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La sala se encontraba algo tensa, se estaba decidiendo a que misiones irían los estudiantes de los distintos grados de la academia de hechicería, había misiones en las cuales ni siquiera los alumnos de tercer grado deberían ir, solo los profesores y algunos de ellos.

Gojō se encontraba en silencio, una de sus manos fue a uno de los muslos de Chika, la cual estaba sentada a su lado, por la vestimenta de ella le facilitaba acceder a la piel de dicha zona. Su traje de hechicera consistía en un vestido sin mangas, el cual es bastante largo y que posee dos cortes que llegan hasta la cadera, dejando ver de vez en cuando al caminar un poco de esas piernas.

Ella con cuidado para que los demás no se percataran de lo que estaba sucediendo, apartaba la mano de él para que dejara de tocarla, no era un momento adecuado para eso y él debía entenderlo, pero conociéndolo.... Iba a hacer lo contrario. 

Y no estaba equivocada, el peliblanco volvió a colocar su mano en el muslo de ella, mientras comentaba ciertas cosas sobre los alumnos y las misiones que se estaban viendo, claro que algunos profesores los acompañarían a ellas en caso de que algo malo sucediera.

Una vez más ella le apartó la mano de su muslo, debían mantenerse concentrados en aquella ocasión para que así los alumnos no fuesen a una misión demasiado peligrosa.

Como si se tratara de un pequeño niño el cual no entiende las reglas, volvió a colocar su mano en la misma zona. Apretaba de vez en cuando la piel de Chika y la acariciaba de forma lenta, quería hacerle saber que era lo que deseaba y no podría aguantar demasiado tiempo.

Los demás dijeron algunos comentarios más para luego dar por finalizada la reunión. Todos se levantaron para irse de aquella sala y poder continuar con las actividades que debían hacer ahora.

Chika fue una de las primeras en levantarse de su asiento, así podría escapar de los toques de Satoru.

O bueno, eso creía.

El hechicero más poderoso la tomó de la mano para meterla en una de las salas vacías y que nadie solía usar.

—¿Qué estas haciendo?

Le pregunto la mujer algo asombrada del movimiento de Satoru, aunque su rostro no lo demostraba, ella había sido entrenada para no demostrar ninguna clase de emoción.

El peliblanco no le respondió, sus labios fueron de forma directa al cuello de la mujer mientras la empujaba de forma lenta hacia uno de pupitres.

Una de sus manos fueron a la pierna de ella, haciendo que Chika la levantará y la dejara a la altura de la cadera de Satoru, así podría acomodarme mejor cerca de ella.

Tocaba su muslo con algo de fuerza mientras besaba y mordía el cuello de ella, logrando sacarle más de algún suspiró.

—Aquí no... puede... puede entrar alguien.

—¿Y que importa? Ese peligro es el más emocionante.

Le ronroneo con una voz grave y con un toque de diversión.  Se quito la venda para que así ella pudiera ver sus ojos. El celeste de él y el rojo de ella mirándose de forma directa, era como si se estuvieran combinando .... deseando ser uno solo.

Ella le tomó el rostro para alejarlo de su cuerpo y lo beso con algo de demanda, sorprendiendo al más alto.

Pero no perdió la oportunidad e hizo más intenso el beso, con una mano sostuvo su nuca para evitar que ella se aleje de él. Ambos comenzaron a usar la lengua, ninguno quería ceder el control al otro, a medida que sus cuerpos se frotaban con algo de desesperación.

Chika bajo su pierna para tener un poco más de equilibrio, pero en cuanto lo hizo,  Satoru deslizo su mano hasta la entrepierna de ella, moviendo a un lado el vestido, lo suficiente para así poder meter su mano para tocar por encima de las bragas la intimidad.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2023 ⏰

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Gojō Satoru [one-shot's] [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora