INUMAKI TOGE | El ruido de nuestro silencio

CAP 3

POV T/N

-Mierda- Maki había vuelto a ganarme -eres buena-

-Gracias- dijo secamente la chica, yo ya estaba agotada, ella un poco menos que yo, se la daba muy bien el combate cuerpo a cuerpo.

-Panda te toca- me dirigí a las escaleras donde estaban mis otros dos compañeros para descansar y hacer relevo con Panda -Combatir con Maki es agotador- solté un pequeño suspiro.

-Salmón- Inumaki había sido el primero en combatir por lo que sabía lo que era.

-T/N- no puede ser

-¿Qué pasa Satoru?- le miré mientras terminaba de aproximarse a nosotros.

-¿Te atreves a acompañarme a una misión?- dijo una vez llegó a mi lado.

-Me vas a dejar el trabajo sucio, paso- desvié mi mirada para ver cómo mis compañeros seguían peleando.

-Que no, venga, no eres hechicera de segundo grado para nada- era cierto que era segundo grado pero se debía a mi técnica -Inumaki tú vendrás también, también eres segundo grado, pero quiero que aprendáis conmigo a hacer misiones- era una excusa barata, sé que nos va a dejar el trabajo sucio

-Bien- me puse de pie vagamente -espero que se te dé bien el papeleo Inumaki-

-¿Algas?- era realmente complicado entender a Inumaki.

-Vamos entonces- Gojo empezó a andar y yo le seguí por atrás junto a mi compañero. Nos montamos en el coche de Ijichi para dirigirnos a nuestro destino.

-¿Ijichi seguro que no estás obligado a trabajar aquí?- llevábamos 30 minutos donde Gojo no paraba de vacilar al pobre conductor.

"¿llevas mucho tiempo en la escuela?" Un papel se hizo presente enfrente mía, miré al emisor de este el cual me miraba curioso.

-Desde que tengo uso de consciencia me paseo por la escuela pero no fue hasta los 7 años que me instalé allí a vivir- dije respondiendo a su pregunta.

-Llegamos- Gojo interrumpió nuestra pequeña conversación.

-Satoru te juro que como luego hagamos el papeleo te la llevas- dije bajándome para quejarme por quinta vez, conocía demasiado bien al albino.

-Ay que ver la rabia acumulada que tienes en ese cuerpo tan chiquitito- ni si quiera dudé en tirarle el zumo que estaba bebiendo pero su infinito prohibió que le diese.

-Maldito idiota de ojos vendados- dije para mirar donde estábamos -¿Una playa?-

-Últimamente desaparece mucha gente y aparecen en la horilla del mar sin ningún signo de ahogamiento así que hay que explorar y exorcizar- Satoru se quedó quieto en su sitio -lo vais a hacer vosotros, yo os vigilaré-

-¿Algas?-

-No sé qué dices Inumaki pero id yendo antes de que se haga tarde- dicho esto el albino puso una cortina y se sentó en el suelo. Me fijé en mi compañero, la verdad es que tiene que ser duro querer hablar y que nadie te entienda.

-Vamos Inumaki, tenemos que desmostrarle al idiota de lo que somos capaces- mi comentario le animó un poco y empezamos a andar por la playa.

-¿Ves algo?- llevábamos ya casi 30 minutos andando y no veíamos nada

-Atún- dijo el chico mientras negaba con la cabeza.

-¿y si fingimos que uno se ahoga? Lo mismo si fingimos se deja ver- dije mirándole de reojo.

-Salmón- poco a poco entendía cuando quería afirmar y cuando negar, cosa que me pareció genial. Estaba apunto de meterme al agua para terminar ya pero él se interpuso en el camino.

-Hojuelas de bonito- se señaló a él mismo

-¿vas a fingir tú?- pregunté intento adivinar que quería decir

-Salmón- no dijo nada más y se metió al agua, tampoco debería estar ahí por mucho tiempo, tampoco quiero que se ponga malo.

Yo me senté en el suelo y esperé a ver si pasaba algo, pero solo veía a Inumaki hacer cosas raras en el agua, empezaba a anochecer y estaba apunto de decirle a Inumaki de irnos hasta que sentí una presencia detrás mía.

Me levanté y esquivé un golpe suyo, era una maldición grande, seguramente de segundo grado. Saqué un arco que impregné de energía maldita y me ayudaba a absorber parte de esta energía. Corrí y le lanzé una flecha insertándola en el corazón, absorví parte de su energía para debilitarla, hasta que rompió la flecha pero me dió tiempo a debilitarla algo.

Me lancé para darle otro puñetazo y empezar a luchar cuerpo a cuerpo.

-Aplástate- vi como la maldición se aplastó como si fuese una lata de bebida y terminó exorcizada. Giré mi cabeza a mi lado para ver a Inumaki con la cremallera bajada.

-¿Este es el poder del discurso maldito? Increíble- nunca había visto en persona esta técnica, me parece increíble, el chico se avergonzó y se subió la cremallera

-Mostaza- se acercó a mí señalándome, se había quedado afónico

-¿Tengo algo?- saqué mi móvil y me fijé en que tenía una pequeña brecha en la mejilla -oh, no pasa nada Shoko me lo curará- el chico asintió con la cabeza y se dió media vuelta para dirigirse con Gojo de vuelta.

-Muy bien queridos alumnos- Gojo nos felicitó -volvamos- nos metimos en el coche y yo me recargué en la ventanilla.

-Inumaki se quedó afónico ¿Pasamos a por medicina para la garganta?- dije recostándome en el asiento.

-Atún- el chico negó rápidamente con la cabeza

-Claro, vayamos para allá- pero Gojo no le hizo caso

∆

-Hola Shoko- entré a la enfermería para saludarla, la pobre suele tener mucho trabajo y ya casi no la veo -¿Me curas?- señalé mi rostro

-Hola preciosa, ven aquí que te lo miro- Shoko me señaló una de las camillas de la sala para que me sentase -¿Fuiste a una misión con Gojo? ¿qué tal?-

-Bien, fui con un compañero y Gojo supervisó, aunque tardamos en encontrar la maldición al final la derrotamos entre los dos- dije emocionada mientras me limpiaba la herida

-Me alegro mucho- la chica me puso un esparadrapo al finalizar -no es muy profundo, desinfécta la herida todos los días con agua y jabón si puedes-

Me puse de pie para dirigirme a la puerta -gracias Shoko, intenta descansar algo anda- dije antes de salir corriendo de la consulta.