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El ardor en mi estómago es horrendo, no he comido en lo que creo yo son días, a lo mejor solo son horas, pero esto es algo abominable, ni siquiera he probado un poco de agua y no porque no me lo ofrecieran, el problema es el trato que debo realizar para poder comer algo.

-Señor, él ya está casado por ley y está emparejado,  el veneno que le aplicamos la última vez no pudo detener su emparejamiento, Park es su alfa y Byun espera a su bebé-

-No me importa, necesito que hagan algo para romper ese enlace – abren la puerta de la pequeña habitación en la que me tienen – Hola cariño, ¿Listo para reconsiderar tu respuesta

-Sigue siendo la misma, me tendrás que matar porque no pretendo ser tú pareja y mucho menos tú esposo- me da una cachetada con el dorso de su mano rompiéndome la boca.

-Te voy a quitar esa maldita marca y te pondré la mía, juro que estarás rogándome para que te joda día y noche, me rogaras para que te dé mi atención- no puedo evitarlo y me río, me río de verdad.

-No seas ridículo, lo único que quiero de ti es que estés muerto, me das asco, eres una mierda y no me interesa tenerte- me toma con fuerza del cuello estrellándome contra la pared, su agarre es lo suficientemente fuerte como para obstruir mi respiración, lucho para soltarme pero no es mucho lo que se puede hacer si tengo mis manos atadas a mi espalda.

-Me las pagaras- Me suelta del cuello y me sostiene del cabello, me saca de la habitación a rastras, más de una vez pierdo el equilibrio y él me golpea para que camine bien.

No se si en este momento aún exista algún bebé al que proteger, pero lo haré incluso si pierdo mi vida en el proceso, acepte a Park como mi pareja y no pretendo darme por vencido tan rápido, él me da la libertad que yo necesito.

Abren una puerta y me arrojan al interior de una habitación, muevo mis manos a un lado y el golpe contra el suelo hace que algo se rompa y creo que fue mi muñeca.

-Mierda- un hombre que ya conozco me ayuda a colocarme de pie, es el loco que hizo ese puto veneno para mí sistema.

-¿Está bien?- veo preocupación genuina en sus ojos -Lo ayudo joven Byun- me ayuda a colocar de pie y un quejido de dolor sale sin mi permiso.

-No te haga el buen samaritano con él, ponle el puto suero, elimina esa marca y lo devuelves a ese hueco- sale de la habitación cerrando la puerta con fuerza.

-Le voy a quitar las esposas, debo revisar su muñeca- las sueltas, toma mi mano derecha y ya está roja e inflamada – Se la rompió-  analizó todo a mi alrededor, debo buscar algo con que ayudarme- En el estante que está a mi espalda hay bisturís y en mi escritorio hay un arma con cartucho cargado, voy a vendar su mano, luego usted tomara esa jeringa que está ahí y me la clavara en el cuello, debe salir de aquí por el bien de su bebé y el suyo-

-¿Me está ayudando?-

-No tengo perdón de Dios, son muchos mis pecados, pero intentaré salvarlo a usted- venda mi mano y me quejo en el proceso – Cuando salga de aquí deben atenderlo de manera urgente, se que su esposo lo debe estar buscando, y posiblemente es cuestión de minutos para que llegue aquí-

-¿Cuánto tiempo tengo aquí? –

-Día y me dio, y no crea que no lo están buscando, pero la rata que implantaron en su casa hizo algunas travesuras- lo veo – Se que su camioneta explotó, pero no lo mataron, solo retrasaron lo que todos sabemos que pasará-

-¿Quiénes son más ratas?-

-Son 3 jóvenes, entraron hace poco, un mes aproximadamente- asiento – Lo lamento, no se sus nombres-

-Eso ayudara- termina de vendar mi mano, y veo que coloca algo sobre mi palma.

-Salga de aquí, en cuanto pase estás puertas debe correr a su mano derecha, no tenga miedo de matar a quien se le atraviese porque ellos no pensaran 2 veces en dispararle-

-Gracias-

-Su abuelo estaría muy orgulloso de usted- sonríe – Es le acaba el tiempo, es ahora o nunca- asiento, veo la jeringa y no se si sea capaz de atacar a un hombre que me acaba de dar la libertad.

Arrebata la jeringa, me sonríe y el mismo la clava en su cuello, veo como cae al suelo mientras que de su boca sale espuma.

Corro hasta el estante que me indico, saco 3 bisturís, 2 jeringas con morfina, corro hasta el escritorio y busco el arma, reviso la carga y si, esta completa.

El pasillo está lo suficientemente solo como para correr, lo hago y en la primera esquina me consigo a uno de los matones, aprovecho que no tenía su arma a la mano para cortar su cuello con el bisturí, busco su arma  y la guardo en mi pantalón.

Corro a todo lo que puedo y voy matando a quien se me atraviesa sin importar nada, la mayoría lo hago con armas corto pulsante para que la detonación de mi arma no me delate.

Cuando logro llegar a lo que creo es la salida un disparo suena y una bala roza mi brazo, veo hacia el frente y el desgraciado de Hyun-joong está viéndome.

-Has cometido una masacre, nunca imaginé que ese Baekhyun volvería a salir a la luz- el cuerpo entero me está temblando, definitivamente ya no tengo fuerzas, mi poca reserva de energía se fue al carajo con todo esto.

-Sacas lo peor de mi y no pretendo morir aquí- trato de no molestarle lo mal que me siento.

-No saldrás de aquí vivo- me apunta, respiro profundo, escucho unos neumáticos chillar sobre el pavimento, me tiró a un lado y veo como una camioneta atraviesa el portón llevando consigo al imbécil de Hyun Joong.

Me apoyo de la pared, alguien se baja de la camioneta y veo a mi esposo, pierdo la fuerza de las piernas y caigo al suelo ya sin poder mover un solo músculo, me estoy congelando.


Chanyeol


Me bajo en cuanto pasamos el portón de la bodega y lo primero que veo es a mi esposo, su cuerpo es la muestra viviente de una masacre, está lleno de sangre de pies a cabeza, su hermoso cabello rubio ahora está lleno de sangre al igual que su cara angelical y todo el resto de él.

Veo como cae al suelo antes de que yo logré llegar a él, lo sostengo y está hirviendo.

-Baek, cielo mírame – lo sostengo de las mejillas haciendo que me coloque su rostro en mi dirección – Baekhyun mírame-

-Ya no puedo más, sácame de aquí – las palabras sale de su boca con tanta dificultad que es casi imposible entenderlo.

Lo cargo en brazos, me subo a la parte trasera de la camioneta con mi esposo en brazos, no puedo creer que en casi 2 días perdiera tanto peso.

-¿Qué te hicieron? – veo a todos mis subordinados – Quemen todo este lugar-

-Si señor- ellos empiezan a llenar toda la bodega de gasolina, SeHun acelera y dejó atrás la bodega que se está prendiendo en llamas.

-¿A dónde?-

-Con Junmyeon- él pasa algo hacia atrás y noto que es una toalla junto a una botella de agua -Gracias- mojo la toalla y empiezo a limpiarlo, en un momento del proceso se quedó dormido.

-Debes estar preparado para lo que sea- veo la nuca de mi amigo.

-Lo sé- cuando su rostro está lo suficientemente limpio lo abrazo bien – Y tengo miedo de lo que pueda de lo que me puedan decir-

Terapias peligrosas/ Terapia Prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora