CAP 7

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POV T/N

Estábamos entrenando como de costumbre, Gojo estaba en la oficina de Yaga así que solo estábamos los alumnos, hasta que vimos un enorme pájaro volar sobre nosotros.

-No tienen pinta de ser amistoso- dije mirando la maldición -vamos- fuimos corriendo hacia donde esta se había posado. Inumaki estaba listo para bajarse la cuellera cuando un grupo de personas bajaron de la maldición.

-Vaya bienvenida- no me puedo creer, me eché para atrás escondiéndome detrás de Inumaki y Panda mientras me tapaba la boca, ¿Qué hacía aquí?.

-Oye, vete de aquí a Yuta no le gustan los intrusos- Panda habló tratando de echarle del lugar, Yuta se puso nervioso -te va a dar una paliza-

-Así que tú eres el gran Yuta Okkotsu, un placer conocerte- en un movimiento rápido se posicionó a su lado -¿Y tú...?- me miró entre mis compañeros fijamente -me suenas mucho- yo estaba paralizada en mi sitio, no me reconoce.

-Oye Geto, deja en paz a mis alumnos- Gojo apareció detrás nuestra.

-Satoru, cuanto tiempo- quitó su mirada de mí, por fin volvía a respirar, sentí una mano sobre mi hombro, me giré para ver a Inumaki, me estaba mirando atentamente, preocupado.

-¿Qué quieres?- Gojo sabía que estaba tramando algo.

-Solo venía a ver a tus alumnos de este año, son muy interesantes- clavó su mirada en mí helando mi sangre.

-Señor Geto, la tienda va a cerrar- una de las personas que lo acompañaban pegó un chillido

-Lo siento Satoru, me gustaría quedarme un poco más a hablar pero las chicas quieren ir a tomar unas creepes en un sitio de esos dirigidos por monos- ¿Este era mi hermano? Yo no lo recordaba así.

-Suguru quiero un creepe- iba cargada en la espalda de mi hermanito

-¿Vamos al sitio de siempre? Ahí hacen las hacen muy bien- me sonrió mientras andábamos

-Yo creo que te gusta la camarera- vi como se ruborizó

-Qué dices- infló sus mejillas mientras íbamos en dirección a la creepería

-No te dejaré irte así como si nada- volví a la realidad

-No te preocupes, nos veremos en el desfile de las maldiciones- rápidamente se subieron encima del pájaro en el que vinieron -Adioos- desapareciendo de nuestra vista.

Yo me quedé estática, ¿Nos acaba de declarar la guerra? Después de 10 años sin vernos lo primero que hace es declararnos la guerra.

-T/N- Gojo se posicionó a mi lado.

-Estoy bien- me di media vuelta para irme a mí habitación, no quería estar ahí, me sentía abrumada, siento que acababa de echarme un balde de agua helada encima.

Me tiré a la cama y grité muy fuerte contra la almohada, me sentía muy impotente. Sentí como alguien tocaba la puerta, supuse que no era Panda ya que este nunca tocaba la puerta así que me levanté para abrirla.

-Inumaki ¿Necesitas algo?- el chico se puso un poco nervioso y me tendió unas bolas de arroz -pasa- le dejé entrar a mi cuarto.

-¿Mostaza?- me señaló mientras hablaba

-Si, estoy bien perdón- me senté en la cama y él repitió mi acción volviendo a tenderme las bolitas de arroz -¿Son para mi?- el chico asintió con la cabeza y tomó una hoja de papel que estaba sobre mi escritorio.

"Cuando me encuentro mal comer bolas de arroz me ayuda a subir mi ánimo así que hice algunas, son de atún y mayonesa" sonreí ante la acción del chico, aunque no era de muchas palabras sus actos demostraban mucho de él

-Dame un momento ahora vengo- salí de la habitación en busca de dos vasos y algún té para beber.

-Algas- el chico ladeó la cabeza cuando me vio llegar con las cosas.

-Come conmigo Inumaki, si no te importa- el chico asintió con la cabeza y dejé las cosas en una mesita que tenía en la habitación, me senté a un extremo de esta y el chico repitió mi acción. Tomé una de las bolitas y la probé -esto está delicioso Inumaki-

-Huevas de abadejo- me quedé mirándole, no tenía pinta de que fuese a comer algo y recordé cuando me dijo que no se sentía cómodo comiendo con desconocidos.

-Inumaki- el chico subió su mirada para encontrarse conmigo -¿Es difícil tu vida con tu técnica?- el chico asintió con la cabeza y empezó a escribir en un papel.

"De pequeño tuve algunos problemas con ella y sin querer maldije a personas inocentes, solo hablo con ingredientes de Onigiris para no maldecir a más gente, pero nunca he podido hablar con alguien de mi familia ni si quiera, mi casa siempre está en silencio, y donde yo estoy siempre hay silencio porque no puedo hablar demasiado, mi vocabulario es muy limitado, nunca tuve amigos por eso mismo, los niños se reían de mis marcas y mi forma de hablar"

-Eso es muy triste- dije terminando de leer la carta -¿Nunca has tenido una conversación con alguien?- el chico negó con la cabeza y volvió a escribir

"Creo que mi conversación más larga ha sido contigo"

-¿Y lenguaje de señas?- pregunté mirándole

"Aprendí por si alguna vez me encontraba a alguien que supiese usarlo, pero nunca me he cruzado con alguien así"

-Pues qué mal, yo odio el silencio la verdad- me quedé pensando en lo que había dicho -quiero decir, no me gustan los ambientes muy silenciosos me hacen sentir incómoda, por eso hablo mucho, no quiero decir que tú me incomodes, quiero decir que- una risa me interrumpió, Inumaki se estaba riendo de mí nerviosismo

-Tuna Tuna- sonreí al verle reír "Entiendo lo que quieres decir, yo también odio el silencio" me trnaqulicé al leer la nota.

-¿Puedo hacerte una pregunta?- el chico asintió con la cabeza -¿No te gusta comer con gente por las marcas de tu cara?-

El chico empezó a escribir una nota "en parte si, me dan un poco de complejo e inseguridad, no me gustan mucho que digamos pero ese no es el motivo por el que las llevo tapadas, no me gusta mostrar mis marcas por si me ve algún hechicero malo, no quiero que sepa que soy del clan Inumaki"

-A mí me gustan tus marcas, son únicas- dije mirándole directamente observando como sus orejas se ponían rojas -además somos amigos ¿No? Ya no somos desconocidos, come conmigo anda- aunque el chico dudó un poco acabó cediendo y se quitó la cuellera dejando ver el resto de su rostro, no lo había podido contemplar mucho pero la verdad es que era atractivo.

"No me respondas si no quieres pero, la persona que vino a vernos ¿Era tu padre o algo? Se apellida como tú" no me di cuenta de que había escrito otra nota.

-Mi hermano, pero él me abandonó- dije mirando una bolita de arroz que tenía en la mano -estoy bien con eso, no te preocupes, de todas formas pasó hace 10 años, es solo que llevaba 10 años sin verle- me metí la bola de arroz en la boca, Inumaki tiene razón, hace que mi estado de ánimo suba.

INUMAKI TOGE | El ruido de nuestro silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora