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Jungkook


Subí al auto y aceleré haciendo rechinar las llantas. No sé qué era. No sé si era tristeza, enojo o decepción. Tal vez un poco de las tres o más bien mucho.

Gong iba a pasar por Baek y Hae. Los cuidaría en casa hasta que Hana y yo llegáramos. Cosa que no pasaría. Hana regresaría a su casa o no me importa a dónde demonios vaya.

Solo la quiero lejos de mí.

—¿Por qué tan temprano? —preguntó levantándose del sillón.

—Qué te importa —dije de mala gana. No estaba de humor.

—Uy —se burló—. El Jungkook gruñón ha vuelto —dijo antes de salir por la puerta.

Me dejé caer en el sillón. Sentía un horrible dolor en el pecho. ¿Cómo podía haber sido tan estúpido como para enamorarme de ella? Había logrado por completo su propósito:

Enamorarme y destrozarme.

Todas las veces que al inicio me decía "Me las voy a cobrar todas Jeon" ahora lo cumplía. Si ese día en el partido no la hubiera seguido a casa y no le hubiera confesado nada esto no estaría pasándome. Realmente me arrepiento de todo.

El sonido de la puerta de un auto cerrarse me sacó de mis pensamientos. Rápido me puse de pie y prácticamente corrí a la ventana de la sala e hice a un lado la cortina.

Traía los zapatos en la mano, su cabello completamente desordenado por el aire y su maquillaje corrido por las lágrimas. ¡Qué ganas de correr a ella a abrazarla, besarla y hacerla mía una y otra vez...! Pero ella nunca fue mía. Solo fingía serlo.

Volteó hacia la casa y después se recargó en su auto cubriendo su rostro. Lloraba.

Cerré la cortina y apagué la luz de la sala para subir a mi habitación.


●●●


—¿Jungkook? Jungkook... ¡Despierta! ¿Jungkook? —unos golpes en mi mejilla me hicieron abrir los ojos sorprendido.

—¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Qué? —dije aceleradamente mientras trataba de deshacer el nudo que se había hecho con las sabanas y mis piernas. Ambos rieron—. ¿Que quieren enanos? —les dije acostándome de nuevo frotando mis ojos.

—Jungkook ¿dónde está Hana? —preguntó Hae abrazándome—. Su auto no está y tampoco está en su habitación —hizo un puchero—. Y tenemos hambre —ambos rieron nuevamente.

—Pero tampoco están sus cosas —agregó Baek y Hae asintió con la cabeza.

—¿E-Ella nos dejó? —los ojos de mi hermana comenzaron a cristalizarse. ¿Qué no le basto con hacerme daño a mí? También a ellos.

—Hae, Baek... —resoplé y me enderecé sentándome en la cama—. Ella ha vuelto a su casa... —no tenía ni la menor idea de que decirles.

—¿Por qué? ¿Ya no nos quiere? —las lágrimas no tardarían en hacerse presentes en su rostro. No pude decir nada. No podía decirles que nos había mentido a todos—. Pero ella prometió que estaría aquí.

—AHHHH no llores ¡¿Sí?!

Dije en un fuerte tono que lejos de tranquilizarla la asustó y la hizo llorar con más intensidad. Bae salió de mi habitación tras su hermana quien había salido corriendo.


Hana


Bajé del taxi. Mi cabello ya era un desastre. Mis zapatos estaban en mi mano por lo que mi vestido se arrastraba ensuciándose e incluso rompiéndose y seguramente mi maquillaje estaba más que arruinado. Saqué las llaves de mi bolsa y miré hacia la casa JEON. Todo en mi interior se retorció. No pude más y me recargué en el auto y comencé a llorar una vez más con todo el sentimiento del mundo. Traté de tranquilizarme y subí.

Apuesta ; Jungkook ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora