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—Estás loca si crees que te dejaré ir de aquí si no es a tu casa —le dije abrazándola de nuevo.

Era alarmante verla así, tan indefensa, tan vulnerable.

—Jungkook... de verdad solo será por hoy —dijo en un hilo de voz.

—Está bien, pasa —no quería molestarla, pero si no es para regresar a su casa que ni se le ocurriera irse.

—Gracias —dijo abrazándome con fuerza—. Iré por algo de ropa al auto —aun con voz nasal me soltó y se dio la media vuelta.

—No —le dije deteniéndola—. Sube. Si quieres date una ducha y yo bajo tu ropa —asintió con la cabeza.


Hana


Me sentía tan estúpida, pero de verdad no quería estar sola... aun más sola. Tan siquiera Jungkook, Hae y Baek me hacían sentir querida.

Subí las escaleras por una orilla y que iba dejando un rastro de agua, después de cambiarme le diría a Jungkook que yo lo secaría.

Llegué a la habitación de Jungkook y miré antes de entrar ya que estaba alfombrado y al igual dejaría el camino de agua. Pero de todos modos entré. Me estaba congelando.

Dejé correr el agua y de inmediato se templó, así que me saque toda la ropa para poder entrar.

—Con una hubiera bastado —miré las maletas.

—No me importa lo que digas Hana —dijo dándose la media vuelta—. De acá no te vas a menos que sea de regreso a tu casa —suspiré profundamente.

—Está bien —dije como si no me quedara otra opción.

—¿De verdad? —preguntó ilusionado.

—No —contesté y miré hacia abajo—. Me quiero cambiar —rodó los ojos y salió de la habitación.


Jungkook


—¿Tienes frio? —entré a la habitación después de que me avisó que estaba lista. Abrazaba sus piernas.

—Algo —dijo tímidamente—. Olvidé empacar sweaters o sudaderas —frotó sus ojos con su mano.

—Pero seguro traes todo el cargamento de vestidos y tacones —una sonrisa se coló en sus labios—. No me gusta verte así —dije sentándome a su lado—. ¿Fue por mi culpa?

Tenía más que claro que su madre me detestaba y conociendo el carácter de Hana me imagino cual pudo haber sido el problema.

—Claro que no —dijo poniendo sus manos en mis mejillas.

—Estás helada —reí y me puse de pie para buscar una sudadera—. Ten —le entregué una gris con letras blancas. La tomó y se la puso despeinando un poco su aún húmedo cabello. Realmente me sorprendió que no lo acomodara. Estaba mal—. Acá te puedes quedar todo el tiempo que quieras —le dije sentándome con ella una vez más—. Pero insisto, las cosas con tu madre se pueden arreglar —acomodé su cabello—. No sabes lo que daría yo por tener a mi madre o a mi padre —levantó su mirada y esta se cristalizó.

—Jungkook... —susurró pero pareció arrepentirse ya que solo me abrazó.


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Hana


La mirada rabiosa de Tae me indicaba que ya sabía que no vivía más con mi madre.

Apuesta ; Jungkook ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora