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Las cosas con Finn se volvieron cada vez más difíciles de controlar.
no estabamos todo el tiempo juntos pero cuando lo hacíamos era como meterme dentro del mar, no podía respirar, la tensión histerica me asfixiaba y realmente no tenía idea de como salir a flote.

Casi todos los fines de semana nos cruzabamos en las mismas fiestas.
a mi no me gustaban tanto, pero cuando sabía que él iba a ir intentaba hacerlo también y asi vernos "de casualidad".

Aquél sábado estábamos en una fiesta de una de las fraternidades.
yo había ido con mis amigos y él con los suyos, y en algún momento, por alguna razón, todos terminamos juntos.

Ben y Ally se besaban en el sillón al igual que un amigo de Finn con otra chica.
Finn estaba sentado junto a ellos y yo de pie, no había conseguido lugar.
Él tenía la solución para eso.

-te podes sentar acá si querés-me dijo casi gritando por la música fuerte.

abrió las piernas y palmeo una mientras sonreía

-no, gracias, estoy bien acá

-¿bien? ¿parado como un ridiculo? en confianza, dale

-no me voy a sentar encima tuyo

-te encantaría hacerlo, se te ve en la carita

-ya quisieras

-¿vos no? te moris de ganas, deja de negarlo

No había forma de terminar con esos juegos histéricos, era claro que nos gustaba, y que era nuestra forma de dialogar

-si, la verdad que si, Finn, estoy todo el dia pensando...

No me dejó terminar de hablar, estiró sus manos hasta mi cintura y me sentó en sus piernas de golpe

-hablas mucho vos-dijo pasandome una mano por la panza-hay que saber actuar

No dijimos nada, nadie parecía haberse dado cuenta.
sin embargo yo estaba en una especie de limbo.
estaba comodo y me sentia seguro, Finn tenía las manos grandes, con las dos podia tomarme toda la cintura y acomodarme como quisiera, y yo estaba dispuesto a dejarlo, me sentía protegido.

-¿te peso?-le pregunté como para decir algo, estamos muy callados

-¿vos? ¿sabes la de sopa que te falta para ser pesado?

Podía sentir su corazón contra mi espalda y su mano por encima de mi ropa.
su perfume llegaba hasta mí y pensaba en todas las mañanas que sentía ese olor, me encantaba, era muy masculino.

Sentí también su cabeza cayendo muy suavemente sobre mi espalda antes de que,con una voz algo nerviosa, dijera lo que ambos sabíamos

-te vas a tener que levantar...

-sip-dije poniendome de pie

No había tardado nada en sentir su erección contra mi cuerpo. había intentando pensar que eran ideas mías, pero efectivamente había sucedido.

Él se levantó y se fue al baño.
yo dudé sobre si debía seguirlo o no, pero finalmente lo hice.

-no pasa nada ¿no?-le pregunté desde la puerta mirando como se mojaba la cara

-omitiendo que se me paró por tenerte encima,no

-no pasa nada Finn, uno no controla eso, no significa nada

-¿y si sí?-preguntó mirandome

-imagino que te calentas con todo lo que se mueve,no es algo que me sorprende...

-Simón, tenemos que hablar...

estaba muy serio y decidido; me acorralo como aquélla noche en el bar, y como esa vez, también nos interrumpieron.

FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora