2da Temp | 6

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Mordí mi labio inferior y me reté a mi mismo por tener esos pensamientos, en este momento. Sacudí un poco mi cabeza y logré despejarla un poco. Regresé mi mirada hacia el probador, estaba en la punta de los pies, se giró hacia la puerta y una vez más giró dándole la espalda a la puerta. La cerradura giró y rápido desvié mi mirada hacia el techo. Estúpido, lo sé. Escuché su suave risa, volteé y vi que solo su cabeza salía del probador.

—¿De qué te ríes? —pregunté curioso.

—¿Y tú que miras en el techo? —volvió a reír—. Ven, necesito que me ayudes —mis ojos se abrieron a tope, pero traté de disimular.

—¿Y-Yo? —indagué y me miró con reproche.

—Si no quieres llamo a alguien más —la miré serio y dejé todas las bolsas en el piso.
Me paré frente a ella, bueno, frente su cabeza que era lo único que podía ver.

—¿Con qué te ayudo? —pregunté y se hizo a un lado.

—Entra —dijo pero me quedé paralizado, no era buena idea que me dejara entrar—. ¡Jungkook, me verán!— oh no, eso no. Entré al pequeño cubículo y cerró la puerta—. Súbeme el cierre —me dio la espalda, dejándome ver el cierre que venía desde la parte baja de su espalda.

Subí en contra de mi voluntad lentamente el cierre. Rápido se dio media vuelta para verse en el espejo. Se veía con detenimiento, no parecía convencida. ¡¿Y cómo no iba a estarlo?! Era un vestido negro.

—Se te ve hermoso —di un beso en su hombro, en realidad se le veía perfecto.

—¿De verdad? —preguntó insegura— .El color no me convence —lo sabía.

—Si de verdad —sonrió—. ...Pero no lo llevarás —su sonrisa se esfumó y una mueca de incomprensión se formo.

—¿Por qué no? —nos mirábamos por el espejo.

—No saldrás a la calle con eso —la abracé, no quería que se enojara y empezáramos una discusión—. Es muy corto —carcajeó y quitó mis brazos.

—Jungkook no está corto —al menos no había gritado.

—¡Oh si lo está! —me crucé de brazos y ella lo hizo también. Ninguno pensaba ceder. Ella aseguraba que lo llevaría y yo aseguraba que no lo haría.

—Yo no te digo que puedes usar y que no —replicó molestándose un poco, había que reconocerlo, ambos estábamos haciendo un gran esfuerzo por no gritarnos.

—Perfecto —le guiñé un ojo—. De todos modos no lo llevarás —me di la media vuelta y escuché como gruñía, no tardaba en explotar.

—No Jungkook, espera —su tono de voz cedió. La verdad yo no tenía planeado entrar y discutir—. Baja el cierre —lo bajé, al parecer esta vez yo había resultado victorioso.

Me acerqué para besar su cuello pero se hizo a un lado – ¡Mierda! - grité por dentro. Como si ella fuera a dejarme ganar.

—Gracias ya puedes salir —dijo cortantemente.

Salí y me senté donde estaba anteriormente, Esta mujer simplemente no sabía dar su brazo a torcer.

Salió del vestidor con una mirada seria y un montón de ropa en su brazo derecho, me puse rápido de pie y la aborde quitándole todo de las manos para que no cargara, no me convenía tenerla de enemiga.

Aun cargado de bolsas y ropa quise tomar su mano pero se hizo a un lado. Bien hecho Jungkook...


Hana


Me paré frente a la caja junto con Jungkook, quien dejó todas las cosas en el mostrador.

—¿Tarjeta o Efectivo? —preguntó la castaña tras el mostrador.

Apuesta ; Jungkook ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora