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Llegué a casa y aún no había llegado mi madre. Seguramente otra de sus "cenas importantes"

Quité mis botas y las puse en el primer escalón para poder ir a la cocina. Tomé un vaso y lo puse en la barra para sacar jugo del refrigerador.

Ya servido agarré el vaso y regresé a las escaleras para tomar las botas y ahora si subir a mi habitación pero el sonido del timbre me detuvo. Volteé hacia la puerta y una vez más sonó el timbre. Dejé de nuevo ambas cosas en las escaleras y caminé hacia la puerta.

—¿Qué quieres? —pregunté abriéndola.

Si no hablaba ahora mismo la cerraría y subiría a mi habitación. Levantó la mirada y la conectó con la mía. Pero lejos de emitir palabra alguna me tomó del brazo y me atrajo hacia él y con un veloz giro me acorraló contra la pared.

—Me encantas, me vuelves loco, me mata de celos que todos volteen a verte cuando llegas a algún lugar, odio que el estúpido de YoonGi se te acerque, me gusta tu carácter, excepto el de la Hana engreída que sé que no es tu verdadera forma de ser, me gustan tus vestidos —inhaló profundamente ya que hablar tanto y tan rápido lo había despojado de todo el oxígeno en sus pulmones— Te amo Hana...

No lo dejé pronunciar una palabra más, ni siquiera lo dejé respirar cuando ya estaba colgada de su cuello besándolo.

—Cu-Cuando quieras te presto mis vestidos —dije entre besos riendo ya que había dicho que le gustaban—. Creo que te quedarán algo cortos... —regresé a sus labios.

—Los prefiero en ti.


●●●


—Yo te dije primero —reprochó despeinándome.

—No —dije riendo tratando de acomodar mi cabello nuevamente—. Anda —supliqué.

—No creo que a tu madre le guste —se puso de pie.

—No llegará, aún es temprano —me paré en mi cama—. Además nunca tiene hambre —dije imitando el estirado tono de voz de mi madre—. Y no quiero cenar sola —se acercó a mí volteando hacia arriba debido a la altura a la que yo estaba.

—Ya te dije: Vamos, cenamos y te traigo —insistió.

—Jungkook... —alargué.

—Está bien ¡Ya! —se rindió y sonreí victoriosa.

Tomé su mano y salimos de mi habitación.

Jungkook bajaba con pesadez las escaleras mientras que yo al contrario saltaba como niña pequeña. A mediación de la escalera se escuchó la puerta de la entrada cerrarse y me detuve en seco. El sonido de unos tacones en el piso me indicó que era mi madre. Inhalé y exhalé profundamente suplicando por dentro que no se comportara grosera con él.

—Creo que será mejor que me vaya —susurró Jungkook en mi oído.

—No —le contesté seria—. Yo te invité a cenar —le sonreí.

—Puede ser otro día si quieres —se acercó a mí y besó mis labios.

—No —fruncí el ceño dejándole claro que no se hablaría más del tema.

Llegamos al último escalón y pude ver a mi madre viendo cartas y recibos que estaban en la pequeña mesa del living. Volteó cuando sintió nuestra presencia.

—Vaya... —dijo examinándolo de pies a cabeza.

—Buenas noches —saludó Jungkook cortésmente.

—Buenas noches —dijo con mirada de desaprobación

—En verdad Hana —susurró una vez más—, no quiero incomodarte ni mucho menos causarte problemas.

Apuesta ; Jungkook ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora