Wang Deseado Yibo.

El jilguero en la jaula.

Wang Yibo vivía en su lujosa mansión, tenía un sirviente para cada actividad que realizaba, su esposo era un hombre viejo que se apodero de él después de que sus padres murieron en un accidente, no tenía ningún sobresalto en su vida.

Despertaba los sirvientes lo bañaban, lo arreglaban, lo sentaban en la mesa para que tomara su desayuno, después de despedir a su esposo en la puerta, regresaba a su habitación a seguir durmiendo, más tarde tomaba otro refrigerio en el jardín donde se pasaba horas tocando algunos instrumentos que su esposo le encantaban comprar para el.

Después de un buen tiempo, entraba a su casa tomaba el almuerzo y subia a arreglarse para recibir a su esposo que venia desde su ofina para pasar un tiempo con él, para Yibo eso era set feliz por que nunca conoció otro mundo más que el su viejo esposo le dejaba ver desde el interior de su jaula de oro.

De repente un día oyo mucho ruido en el exterior de su mundo de caramelo, personas corrían por todos lados arrastrando cosas y otras llorando por que no sabían que pasaría con ellos de ahora en adelante, el estaba en su habitación esperando, las asistentes no habían llegado a ayudarlo, ni prepararon su baño menos su desayuno y el ya estaba famélico.

Señor Xu, por favor no puede hacer esto, gritaba una de las damas que estaban al servicio del delicado jilguero que Wen Rouhan tenia guardado para el mismo en su mansión, nadie sabía de su oscuro secreto, cuando sufrió un infarto fulminante en su empresa, fue que se destapó la verdad de por qué su padre opto por vivir solo, por aislarse de la sociedad, de sus hijos y socios comerciales.

Muchos pensaban que era por que la muerte de su esposa lo dejó muerto en vida, sin una pisca de amor por la vida lejos de la madre de sus hijos, de su fiel y amante esposa, pero ahora que se descubrió que era para vivir con su cautivo amante, en esa mansión, lejos de los ojos morosos de los demás su hijo mayor estaba realmente furioso.

Quería quemar con todo lo que había dentro la maldita mansión de su difunto padre, toda su vida había estado engañado, su pobre madre fue engañada siempre por ese visioso hombre, nunca amo a su madre por que tenía a su amante en esa mansión incluso mientras su madre aún vivía.

Los sirvientes trataron de deternerlo, incluso algunos arriesgaron su vida para impedir que subiera al tercer piso de la casona para sacar a patadas a ese maldito engendro sexual que puso a su madre como una cornuda y a su padre como un hombre bizarro que guardo el secreto de su traición por casi 10 años.

Después de barrer con todos los sirvientes, con la ayuda del ejército de guardias que estaban bajo su dominio, llegó a la puerta del doncel, la ama de llaves era la única que se había salvado de ser sacada de la mansión a rastras y sólo por que esa misma dama era la que su padre contrato para ayudar a su esposa en los últimos años de su enferma vida hasta que murió.

Mi niño ten misericordia este chico no es culpable de las casas que tu padre cometió, el es inocente en muchos aspectos, tu padre lo arrebato de su familia, ahora que esta muerto puedo decirlo con libertad tu padre asesino a los padres del joven Wang para poder traerlo aquí.

Era solo un niño de 15 años cuando llegó a esta casa, como puedes culparlo a él de esta atrocidad cuando aquí El único culpable ya está muerto y su nombre era Wen Rouhan, el joven Wen escucho lo que la mujer declaró, de todas maneras no va a quedarse aquí, demolere esta casa, voy a quemar hasta los simientos si quieres salvar su vida, sacarlo antes de que llegue el equipo de demolición que contrate para esto.

El wen iba a salir de la casa cuando oyó una dulce voz que salía de la habitación, era acaso que su padre guardaba una sirena ahí dentro, como hechizado por la flauta de hamlet, se acerco de nuevo a la habitación, quito a la mujer de la puerta con una fuerza sobrehumana que la dama no pudo ni oponer resistencia.

Abrió la puerta con desesperación y lo primero que recibió en sus brazos fue un cuerpo pequeño, cálido, con curvas dignas de una diosaa, llegaste tengo mucha hambre Han han, decía el chico aferrado al cuello del hombre que abrió la puerta de su habitación pues esa era la hora en que su esposo llegaba para almorzar con él.

Wen Xu cargo al doncel hasta la planta baja, ordenó a los guardias que destruyeran todo, que lo quemaran y que esperaran al las máquinas que tenían la orden de demoler el lugar, todos vieron con sorpresa y mucha envidia como su jefe llevaba colgado del cuello el delicado cuerpo de un doncel de cabellera castaña, ojos dorados como la miel y piel más blanca que la más fina porcelana.

Haaaa haaaaa haaaaa amado haaa amaaahhaaadooo haaa espoaaahhhaaa espoohhhaaasoooo ha haaa ya llegado haaa llegó aaaackkkk, Yibo se derrumbo sobre el cuerpo de su nuevo esposo, después de unos días de luto por parte de la familia Wen Xu presentó a su futuro esposo.

El doncel era su novio a distancia según invento el, estaba esperando a que terminará sus estudios universitarios para casarse con el, pero en una de sus visitas a Londres, que era donde Wang Yibo vivía quedo en cinta de el, como un hombre decente llevó al joven con su familia para avisarles, que tenía que casarse con el en menos de un mes, para que la reputación de su ahora esposo no quedara manchada.

Ningun miembro de la familia cuestiono su palabra el joven heredero era tan serio, responsable y digno de confían que nadie jamás creería que en realidad ese doncel había sido el que Wen Rouhan tenia como su amante en aquella mansión que desapareció la misma noche en que el viejo Wen fue sepultado.

Wen Xu arropó a su esposo en sus brazos, no se arrepentía de haber robado ese tesoro que su padre egoístamente, tenía encerrado en esa casa, el chico era un sol brillante, listo, delicado, amoroso, fiel, hermoso y sociable, no sabía cómo es que ese hombre había privado al mundo de esa maravilla de doncel.

Mi amor tenemos que salir de la habitación, vamos recuerda que tenemos una reunión familiar a la que asistir, no creo que Quing nos perdone si no llegamos a su fiesta de compromiso, decía el hombre a su esposo que se aferraba a su cuerpo con todas sus extremidades.

No quieroooo yiyi quiere más amor de su esposo, repelaba el doncel, tus hijos quieren sentirte más mira como se mueven dentro de mi por que su padre quiere salir de nuestro nido de amor, el doncel chantajeba a su marido para seguir retozando en su cama.

Nunca había experimentado el sexo de esta manera tan placentera, su ex esposo lo mimaba de otras maneras pero ahora que había descubierto lo delicioso que se siente que sus cuerpos se fusionen uno contra el otro estaba tan engolosinado que exigía a su marido estar en su nido hasta quedar exhaustos de tanto amor.