún más, él me miró con los ojos entrecerrados y habló:

—Ay, no, ¿qué?

—La corbata te sienta genial, ¿sabes? ¿Que te has hecho en el pelo? Vaya rizos Mattheo, am... —me quedé callada por un momento—, dame un trozo de tu galleta, por favor.

—Pero es mi galleta.

—Vamos, Ron se ha comido la última galleta.

Mattheo supiró.

—Dale un bocado pequeño.

—Si, pequeñísimo —afirmé.

Me dio la galleta y cuando la tuve en mis manos me levanté y miré a Mattheo con una sonrisa traviesa.

—Ni se te ocurra.

Reí y salí del comedor corriendo, con Mattheo detrás mía.

—¡___, dámela!

Sin que lo notase, me metí en un pasillo, desviándome del camino, paré un poco con la respiración agitada y miré hacia atrás, Mattheo ya no estaba, felizmente me comí su galleta y volví a caminar por los pasillos en los que me había estado persiguiendo y entré de nuevo al gran comedor, me volví a sentar al lado de Mattheo y él me miró mal.

—Eres increíble, enana —comentó Theo riendo.

—¡Era mi galleta! —exclamó Mattheo.

—Bueno, ahora no hay galleta —me defendí.

—Enserio, no sé cómo tienes tanta energía a las ocho y media de la mañana —soltó Pansy, apuntó de dormirse.

Yo reí.

—Digamos que he dormido bien —expliqué mirando a Draco, vi como se le escapó una pequeña sonrisa.

—___, vamos a hablar —ordenó Theo con los ojos entrecerrados.

Grey Eyes / Draco Malfoy (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora