C a p í t u l o 3✅

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Florencia

Valeria

Rabia eso veía yo en los ojos de Leonardo, algo extraño ya que solo llevo 48 horas aquí porq ya son pasadas las 3:00am y si de algo me eh dado cuenta es que siempre permanece pacífico, su autocontrol es admirable. No es de mostrar expresiones más que cuando se tratan de burlas. Le gusta hacer como nada le importa y en realidad es confuso porq cuando en realidad le importe no sabes si es realidad o solo no le está dando importancia.

—Lo siento— dice aflojando su agarre y alejándose.

Que es eso que oculta que hace que se comporte así.

—Es solo que a veces te pones un poco...—busca las palabras correctas en su cabeza. Mejor salgamos es aquí.

Miro por la ventanilla y estamos frente a un hospital. El baja primero y recorre el auto, yo bajo tocándose la garganta la cuál me siento un poco apretada debido al agarre tan fuerte de Leonardo.

La cabeza me duele que es una jodida tortura.

Camino detrás suyo entrando al hospital y algo me sorprende cuando paso las puertas grande de cristal. Todos los doctores están en fila pegados a la pared con sus típicas batas blancas y tapabocas pero lo que realmente llama mi atención es que van armados. Cargan ametralladoras y armas de altos calibre como si fueran un ejército y fueran a masacrar a alguien.

Mientras pasamos todos hacen una reverencia mientras Leonardo Camina por el centro sin darle importancia es como si estuviera acostumbrado a este tipo de comportamientos.

Solo me dedico a mirar a todos mostrando respeto ante su rey. Es el maldito puto amo aquí y yo solo soy una presa en esta jaula de leones.

Que sea La Dama de Negro estos momentos no sirve si solo vieran un movimiento mío fuera de lugar me volarian los cesos. Más de cuarenta hombres hay a lo largo del pasillo y ante una puerta blanca donde por la ventana de cristal se ve a una niña en la camilla con suero a los lados y tubos respiratorios.

—Capo—habla un hombre a su lado con acento americano.

—¿El llegó?—pregunta Leonardo.

Él hombre que custodia la puerta es alto, dormido, de cabello bien peinado  rubio teñido porq puedo ver lo negro de la raíz, porta una playera negra que deja ver sus fuertes brazos marcados y los tatuajes que emanan en el.

Su rostro es diferente, incluso se ve mucho más feroz que Leonardo. Su cuello y su cara está tatuada y el tatuaje que lleva encima de su ceja lo hace ver un temerario y de los más temible.

—Si, está en el piso de arriba—responde el hombre.

—Esperame aquí—se dirige a mí.

—¿A dónde vas?—indago.

—Tengo algo que resolver primero, será rápido. Pero...—se vuelve hacia mi. No hagas nada, solo siéntate y espérame serán menos de 10 min.

Yo asiento y el se va.

Me siento en uno de los asientos del pasillo frente al hombre quién me mira con los brazos cruzados y con cara de asesinarme.

La Dama de Negro(Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora