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Entró al departamento con rigidez y prisa.

Se sentía fatal, bueno no exactamente como la mierda, simplemente, su cuerpo estaba sudando y no podía dejar de lado que su relación estaba a nada de ser expuesta ante el mundo.
Y muchas cosas podrían verse afectadas, una de ellas su imágen publica, o la de Carlos, así mismo podrían salir a la luz otras cosas privadas.

Una de ellas, su marca.

Aunque es algo completamente normal en el mundo, pero para el, siendo un Omega en una categoría como la fórmula solo significaba algo.

Sería carnada de tiburones.

Y no es que no supiera como defenderse, podría hacerlo y callar las bocas de esos imbéciles que solo se aprovechan de chismes y noticias amarillistas. Pero eso pondría en riesgo su puesto de trabajo, aunque sabe bien que Christian lo tiene asegurado, no puede confiar plenamente y a ciegas en la FIA y sus reglas.

Cerró la puerta tras de si, dejando sus pertenencias en el estante que estaba destinado a eso.
Se retiró sus zapatos y se dirigió a la sala de estar, se sentó lentamente en el gran sillón y soltó un suspiro. Se recostó en el mueble hasta que su espalda quedó recargada en el espaldar del mismo, su mirada quedó fija en el techo.

¿Por qué ahora?, se preguntaba en sus adentros.

Es cierto que le tomó por sorpresa, no esperaba que tan pronto los descubrieran, habían sido cuidadosos, intentaban mantener su perfil bajo y se limitaban a actuar como simples amigos frente a las cámaras.
Pero sabía que esto pasaría, no de esta forma, pero sabía que algún día todos se enterarían de su relación y de su lazo.

Pero el quería que su familia lo supiera primero, quería viajar a México con Carlos, decirles cara a cara quien era su Alfa, y posteriormente harían lo mismo con la familia de Carlos. Irían a españa dónde estarían un par de días hasta finalmente encontrarse con la familia de este.

Todo estaba planeado, y ambos estaban ciertamente ansiosos.

Claro que la parrilla de pilotos merecía saberlo también. Charles y Max fueron los primeros en saberlo, los demas pilotos aún no, pero era más que obvio que algunos ya sospechaban. Lewis era un ejemplo, pues siempre estaba con Max justo cuando él y Carlos llegaban a charlar. Su jefe, Christian lo sabía, el británico era como una figura maternal para el, así que le fue imposible ocultarselo, aunque tampoco se esforzó en decirle.

En si, la parrilla,- secretamente.-
Ya sospechaba, o más bien, tenían muy en claro que no eran solo amigos, pero guardaban sus comentarios u opiniones para ellos, pues esperarían a que estos les contarán.

Pero todo eso se fue al carajo en minutos.

Sentía tanto enojo, nervios, temor. Estaba afligido, nada lo preparo para que esto sucediera, no tenía ni la más remota idea de cómo decirle al mundo sobre esto, ni estaba lo suficientemente preparado para todo lo que estos mismos vayan a decir.

Cerró los ojos con fuerza, tragándose su furia, apretó con fuerza sus puños, que jodidos medios, gruñó para sí.

-¿Sergio?- la voz del español lo hizo abrir sus ojos abruptamente, y dirigió su mirada hacia el español parado en el pasillo.

Tragó saliva, nervioso.
No dijo nada y se levantó hasta quedar sentado en el sillón.

Carlos confuso ante el silencio se acercó hacia el Omega, podía sentir los nervios y las emociones mezcladas que el pecoso estaba sintiendo. Tomó asiento a lado del tapatío. Checo no emitió ninguna palabra, no sabía cómo empezar.

𝐟𝐫𝐨𝐦 𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐬 𝐭𝐨 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 - 𝘊𝘩𝘦𝘳𝘭𝘰𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora