Capítulo 4

17 5 0
                                    

Acabo de llegar a la casa del pueblo y los de la pandilla ya me esperaban afuera. Salgo de la casa y les saludo a todos, pero hay alguien al que no le reconozco la cara...

- Hola, ¿quién eres?

- Hola, ¿Liv, verdad? Yo me llamo Álvaro, Al para los  amigos.

- Sí, Liv

- Pues...me han dado información de muy buena calidad sobre tí- viniendo de los de la pandilla no me lo creía demasiado, pero si él lo dice...

- Ah, que bien...espero que no te hayan contado ninguna anécdota vergonzosa...

- No, no, te lo aseguro

- Bien...bueno, ¿nos ponemos a preparar el Halloween?

Todos asintieron de forma enérgica. Fuimos andando de casa en casa del pueblo andando para dar información sobre la velada de la noche siguiente. La  verdad es que el nuevo miembro de la pandilla me cayó muy bien, así que congeniamos.  

Cuando acabamos fuimos a dar una vuelta por el centro, y poco a poco la mayoría volvieron a sus respectivas casas. Y para cuando nos dimos cuenta, solo quedábamos Álvaro y yo.

- Oye Álvaro...¿qué hacemos?

- Ya te lo he dicho, Al para los amigos...

- Yaa, vaale Al, ¿que hacemos?

- Pues no sé...- se lo piensa unos segundos y finalmente se le ocurre una idea- ¿Y si vamos a dar una paseo por la playa?

- Vale, es un buen plan

Nos encaminamos hacia la playa, que quedaba a unos cinco minutos andando de la urbanización. Al fin llegamos, caminamos un trozo por la arena y finalmente nos sentamos uno al lado del otro. 

- Bueno, cuéntame más acerca de tí

- A ver: vivo en el centro de Madrid, tengo un hermano mayor de dieciséis años, vivo con mi padre y mi hermano porque mis padres se separaron cuando yo tenía once años, y...ya está.

- ¿Ya está? ¿Eso es todo?

- Sí, ¿te sorprende?

- Bueno...parecías más...como decirlo...¿complicada?

- Bueno a ver...estas últimas semanas no han sido del todo fáciles, que digamos.

- ¿No? ¿Porqué?

- Uff, no sé ni cómo empezar...

- Pues por el principio- sugirió él tan tranquilo

Le dediqué una mirada furibunda y el se dió cuenta, porqué empezó a reírse a carcajadas al instante.

- A ver, te hago un resumen- paré unos segundos para pensar por dónde empezaba y finalmente hablé- Pues el chico que me gustaba desde la primaria se me declaró por mensaje, y obviamente, yo le dije que si. Entonces un par de semanas después me confesó que todo había sido un reto que mi mejor amiga le propuso en secreto. Y entonces en cuanto me lo contó todo corté con él y no he vuelto a hablar ni con él ni con mi mejor amiga desde entonces.- se hizo un silencio largo e incómodo después de confesarlo todo. Supuse que Al no iba a decir nada, así que lo hice yo.- ¿Qué te parece?

- Me parece que hace poco  que has cortado con tu novio e ya estás ligando conmigo...

Le dediqué una  mirada furibunda que él captó de seguida, porque empezó a reírse a carcajadas al momento.

Entonces pareció que iba a responder seriamente. Y, por fin, lo hizo.

- Pues...creo que has hecho lo correcto

- ¿De verdad? ¿No piensas que he sido un poco...radical?

- No, yo habría hecho lo mismo.- se paró un momento y prosiguió- Te han hecho una putada, y tu se la has devuelto. Es lo más justo del mundo.

- Bueno...visto así...- no sabía qué decir, pero finalmente me dí cuenta de que Al me estaba ayudándome y que quería agradecérselo.- Gracias. 

- No hace falta que me lo agradezcas...

- Bueno, hablemos de tí- quería saber un poco  más de él, así que me lancé directa al pozo.

- Mmmm...vivo en Madrid, tengo una hermana pequeña, vivo con mis padres y mi hermana y me gusta el baloncesto.- ¿De verdad  vivía en Madrid? ¡Qué bien, así podríamos vernos más a menudo!- Y...mi color favorito es el rojo.

- Mmmm...interesante...

- ¿Interesante?

- Si...porque eso significa que nos podremos ver mas amenudo 

- Claro...si me caes bien, por supuesto 

- Ah, ¿y por casualidad te caigo bien?

- Emmmm...podríamos decir que si

- Bueno vale, pues también podríamos decir que tu me caes bien

Aún estábamos sentados en la arena de la playa, y por un momento, los dos nos quedamos  mirando el sunset. 

Cuando estaba con Al, me sentía de una forma extraña. Como si tuviera mariposas en el estómago. No sabía a qué se debía, pero me gustaba. Además, cada vez que me tocaba, la piel se me erizaba y la cara se me enrojecía. 

No se me ocurrió nada para romper el incomodo silencio, así que tuve que recurrir a la última opción que tenía pensada. 

- Bueno...¿vamos tirando?

Tardó unos segundos en contestar, pero finalmente lo hizo. Eso sí, sin mirarme. 

- ¿Eh?...sí, sí...

No me levanté. Él tampoco. Lo miré de reojo pero no se dió  cuenta. Tenía una cara rara, como pensativa. Así que decidí dar el paso.

- Al, ¿estás bien?- lo dije preocupada, pero creo que ni se enteró. No le dió mucha importancia. 

- ¿Qué? Eh, sisi...

- Aaaal...¿qué te pasa?

- Nada. Enserio, estoy bien

- No, no lo estás.- hice una pausa, no quería insistir mucho. - Si no me lo quieres contar no pasa nada, pero al menos reconocelo...

Estuvo callado durante más o menos treinta segundos. Parecía que estaba pensando como enfocarme su problema, y finalmente encontró la forma adecuada. 

- A ver...es que yo también he cortado hace poco con mi novia...porque...se ha acostado con mi mejor amigo.- paró un momento para pensar que mas decir y prosiguió- Es una historia muy parecida a la tuya, pero bueno...

- Da igual, ¿qué pasó?

- Pues resulta que yo me había ido unos días a la otra punta del país porque mi abuela estaba enferma. Así que ellos dos aprovecharon esas noches que yo no estaba para pasarlo bien...y me enteré porque el dia que volvi, mi novia se dejó el móvil en mi casa y mi mejor amigo le envió un mensaje diciendo que se lo había pasado muy bien y eso...- hizo otra pausa, esta vez para recuperar fuerzas- Y no he hablado con ellos desde hace un par de semanas.

- Ya...pues yo también creo que has hecho lo correcto.

Nos quedamos en silencio unos segundos, y aburrida, me giré hacia él para analizarlo. Sin que me diera cuenta me pilló de pleno, así que volví a centrar la mirada en sus ojos.

- ¿Qué?- preguntó

- Nada. Absolutamente nada.- no sé porque le dije eso, porque  quedó muy poco creíble.

- Yaa...

- ¡Enserio!

Estuvimos unos segundos mirándonos a los ojos. Él se inclinó un poco hacia mí, me cogió de la nuca y presionó sus labios contra los míos. No sé qué pensé en ese momento, pero lo único que hice fue dejarme llevar. Yo le rodeé el cuello con mis brazos, y continué el beso.  

Desde otros ojos - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora