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¿Novia?

Ya era la hora de comer, y no quería hablar con nadie. No tenía hambre, no...

De repente alguien llamó a mi puerta, no quería abrir, así que, me quedé callada.

—Vamos, ___, sé que estás aquí —la voz de Theo sonó detrás de la puerta.

Me levanté y abrí la puerta, me hice a un lado y él pasó, cerré la puerta y de nuevo me senté en mi cama, mi mejor amigo se sentó a mi lado.

—¿Qué te pasa?

Le conté a Theo lo que había pasado en la torre de astronomía.

—, soy un monstruo...

—No digas eso de nuevo, ___. Eres una persona increíble y fuerte. Descontrolarte es parte de tu vida si tienes poderes, va a pasarte miles de veces, pero eso no va a significar que seas un monstruo.

Asentí con la cabeza y Theo se levantó estirándome la mano.

—Vamos al Gran Comedor, tienes que comer.

—No tengo hambre.

—¿Acaso crees que voy a hacerte caso? Te veo todos los días en el Gran Comedor, y agradece que he sido el único que se ha dado cuenta de que solo te comes dos o tres trozos de lechuga y un vaso de jugo. ¿Por qué te haces esto?

Pasé unos largos segundos en silencio.

—Dime la verdad, Theo, ¿soy guapa?

—Eres perfecta.

—Mientes.

—No, no miento. ¿Quién te hizo creer eso?

Volví a callarme, pero al final le contesté.

—Mis antiguos compañeros de clase.

—Pues todos ellos estarán ciegos, porque eres la chica más guapa de toda la escuela. Y además, incluso Draco se fijó en ti el primer día que viniste.

—Da igual, no voy a comer.

Theo agarró mi brazo suavemente y me puso de pie.

—Vas a comer, y te vas a sentar conmigo porque no te vigilo mucho si estás en otra mesa.

Me quedé callada, mirando a un punto fijo, las lágrimas amenazaban con salir. El Slytherin me rodeó con sus brazos y me abrazó fuertemente, repetí su acción y escondí mi cabeza en la curva de su cuello.

Estuvimos así un buen rato hasta que nos separamos.

—Vamos —habló él.

Sabía que no podía hacer nada más para quedarme en mi habitación, así que terminé yendo al Gran Comedor. Cuando me senté en la mesa de Slytherin, noté como Ron me miraba con los ojos entrecerrados.

Estaba al lado de Draco y Theo, el rubio me miró con el ceño fruncido.

—¿Qué haces aquí? ¿Ha pasado algo con los de tu casa? —preguntó Pansy.

—No, solo quería sentarme aquí —fingí una sonrisa.

—Lupin, no eres bienvenida aquí —soltó Astoria.

—El día que cierres la boca, haré una fiesta, Greengass —habló un chico de piel pálida y pelo castaño.

—Hasta que por fin apareces. ¿Qué tal por Francia, tío? —preguntó Mattheo con una sonrisa leve.

¿Quién era?

—Muy bien. Veo que me he perdido varias cosas —dijo el desconocido mirándome—. Lorenzo Berkshire, llámame Enzo.

Grey Eyes / Draco Malfoy (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora