🩸𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖘𝖊𝖎𝖘🩸
𝐌𝐎𝐍𝐉𝐄𝐒
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Porchay nunca creyó que su aventura dejaría atrás a Florian para acoger a Kimhan, de quien justamente trataban de huir. Pero así era, estaban cabalgando en medio de la noche por el bosque de los Alpes suizos hacia el pueblo que quedaba a dos horas de distancia desde el internado. Posiblemente moriría aquella noche... pero oraba para que eso no sucediera, quizá Kimhan podía ser un ser confiable, tal vez... con un poco de suerte el vampiro pensaría en el trato y lo respetaría.
Divisaron el pueblo Wengen a lo lejos, todo estaba solitario... había una que otra cantina en función, ebrios en las calles y prostitutas de dudosa procedencia, usualmente, laboraban a estas horas. Kimhan y Porchay bajaron del caballo y lo dejaron atado a las afueras del pueblo donde pudiera comer pasto mientras los esperaba.
– Exactamente, ¿qué buscamos? – inquirió Kimhan a su lado a la vez que caminaban por la calle principal.
– A un monje – contestó
Ser aliados significaba que podía confiar la información que tenía, ya había decidido colaborar con él incluso si temiera por su alma, colaborar con un vampiro era firmar una sentencia reservada en el infierno, pero no iba a exponer a Florian.
– Avery logró investigar algo sobre la cripta – Chay se giró para mirarlo, en medio de la oscuridad de la noche, los ojos oscuros de Kim resaltaban muy a su pesar, al igual que la palidez de su piel – Dijo que un monje podía darme razón de la llave que abría la cripta, me dio un nombre.
– Incluso después de muerto sigue pensando en ti – Kimhan enmarcó una ceja – Interesante.
– No sabes lo que dices, Avery era un gran muchacho – Porchay apretó los puños.
Kimhan se inclinó un poco hacia un lado – ¿Sabias que estaba profundamente enamorado de ti? – preguntó con voz melodiosa, Chay parpadeó lentamente con las mejillas rojas pero podía culpar al frío por eso. No tenía palabras para eso porque sabía todo lo que Avery había sufrido en sus últimos días con vida, seguramente Kimhan pudo meterse en su mente torturada.
– ¿Era correspondido? – preguntó Kimhan acercándose.
Porchay arrugó el ceño – No importa ¿verdad? Tú nos quitaste la oportunidad de averiguarlo – lo miró firmemente, Kimhan alzó las comisuras de sus labios.
– Tu no sentías absolutamente nada romántico por él, Porchay – determinó con cuidado –
– Eso no puedes saberlo – Porchay se alejó y comenzó a caminar – No estás en mi cabeza.
– No, no estoy en tu cabeza pero escucho el sonido de tu corazón cuando hablas sobre él – Kimhan caminaba cerca – Se diferenciar cuando un corazón late enamorado y cuando no.
Chay decidió no decir nada más al respecto porque no pensaba tener una conversación sobre amor con un vampiro. No, Avery no fue una persona correspondida porque a Chay no le gustaba de esa manera y se lamentaba profundamente porque fue un buen chico que tuvo mala suerte, que se topó con una bestia y terminó consumiéndolo. Tal vez eso nunca se lo iba a perdonar. Avery no merecía ese final.
– ¿Cómo se llama el monje que buscamos? – preguntó Kimhan
– Dorian Fisher – respondió Porchay organizando su capa
La nieve comenzaba a caer de nuevo y el frío era espeluznante cavando entre sus huesos.
– ¿Es cierto que los monjes cazadores de vampiros crearon la cripta del internado en la Edad Media? – preguntó Porchay
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VAMPIRE - KIMCHAY
RomanceEl 31 de octubre de 1880, Kimhan Theerapanyakul arribó al famoso internado Saint-Montreaux en los Alpes Suizos ... y desde entonces, Porchay Kittisawats supo que su sosiego en las noches sería perpetuamente consumido por él.