🩸𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔🩸
𝐀𝐋𝐈𝐀𝐃𝐎𝐒
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La capilla del internado estaba a rebozar de estudiantes, algunos lloraban de pena, algunos de miedo y otros simplemente asistían por respeto al alumno fallecido... el sacerdote estaba dando una alabanza, pidiendo por el alma de Noah, el chico que Avery mató.
Eso decían todos... Avery había dejado una carta encima de su lecho confirmando su delito, un día después lo encontraron muerto con un cuchillo enterrado en el pecho, justo al lado de donde Noah estaba enterrado.
Todo el internado cayó en la penumbra del silencio... nadie sospechaba de Avery y el estupor de todos fue notable, fue un chico dulce y carismático, Chay no lo conoció tan bien como quería y ojalá hubiese hecho más por él, ojalá hubiese podido sonreírle tal y como Avery quería, pero Chay nunca pensó que su vida iba a terminar así: siendo acusado de un crimen que no fue suyo.
Y lo que mataba lentamente a Porchay y a Florian desde adentro era que ambos conocían la veracidad de la verdad y no podían hacer más que callar, quizá podían acusar al verdadero asesino pero... seguramente amanecerían muertos para el alba y todo sería en vano, él seguiría asesinando personas inocentes, lo que necesitaba Porchay era detenerlo... aunque en el proceso las próximas víctimas fueran ellos, de cualquier forma, ya estaban lo suficientemente vinculados.
Chay sintió un peso al lado suyo, y capto aroma descriptible de pino y frescura, pero también sintió el marcaje del aura oscura que emanaba cada poro muerto del cuerpo de Kimhan. Porchay se enderezó pellizcando la mano de Florian a su otro lado para que enterara de la "pequeña" e "inocente" compañía que tenían, Florian miró por el rabillo de su ojo y tragó saliva difícilmente.
– Que osado de tu parte venir a este lugar – murmuró Chay lleno de valor e ira – Pensé que los vampiros se quemaban en lugares santos.
Escuchó la suave y tilitante risa de Kimhan a su lado, tan baja como campanas de iglesia y tan atractivas como navajas brillantes, mientras más cerca estaba de él, más conocía la audacia de su presencia y lo inoperante que era tratar de no admirarlo.
Kimhan era un ser hermoso físicamente, absolutamente apolíneo y atrayente, posiblemente aquello era una de sus formas indiscutibles de atraer a sus víctimas... las personas usualmente se sentían fascinadas por él como era el caso de Henry y Elias, también de casi todo el internado incluyendo a las institutrices y el equipo academico.
Porchay no iba a ser la excepción, admitía que incluso su risa suave y destellos era atrayente... como la luz para una polilla, ¿cómo era posible que una persona muerta literalmente fuera tan bella y letal al mismo tiempo? Algo en él regurgitó en repugnancia pero también en curiosidad.
– Realmente, Avery si asesinó a Noah – murmura Kim para que solo Porchay lo escuchara
– Si, pero porque tu lo convertiste en... en eso – apretó los puños – Es tu culpa que Avery lo haya matado...
Kimhan respiró profundo – Pero eso no le quita su propia pena ¿Verdad? A pesar de que podía obligar a Avery, nunca lo hice. El deseo por la sangre siempre será mucho más fuerte que nuestra conciencia, él quería matarte en la cripta ¿recuerdas? Nunca se lo pedí – comenta por lo bajo, Chay arrugó el ceño ligeramente.
– ¿Qué quieres decir con "podía obligarlo..."? – indagó con detenimiento.
Sintió los dedos de Kimhan rozar su muñeca y luego bajar lentamente hacia su palma, Porchay parpadeó... sintió un estremecimiento interno, y el tacto de Kimhan arder.
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VAMPIRE - KIMCHAY
Roman d'amourEl 31 de octubre de 1880, Kimhan Theerapanyakul arribó al famoso internado Saint-Montreaux en los Alpes Suizos ... y desde entonces, Porchay Kittisawats supo que su sosiego en las noches sería perpetuamente consumido por él.