𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐬 𝐭𝐨 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 - 𝘊𝘩𝘦𝘳𝘭𝘰𝘴

05

El tiempo pasó volando entre la conversación que Sergio y Carlos establecieron, se mantuvieron acurrucados aclarando el rumbo que su ahora ya confirmada relación tendría, concordando y aclarando dudas del contrario.

El medio día llegó, y ambos tenían hambre, lo sucedido la noche anterior les dejo sin pila y energía suficiente para el día, por lo que decidieron bajar al restaurante del hotel.

-Chequito, se hace tarde y no has comida nada desde la noche anterior-recordó el español, procurando más la salud del contrario que de la misma, acarició suavemente la cadera de su ahora Omega.

Checo se removió haciendo un puchero.
Quería quedarse allí, entre los brazos del otro, en su cómoda y cálida cama, pero ya tenía hambre y no podía negarse.

-Esta bien, pero después, volvamos a la habitación, estoy algo agotado, no tengo ánimos de salir.-dijo mientras se distanciaba del moreno.

-Claro que sí, pecas.-Carlos respondió casi inmediatamente.
Si Alfa se sentía orgulloso de que por fin acepto al bonito Omega frente suyo.

Con algo de pereza se levantó de la cama, dandole la espalda a Checo, este lo examinó, llevaba puesto solo unos pans, y su playera, él la tenía puesta.

Su omega se removió contento.

Reaccionó y intento pararse, pero cuando lo hizo sus piernas fallaron, cayendo al instante al suelo.

Carlos se volteo, y rápidamente se acercó a él, inclinándose para ayudarle.

-¿Estás bien?, ¿Qué pasó?-preguntó con preocupación.

-Me duelen las piernas, por alguien.-dijo Sergio haciendo énfasis a ese "alguien" mientras lo miraba con vergüenza.

Carlos soltó una risa, mientras tomaba las manos del contrario y la cadera del mismo, apoyándolo contra si, ayudándolo a mantenerse de pie.

-Tú fuiste el que pidió más.-respondió chulesco y burlón.
Amaba molestar con ese tipo de cosas al pecoso, lo hacía incluso cuando solo eran simples amigos.

El rostro del más bajo se sonrojó, y checo golpeó suavemente el hombro de su pareja.

-Ya deja eso!-dijo con vergüenza.

Carlos rió, pero acató la orden.

Se alistaron, y Carlos tuvo que dejarle su playera a su pecoso, ya que este se negó, diciéndole que se sentía más cómodo, e incluso lo chantajeó diciéndole que otro alfa podría reclamarlo por su reciente celo.

Y quién era Carlos para negarse a los bonitos ojos del Omega.

Su omega, cabe recalcar.

Así que optó por buscar otra playera a su habitación, que por suerte estaba justo frente a la del mexicano.

Una vez listos , bajaron, caminando entre pequeñas platicas, hasta llegar con el bonito restaurante.

Se acercaron y tomaron una mesa apartada de los demás.

No querían que sus fans los agobiaran, y siendo sinceros, el alfa no quería otros olores sobre su Omega, le parecía detestable tener que soportar que este se impregnara con otro aroma que no sea el suyo.

Es por eso que accedió a dejarle su remera al pecoso.

Pidieron su desayuno, y hablaron sobre como sería su relación y si se haría privada o pública.